La visita de Macri, las vallas y críticas de políticos y de la gente

 

La instalación de vallas en lugares cercanos a la Casa de Gobierno, en Viedma, generó críticas en algunos sectores políticos y gremiales locales y de mucha gente, en este caso a través de las redes sociales. Y con el anticipo oficial que este jueves habrá interrupción del tránsito vehicular en el área céntrica de la ciudad, cierto recelo de parte de empleados estatales y privados que van en sus vehículos o en colectivos a los lugares de trabajo.

La Municipalidad difundió el siguiente comunicado:

“Debido a la visita del presidente de la Nación, parte de su gabinete y gobernadores de las provincias patagónicas a la ciudad, la Municipalidad de Viedma informa que el jueves 9 de febrero el tránsito vehicular se encontrará interrumpido en el centro de la ciudad.

El radio afectado comprende a las calles Moreno, Brown, Saavedra y Sarmiento.

De acuerdo con los detalles del operativo de seguridad que organizan las fuerzas de seguridad nacionales y provinciales, con la colaboración del municipio, la interrupción comenzará a primera hora de la mañana y se extenderá hasta la finalización del primer encuentro “Proyecto Patagonia”.

Los trabajadores de organismos públicos, como así también de sectores privados y comerciantes, podrán ingresar sin inconvenientes a sus puestos de trabajo, pero no podrán circular con vehículos a la zona indicada.

Las medidas de seguridad garantizan el ingreso y egreso se ambulancias, como así también la salida de vehículos de aquellos vecinos que vivan en el radio mencionado.

El operativo de seguridad responde a la llegada de la máxima autoridad nacional a la capital de Río Negro y es coordinada por Estado Nacional”.

Por su parte, el legislador Mario Sabbatella (FpV) habló de:

“La visita del presidente y las vallas en la plaza de Viedma

Como abogado, siento la necesidad de aclarar en qué consiste el derecho a la manifestación pacífica. Todo ciudadano tiene derecho a manifestar su disconformidad de la manera pacífica que se le ocurra.

Mientras una forma de manifestación no irrumpa con la paz social que el Estado debe garantizarle a todo ciudadano, estamos en los márgenes razonables y normales, naturales y hasta comprensibles de convivencia. Jamás el 100% de la población va a estar 100% de acuerdo con la realidad, las medidas o las soluciones.

Pero, así como el Estado debe garantizar la paz social también debe permitir la libre expresión y la manifestación pacífica. Las leyes deben ser cumplidas por el ciudadano y fundamentalmente por el Estado.

No podemos permitir que se le prohíba al ciudadano que se siente disconforme, expresarse – lo cual consiste un derecho para vivir civilizadamente, de lo contrario un sector de la población estaría imponiéndola a otra las normas, sin permitirle opinión. Eso no es democracia.

Por supuesto, pasando del terreno teórico al práctico, este es un debate que puede no encontrar nunca un final. Pero es bueno que el debate se de y que el ciudadano conozca sus derechos. Es positivo en una sociedad que las manifestaciones existan, todas: las de alegría, las de tristeza, las festivas, y las de oposición. Es absolutamente posible manifestarnos y vivir dentro de la paz social que todos anhelamos. Como ejemplo tenemos los pasados años entre el 2003 y el 2016 donde a la vista de todos, hubo siempre manifestaciones de todo tenor, no solo marchas o huelgas, sino también algunas muy agresivas en lo dialéctico o gráfico, pero que se permitieron dentro de un marco de discusión social sin violencia. Y nadie fue “castigado” por manifestarse en contra de las decisiones del oficialismo.

El derecho a la manifestación pacífica, si bien es un derecho humano contenido en las libertades de reunión y de expresión, merece ser tratado de manera especial debido a que representa un modo de acción cívica para la exigencia y la defensa de derechos, altamente sensible a reacciones de gobierno y a políticas de Estado incompatibles con los derechos humanos.

La manifestación pacífica es uno de los derechos que más pone en evidencia el grado de respeto y responsabilidad de un Estado con la fortaleza los derechos humanos y la fortaleza de sus instituciones democráticas para evitar y prevenir el uso abusivo o violento del poder público en contra de los ciudadanos.

“Creo innecesario aclarar que un ciudadano manifestándose de manera pacífica no es una amenaza para la sociedad, en ese sentido no comprendo por qué Viedma se está delineando con vallas”.

 

FOTO AGENCIA DIGITAL DE NOTICIAS (ADN)

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