Es de Misiones, 24 años, se recibió de ingeniero nuclear en Río Negro y trabajará en Francia

Francisco Javier Szmandiuk, de 24 años, defendió su tesis y se recibió de ingeniero nuclear con un 10. Describió su recorrido como una etapa marcada por la pasión por la ciencia y el compromiso con el aprendizaje.

Francisco Javier Szmandiuk realizó su trayectoria educativa en el prestigioso Instituto Balseiro, en Bariloche. Desde sus primeros años en la secundaria. Tuvo la oportunidad de acercarse al mundo de la ingeniería gracias al contacto con profesores que no solo compartieron conocimientos en las aulas, sino que también desplegaban su experiencia en la Facultad de Ingeniería de Oberá. Esta exposición temprana al entorno universitario le proporcionó una perspectiva más rica sobre las posibilidades educativas y profesionales que le esperaban.

Uno de los momentos cruciales en su viaje hacia la ingeniería nuclear se produjo cuando uno de sus profesores, que había explorado el Instituto Balseiro y el Centro Atómico Bariloche, compartió con él la emocionante experiencia y le proporcionó material informativo sobre estas instituciones de renombre. Este encuentro fue determinante para que Francisco dirigiera su mirada hacia el Balseiro, una institución conocida por su excelencia académica y su enfoque en la investigación científica y tecnológica de vanguardia.

Aunque no tenía una elección clara en mente, la revisión de las distintas carreras que se elevaron en el Instituto Balseiro lo llevó a identificar la ingeniería nuclear como la opción más alineada con su pasión por la física y las matemáticas. Su sólida formación autodidacta en estas materias, sumada a su interés por la física subatómica, lo condujo finalmente a tomar la decisión de inscribirse en la ingeniería nuclear en el Instituto Balseiro.

La formación en el Balseiro representa un desafío que Francisco asegura «asumí con determinación y entusiasmo». Consciente del alto nivel académico y científico que caracteriza a la institución, Francisco abrazó la oportunidad de desarrollar su potencial y nutrir su curiosidad en un ambiente propicio para el aprendizaje y la investigación.

La ingeniería nuclear en el Instituto Balseiro

El camino hacia la formación como ingeniero nuclear en el Instituto Balseiro es un viaje que abarca múltiples dimensiones del conocimiento científico y tecnológico. Como contó Francisco Javier Szmandiuk, «la ingeniería nuclear va más allá de la creación y diseño de reactores nucleares; implica una comprensión profunda de la interacción de la radiación con la materia y sus aplicaciones en diversos campos, incluida la medicina».

Una de las ramas clave de esta disciplina es precisamente la aplicación de principios nucleares en la medicina. «La formación en el Instituto Balseiro no solo se centra en el diseño de reactores para la producción de energía eléctrica, sino que también se adentra en la manera en que los conceptos nucleares pueden contribuir a la innovación médica. Desde técnicas de diagnóstico por imágenes hasta terapias de radiación, los ingenieros eléctricos desempeñan un papel crucial en la convergencia de la ciencia nuclear y la medicina, mejorando la atención y el tratamiento de los pacientes», sostuvo Francisco.

Además, dijo que la amplitud de la ingeniería nuclear es evidente en la formación que reciben los estudiantes en el Instituto Balseiro. Además de los aspectos nucleares específicos, los estudiantes exploran ramas generales de la mecánica y la ingeniería que enriquecen su comprensión de los sistemas complejos y las aplicaciones prácticas, según explicó.

No obstante, remarcó «la complejidad de la carrera no debe intimidar a aquellos que sienten una pasión por el conocimiento y la aplicación científica». Como explica Francisco, la exigencia académica es innegable, especialmente en un instituto de renombre como el Balseiro, «donde se busca fomentar un alto nivel de excelencia en sus estudiantes».

A pesar de esta exigencia, aseguró «el ambiente de camaradería y apoyo proporcionado por profesores y directivos crea un entorno propicio para el crecimiento académico y personal. Me sentí muy cómodo».

Francisco contó que obtuvo un diez en sus tesis, que fue un proyecto de investigación académica que se centró en un combustible innovador. Aunque no tuvo una aplicación práctica directa, esta experiencia le permitió adentrarse en un campo en constante evolución y contribuir al avance del conocimiento en el área.

A lo largo de su formación, Francisco y sus compañeros tuvieron la oportunidad de interactuar con el reactor nuclear ubicado en el Centro Atómico Bariloche. Esta experiencia práctica permitió llevar a cabo investigaciones y proyectos que profundizaron su comprensión de la tecnología nuclear y su aplicabilidad en diversas áreas. La interacción cercana con estas instalaciones fue una oportunidad única para adquirir experiencia práctica y aplicar los conceptos aprendidos en un entorno real.

