Los platos voladores están entre nosotros. Avistajes en Ingeniero Huergo y Villa Regina

En homenaje a Fabio Zerpa

Un nuevo caso de avistaje de un OVNI (Objeto Volador no Identificado) se ha producido en una chacra en cercanías de la ciudad de Villa Regina, dejando una foto como testimonio.

En realidad, desde hace varios años la Patagonia y el Alto Valle, en particular, hay lugares de oleadas de dichos objetos voladores.

Uno de los casos más resonantes se produjo en el año 1980 en la ciudad de Ingeniero Huergo, que motivó la atracción de medios periodísticos nacionales.

El avistaje se produjo en la chacra N 410 donde vivía el joven Carlos Vómmaro, quien solía contar que durante la noche del día lunes 11 de febrero de 1980 observó detrás de la alameda de la otra chacra, una gran luz, una especie de claridad. Al principio no le dio gran importancia y no se le ocurrió que algo extraño estaba sucediendo. Sin embargo, al ascender a su vehículo Ford Falcon mientras viajaba seguía observando el fuerte resplandor, siempre obstaculizado por los álamos.

De pronto –relató- al cortarse la barrera de los álamos, en un cuadro donde había una plantación de perales se dio cuenta que había algo, que no era un reflejo y un aparato había allí. La fuerte luz, según este testigo, provenía de unos 200 metros de distancia y a 30 metros de altura. Y esa vez sintió miedo.

Expresó en su relato que el misterioso objeto irradiaba una luz muy intensa que iluminaba todo el interior del coche.

Hasta aquí el apasionante relato de Carlos, que no difiere sino en pocos detalles de los muchos avistajes que se producen no solo en Argentina, sino en muchas partes y países del mundo.

Sobre los posibles tripulantes de estas máquinas, el prestigioso catedrático de Astronomía y Ciencias Espaciales Carl Edward Sagan, mundialmente reconocido, supo escribir lo siguiente: “Es probable que, como en nuestro caso, los cerebros de los organismos extraterrestres posean varios o muchos componentes acrecentados a través de un  lento proceso evolutivo. También es posible que, al igual que en el hombre, se dé una tensión entre ellos, por más que el rasgo distintivo de una civilización que ha logrado sobrevivir por largo tiempo y superar los peligros de su entorno radique en la capacidad de arbitrar una paz duradera entre los diversos componentes cerebrales. Muy probablemente, este supuesto orgánico extraterrestre habría ampliado también su inteligencia por vía extrasomática, mediante el uso de máquinas capaces de razonar. De todos modos, creo que nuestros cerebros y máquinas acabarán por entenderse y compenetrarse a fondo con los suyos”.

¿Estará cercano el día que se cumplirá lo escrito por Sagan?

Pareciera que una nueva serie de contactos con seres extraterrestres se estaría produciendo. ¿Algo nos estará advirtiendo? Y aún más misterios por resolver, ¿Por qué preferentemente eligen lugares con abundancia de agua y energía?

Se dice que están entre nosotros. Es razonable pensar que no estamos solos en el universo. ¿Será algún día develado el misterio de los platillos volantes?

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

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