El tren fantasma de O’Connor. Una vieja estación situada a 70 km de Viedma

 

En  más de una oportunidad me he referido a la presencia de fantasmas, aparecidos o espectros, que se han dejado ver en circunstancias diversas, ya sea en rutas o caminos, en pleno campo, escuelas, comisarias, organismos del Estado, en cercanías de cementerios y hasta en la mismísima Casa del Gobierno de la Provincia de Río Negro, en Viedma.

Debo admitir que en algunas ocasiones, en búsqueda de mayor información relacionada con estos fenómenos, me encontré con historias que me resultaron difíciles de creer y me planteaban mayores dudas sobre estas apariciones.  Esto como consecuencia de encontrarme con relatos vinculados al tema, que mencionan sucesos ocurridos en distintos lugares del mundo, en los que se afirma que se han visto objetos inanimados en movimiento, por caso vehículos sin conductor o formaciones de trenes sin maquinista que pasaron por la estación sin detenerse.

Entre los testimonios de este tipo, como ya lo consigné, encontré numerosos relatos de testigos que aseveran haberlo visto o  haber sido testigos de circunstancias vinculadas a esas apariciones.

Como muestra de lo que se afirma, me voy a referir a unos pocos hechos que convalidan lo que se informa, por ejemplo lo que atestiguan usuarios de la línea A del Subte de Buenos Aires en el trayecto entre las estaciones Pasco y Alberti.  En horas de la noche al pasar por un determinado sector del recorrido, las luces del vagón titilan, incluso, aseguran usuarios del servicio que hasta han llegado a apagarse totalmente por algunos segundos y entonces se ha podido observar a dos personas sentadas en el andén.

De acuerdo a una de las leyendas que se han conocido, eran las almas de dos operarios que fallecieron al ser golpeados con una viga, cuando se construía esa línea del subte.  Las mismas leyendas y mitos son abundantes en todo el mundo y en todos los tiempos y hacen referencia a hechos o situaciones parecidas.

No obstante, las que más difusión han merecido en el país se centran en dos estaciones del subte de Buenos Aires a las que califican de fantasmales y albergan historias terroríficas, por lo que se dice que muchos dudan en acercarse por allí.

Se trata, como ya dijimos, de la línea A de la red de subterráneos, la  más antigua de la ciudad de Buenos Aires, inaugurada en el 1913, primera en crearse en toda América, que recorre alrededor de 10 kilómetros y contiene dos estaciones que no funcionan, como también ya lo hemos mencionado, Pasco Sur y Alberti Norte, sin que haya al respecto una explicación valedera, aunque se sabe que las mismas cumplen otras funciones alejadas del uso de pasajeros del servicio.

Hay versiones asimismo que esa línea del subte pasa cerca de bóvedas del Banco Nación, donde alguna vez hubo un accidente con varios muertos y de un incendio  en la Casa Central del Partido Socialista Casa del Pueblo, también con un número no determinado de víctimas fatales, cuyas almas en pena podrían andar en los alrededores.

Tampoco escapa  a las historias de fantasmas y aparecidos, el propio Congreso de la Nación, tanto en el cuerpo central como el anexo, donde se cuenta que es común la aparición de personas que han pasado por allí y a raíz de diversas circunstancias sus almas se resisten a abandonar las instalaciones.

Entre las versiones que se conocen, se menciona que el arquitecto responsable de la construcción del edificio del Congreso, Vittorio Meano, fue asesinado en su domicilio en 1904, ignorándose el motivo aunque se comentó sobre un intento de robo, una venganza y otras posibilidades, que nunca fueron confirmadas, pero si de acuerdo a testigos que se lo ve seguido por la obra que construyó.

Otro suceso data de mayor cercanía en el tiempo y hace referencia a lo comentado por el diputado David Vera en 1994, quien aseguró haber observado en el comedor del anexo a una mujer anciana vestida de blanco que se ayudaba para desplazarse con un bastón casi transparente, la que le preguntó cuál era la salida.

El diputado le indicó entonces donde estaba el ascensor, pero al advertir las dificultades de la anciana para movilizarse la acompañó hasta la puerta del mismo, pero grande fue su sorpresa cuando a pocos centímetros del acceso al elevador la mujer desapareció.

