Inédita cirugía a nena de 13 años con participación de cinco médicos de Río Negro

Una nena de 13 años fue operada en Roca en medio de la emergencia sanitaria, tras ser diagnosticada con un tumor extremadamente inusual en el páncreas. Fue la primera duodenopancreatectomía cefálica realizada a una paciente pediátrica en la provincia, publicó el diario RIO NEGRO.

La nena vive en barrio Chacra Monte de Roca. El hallazgo de un tumor pancréatico compatible con tumor benigno muy infrecuente, denominado tumor de Frantz, hizo que su vida diera un vuelco de 180 grados.

Tras un fuerte dolor abdominal, su madre la llevó a la guardia del Hospital López Lima el 31 de agosto y allí es donde, tras varios estudios, se evidenció una masa de 15 centímetros en la cabeza del páncreas. En tiempo récord, la joven fue intervenida quirúrgicamente el 10/09 en el Sanatorio Juan XXIII con una duodenopancreatectomía cefálica (DPC) pediátrica, cirugía que nunca se había hecho en la provincia.

La operación, que duró cinco horas y resultó exitosa, estuvo a cargo del equipo liderado por el cirujano pancreático Nicolás Resio, los cirujanos pediátricos Pablo Pomar y Fernando Cordero, la residente de cirugía general Marcela Gomes y la anestesióloga Guillermina Padin. 

“Gracias a las nuevas técnicas y anestesistas avezados en el tratamiento del dolor, la paciente, cursó un post quirúrgico muy favorable y se le otorgó el alta sanatorio al quinto día de la intervención”, comentó Nicolás Resio a RIO NEGRO.

Al menos 40 profesionales médicos, enfermeros, técnicos, bioquímicos, nutricionistas y personal de limpieza intervinieron en la atención de la paciente, durante el  postoperatorio, buena parte en la terapia intensiva pediátrica del sanatorio.

“La incidencia de este tipos de tumores pancreáticos es del 0,1 al 2% de todos los tumores pancreáticos, y de este porcentaje mínimo, solo el 25% se desarrolla en pediatría, ya que el tumor de Frantz es prevalente en mujeres jóvenes entre 20 a 30 años”, explicó el cirujano. Si bien es una lesión benigna, este tumor tiene un 15% de posibilidad de malignizarse desarrollando metástasis a otros órganos y sobre todo al hígado, según expresó el especialista.

Por otra parte, lo que hace inédito el caso, es que, en pediatría, la localización más frecuente de este tipo de tumores es en el cuerpo y cola del páncreas (en un 80%), mientras que en esta paciente, se originó en la cabeza del órgano.

“Mi hija puso todo, pero salimos adelante. Estuvo en terapia, se la bancó muy bien. Está en casa recuperándose con su dieta y medicamentos. Gracias a las manos de los médicos”, dijo la madre de la niña.

La duodenopancreatectomía cefálica es una intervención compleja ya que conlleva una resección de la cabeza del páncreas junto con el marco duodenal, vía biliar y vesícula biliar. Luego de un vaciamiento ganglionar se procede a una reconstrucción del páncreas remanente (cuerpo y cola), el estómago, la vía biliar y el intestino.

En paciente pediátrico, probablemente se haga una o dos por año en el Hospital Garrahan y debe ser uno de los lugares donde más se hacen en el país, según comentó el cirujano pediátrico Pablo Pomar. Son muy pocos los cirujanos pediátricos en Argentina (400) y muchísimos menos los subespecializados. Es por esto que es difícil reunir las condiciones para llevar adelante esta operación.

En Roca, ocurrió que estaban los especialistas indicados (cirujano pediátrico y pancreático), los insumos necesarios, equipamiento, el quirófano y el lugar. 

“Si hubiéramos pensado que la nena no tenía un tumor que fuera muy probablemente benigno, tal vez, no la podríamos haber operado acá porque no tenemos oncólogo pediátrico”, señaló el cirujano pediátrico. “Es un déficit muy importante para nosotros”, apuntó.

Antes se trasladaba a los pacientes a centros de alto volumen en Buenos Aires cuando eran casos muy poco prevalentes, pero poder unirnos con diferentes equipos, cirugía pediátrica, pancreática, y sumado a la pandemia (que hace que el paciente se tenga que quedar en la zona); todo eso llevó a que se haga una cirugía que no se había hecho acá”, explicó Resio.

“Hay que resaltar el trabajo en equipo y colaboración entre salud pública y Sanatorio Juan XXIII para poder lograr el cometido”, concluyó.

 

Un gran desafío en emergencia por covid-19

 

En tiempos de pandemia, realizar una intervención de esta envergadura requiere un despliegue mayor y una responsabilidad local por la necesidad de atender el caso en la región.

Las cirugías programadas están suspendidas, pero otras patologías ajenas al coronavirus han requerido atención urgente. Este caso requería acelerar los tiempos.

Conseguir el quirófano, la cama y los insumos resultó de un trabajo mancomunado entre el hospital y el sanatorio, que tenía camas. “Pediatría no tiene el mismo flagelo que clínica médica de adultos que está lleno, por suerte la casuística de covid es mucho menor y había disponibilidad de camas”, comentó el cirujano pediátrico Pablo Pomar.

En pandemia, el paciente debe llegar al quirófano con previo hisopado y PCR negativo y además, el equipo de profesionales debe utilizar Equipo de Protección Personal 3 y practicar cuidados extremos durante y luego de la intervención.

“No es para nada fácil operar en pandemia. Es fundamental hacer un hisopado previo no solamente para proteger al equipo sino para proteger al paciente, porque todo paciente operado con covid positivo tiene un riesgo de un 25% de complicaciones”, argumentó Resio.

Por otro lado, los equipos de protección personal son grandes y pesados, por lo que resulta algo incómodo, cansador y los cirujanos se van entrenando de a poco en utilización. “El confort nuestro también es importante”, aseguraron, para trabajar óptimamente.

El rol clave de la anestesia

 

Sin una buena anestesia, el paciente se puede complicar y fallecer, ya que el tratamiento del dolor es fundamental para su recuperación y que no surjan complicaciones.

La anestesia cumple un papel preponderante en el marco del Sistema de Recuperación Rápida de pacientes denominado ERAS, con el que trabajan los médicos para brindarles una pronta alta sanatorial.

Guillermina Padín, médica anestesista en la operación, aseguró que “es una cirugía muy grande que tiene mucho impacto doloroso, no solo en el intraoperatorio sino en el postoperatorio (…) por lo que se necesitaba una buena analgesia”. Utilizó un catéter peridural para aplicarle un anestésico local que mantuvo luego de la operación durante 72 horas.

“Fue súper gratificante  ver una cirugía tan compleja y que al otro día la nena esté sentada en la cama y la mamá la esté peinando, con una sonrisa en la cara”, relató Padín.

Texto original de la nota publicada por el diario Río Negro: “La inédita cirugía en pandemia que hizo historia en Río Negro”

 

 

Texto: Florencia Bark

 

Fotos: Juan Thomes

 

 

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