Energía nuclear en Argentina 

La importancia de la medicina nuclear en Argentina es palpable en la construcción del reactor RA-10, un proyecto que promete revolucionar el campo de la detección de enfermedades. Francisco Javier Szmandiuk destaca que este reactor, actualmente en avanzada etapa de construcción, tiene la capacidad de producir radioisótopos, núcleos atómicos que desempeñan un papel vital en la detección de enfermedades en pacientes. A diferencia de las técnicas tradicionales, que podrían parecer más simples, la medicina nuclear emplea radioisótopos para rastrear y detectar enfermedades de manera precisa.

En el contexto de esta iniciativa, Argentina se está posicionando como un proveedor y exportador potencial de radioisótopos, lo que no solo fortalecerá la soberanía en este ámbito, sino que también podrá compartir tecnología y conocimiento con otros países.

Tecnología nacional de vanguardia para la salud, la ciencia y la industria

El Estado Nacional, a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica, lleva adelante la construcción del Reactor Nuclear Argentino Multipropósito RA-10, una instalación que tendrá un impacto estratégico en las áreas de salud, ciencia, tecnología e industria.

El Proyecto RA-10 se localiza en el Centro Atómico Ezeiza (Provincia de Buenos Aires) e incluye el diseño, construcción, montaje, puesta en marcha y entrega para la operación de un reactor nuclear multipropósito, con un aporte de más del 80% de empresas e instituciones locales en tecnología y servicios asociados.

La instalación asegurará el autoabastecimiento de radioisótopos de uso médico, contando con capacidad para atender buena parte de la demanda de América Latina. Consolidará las capacidades para desarrollos tecnológicos de punta en la industria nuclear y convencional, y abrirá un nuevo horizonte de investigaciones en ciencias básicas y aplicaciones basadas en el uso de técnicas neutrónicas avanzadas.

El RA-10 está desarrollado íntegramente en Argentina. La CNEA e INVAP trabajan en forma conjunta en la construcción de la nueva instalación, integrando y desarrollando capacidades nacionales en distintas áreas específicas de la pequeña y mediana industria.

La formación en el Instituto Balseiro, como Francisco señala, tiene un enfoque académico único. A diferencia de otras instituciones de ingeniería en el país, el Balseiro orienta a sus estudiantes hacia la investigación en lugar de operación exclusivamente en lo técnico. Aunque los estudiantes adquirieron un sólido bagaje técnico, el Instituto fomenta el desarrollo de la capacidad de investigación en sus graduados.

Por este motivo, el flamante ingeniero decidió continuar sus estudios en Francia, específicamente en la ciudad de Grenoble.

En este siguiente capítulo de su carrera, su enfoque se orienta hacia la investigación y desarrollo de sistemas de propulsión nuclear en el ámbito espacial. Esta dirección refleja su compromiso con la innovación y su disposición a abordar desafíos que trascienden las fronteras de la tierra.

La propulsión nuclear en el espacio representa un campo intrigante y de alto potencial, donde la energía nuclear se convierte en la fuerza motriz para las futuras misiones espaciales. Francisco se embarcará en la tarea de crear herramientas y concebir reactores que permitan la posibilidad de esta emocionante tecnología. Su participación en esta investigación promete abrir nuevos horizontes y contribuir a la exploración espacial.

En su camino hasta el doctorado, Francisco ha tenido la oportunidad de interactuar con diversos centros de investigación y desarrollo tecnológico en el país. Su experiencia revela la diversidad y la amplitud de oportunidades en el campo de la ingeniería nuclear. Más allá de su formación como ingeniero nuclear, ha observado de primera mano las necesidades del país en términos de ingeniería y tecnología.

En este sentido, dijo que las necesidades abarcan una amplia gama de disciplinas y habilidades. Si bien la ingeniería nuclear es una profesión demandada, también existen requisitos significativos en otras áreas de ingeniería. La colaboración interdisciplinaria se vuelve crucial en proyectos nucleares

Por último, Francisco ofrece una valiosa perspectiva sobre cómo convertir el potencial en realidad. Con entusiasmo y dedicación, anima a los jóvenes a buscar su pasión, estudiar incansablemente, mantener la disciplina y mantener la mirada fija en sus objetivos. Ya sea que elijan la ingeniería o cualquier otra carrera, Francisco recalca que todas las disciplinas tienen un papel importante en el desarrollo del país y el mundo.

«La posibilidad de elegir quedarse en Argentina o embarcarse en oportunidades internacionales es una libertad que aliento a aprovechar. Ya sea en casa o en el extranjero, el llamado es a contribuir con ideas audaces, perseverancia y esfuerzo incansable para lograr cambios significativos en la sociedad».

Y cerró:  «hay que meterle ficha y pensar en grande». El joven permanecerá unos meses disfrutando de su familia en Oberá, y luego antes de fin de año se embarcará a Francia.

Fuente: Misiones On Line

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