Por otra parte, cuentan viejos trabajadores de la Cámara que en muchas oportunidades han visto figuras humanas que aparecen y desaparecen, entre ellas la del senador Enzo Bordabehere, asesinado en plena sesión por el comisario Ramón Valdez Cora, quien en realidad quiso dar muerte a Lisandro de la Torre, quien había denunciado maniobras del gobierno de la época para favorecer a un grupo Ingles en el negocio de la carne.

En la búsqueda de hechos de esta naturaleza, descubrí también que en todo el mundo se vinculan estas apariciones con trenes o directamente son estos los protagonistas y aparecen entonces desde épocas pasadas convoyes que circulan solos, o pasajeros que ocupan butacas y de pronto desaparecen. Testimonios aportados por pasajeros o trabajadores ferroviarios así lo afirman y aseguran que siempre se ubican en las mismas butacas.

Otros testimonios afirman, por ejemplo, que han viajado en formaciones que también son ocupadas por fantasmas, espectros o almas en pena, que siempre a la misma hora saltan del tren y que es coincidente con la hora que lo hicieron tiempo atrás, cuando se quitaron la vida arrojándose a las vías de tal forma.

En Río Negro

De todos los testimonios hallados sobre el tema con características similares o notables coincidencias entre sí, prefiero referirme a lo ocurrido en nuestras proximidades hace ya casi diez años y difundido en su momento por el cineasta, director y realizador Salvador Cambarieri, mediante un documental.

Este trabajo, que fue exhibido por el Canal Crónica TV de la ciudad de Buenos Aires y en el que intervino también el camarógrafo Sergio “Flecha” Pérez, fue muy comentado y alcanzó en aquel momento gran repercusión.

El trabajo de estos convecinos, que han realizado importantes producciones, distinguidas y premiadas en todo el mundo, tuvo lugar en la estación Vicealmirante Eduardo O’Connor, donde un ex trabajador ferroviario relató que en más de una oportunidad vio que una locomotora con su luz encendida se acercaba e iluminaba totalmente la estación, como así también los alrededores y aunque pasaban los minutos, la máquina no llegó.

El hombre se refirió además, que tanto él como varios compañeros escuchaban también fuertes ruidos provenientes de algunos viejos vagones abandonados.  Otro empleado ferroviario, hizo referencia por su parte haber visto la luz acercarse a la estación, iluminando todo el sector aunque el tren nunca llegaba.

Como si esto fuera poco, los trabajadores contaron que una noche, cuando vieron aproximarse la luz se aprestaron a dar la atención correspondiente al personal de la locomotora, como también a los pasajeros del tren que nunca llegó, pero observaron sobre las vías en proximidad de la luz varios operarios a los que identificaron como maquinistas, que también en su momento, como la luz y la formación, dejaron de verse.

Según las declaraciones efectuadas por los trabajadores entrevistados por los documentalistas, estas coinciden en la visión de la luz, los golpes en los vagones abandonados y además en haber escuchado a la hora de la cena, lo que hacían en una casa lindera de la empresa, ruidos de platos y fuentes que se rompían en una casilla contigua, pero cuando acudieron al lugar, encontraron  que todo estaba en orden.

Los empleados ferroviarios de O’Connor dieron cuenta además  de otros fenómenos de estas características, como la aparición de una ambulancia que hacía sonar su sirena con gran estrépito y se advertía por el ruido del motor que aceleraba y disminuía la velocidad.

Lo que más extraño al personal ferroviario, quienes dejaron testimonios al respecto, fue que la ambulancia paso por el lugar sin detener tampoco su marcha en la estación, pero lo más llamativo y que ocasionó sorpresa, no exenta de una sensación de terror a los testigos, fue que el vehículo sanitario marchaba a una velocidad considerable, pero nadie iba a cargo de la conducción.

Cabe destacar, entonces, que entre los hechos conocidos y relacionados con estas apariciones extrañas, misteriosas y para muchos tenebrosas, cuyos protagonistas no involucra a figuras humanas, que no son pocas en el mundo, esta de la estación O’Connor es una de la más cercana en nuestra región y fue narrada con abundantes detalles por trabajadores, que fueron testigos de los extraños sucesos.

Texto: Eduardo Reyes, periodista y escritor de Viedma

Enero de 2022

 

Fotos: diario Río Negro

 

 

About Raúl Díaz

Check Also

Empresa de Río Negro suspende temporalmente el envío de carga por Tren Patagónico

  Por el cese temporal de actividades por parte de la empresa productora de carbonato …