En Río Negro hay lugares que son centros energéticos, como el cerro Uritorco

 

Como en varios lugares del mundo, desde hace milenios hay centros energéticos, algunos muy conocidos como el del cerro Uritorco, de la provincia de Córdoba.

Lugares misteriosos, donde se siente una gran paz y donde el hombre se comunica con la naturaleza, que tienen toda una gran historia relacionada, por ejemplo con platillos voladores y hechos sobrenaturales; y que constituyen un gran atractivo turístico.

La provincia de Río Negro no podía estar ajena a  este imaginario, siendo el lugar más conocido y estudiado el paraje Yamnagoo, en el Caín, donde se aposenta la “piedra dueña” o “La vieja”, a la cual hay que ofrendarle y depositar sobre ella ramas de leña. Y dónde –dicen- se desatan las fuerzas naturales con gran ímpetu y profusión.

El escritor de Dina Huapi, Valdis Drebnieks, en su libro “Patagonia, vivencias de recuerdos y leyendas”, ha rescatado un lugar de los mencionados, que merecería conocerse y estudiarse.

Dice Valdis: “Hoy en día, mucha gente habla de lugares misteriosos y atrayentes, aunque pocos creen en ellos. Pero hay otras personas curiosas, o estudiosas que observan estos sitios fabulosos con sus propios ojos, viviendo fantásticos momentos”.

“De esto se trata este relato, de señalar el sitio donde existe una pista espectacular, ubicado a cien metros aproximadamente de la ruta 40 Norte y de la orilla neuquina del hermoso río Limay, casi frente al paraje rural Villa Llanquín, en Río Negro. Allí mismo y en cercanías del Valle Encantado, se encuentra una explanada única, como si fuese un podio formado con sedimento finos arrastrados por las aguas en millones de años, cubierto por una capa gris negruzca de material ferroso conocido en geología como “barniz del desierto”, que lo hace notar a este espacio de unos 30 m2 de extensión, como si estuviera asfaltado al pie de unos cerros. Este reservado lugar rodeado por acantilados de rocas del margen Noroeste del río Limay, forma un círculo protegido de los vientos y un natural escenario de observación del cielo”.

“Algunas personas en tránsito por la ruta vieron, sobre ese mismo lugar una figura humana con una túnica de color blanco parada en ese podio, como mirando inmóvil al río en el sol de la mañana. Además, varios vecinos de los alrededores del lugar también observaron, desde la ruta, la misma figura de un ser humano vestido como un santo y le atribuyeron ser la presencia de nuestro Señor Jesucristo por su apariencia.

Al bajarse del vehículo para observar este fenómeno, a su vez notaron una inmensa sensación de paz espiritual. Los que conocen el terreno afirman que los cerros adyacentes que rodean el magnífico sitio están cubiertos con abundantes contenidos de material de cuarzo y otros cristales y que esto hace del fabuloso lugar una pista cargada de energía positiva (semejante al famoso lugar energético Cerro Uritorco, en la provincia de Córdoba) esperando ser descubierto y analizado, a fin de ser visitado por turistas u otras personas que se interesen. Se sabe también, que una señora del hermoso y muy tranquilo pueblo de Villa Llanquín recibe casi todos los años en su posada la visita de una respetada vidente del Norte de Argentina que concurre varios días a ese sitio espiritual para llenarse energías, sin revelar el misterio de ese extraordinario lugar patagónico”.

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 Foto (ilustrativa): Nelson Salazar

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