La “llorona” aparece llorando y gritando lastimosamente en busca de sus hijos por lugares

 

De acuerdo a la literatura existente respecto de este personaje que sigue ocasionando temor entre pobladores de distintos lugares, se trata de una “leyenda” de la época prehispánica y existen innumerables versiones.

La mayoría de las historias que circulan relacionadas con sus andanzas, apariencias, actitudes y expresiones, la ubican en México, donde algunos afirman que sucedieron los hechos que le atribuyen y son la causa por la cual el espectro sigue vigente y cada tanto se hace visible.

De México también son las dos principales historias que dan fundamento a su leyenda, aunque se la ubica también en distintos países y ciudades, donde se les adjudican acciones parecidas y circulan entre otros en Guatemala, Nicaragua, Panamá y El Salvador al igual que varias naciones más de América del Sur o Centroamérica.

Una de las más conocidas es la que habla de una mujer despechada o abandonada por su marido, que en un ataque de celos, rabia o venganza mató a sus hijos, a los que ahogó en un arroyo, acción de la que se arrepintió de inmediato. Precisamente por ello cuando aparece la “llorona” se escuchan sus insistentes llantos y ruegos para encontrarse con sus hijos.

Algunos cuentan, además, que la mujer viste de blanco con una especie de velo, también blanco, por lo que no se le puede observar el rostro, el que además lo lleva cubierto por su larga cabellera negra. Quienes se refieren a esta figura, en otros países afirman que la han visto en similares condiciones, pero vestida de negro y acompañada por sus gritos y llantos lastimosos, con voz desgarradora que clama por sus hijos, lo que sorprende y aterroriza a quien se cruza en su camino.

Si bien esta es una de las leyendas que más impacto tiene sobre todo México, existen otras que en verdad son parecidas y provienen de distintas tribus originales de ese país como Mayas, Zapotecas y Purepechas, cuyas versiones guardan similitudes.  Una de ellas que proviene de los mayas cuenta que Xtabay es un espíritu femenino que asalta a los hombres en la Península de Yucatán.

Coincidentemente, la mujer aparece llorando y gritando lastimosamente en busca de sus hijos por las calles del lugar y desaparece en proximidades de un lago. Las creencias clericales tomaban la presencia de esta mujer como una premonición, anticipando que algo iba a pasar en el imperio de Moctezuma, incluso que el  mismo estaba por  desaparecer en un futuro cercano.

Aparece aquí entonces la segunda historia, ya que anticipaba la llegada de los españoles al mando de Hernán Cortes, que acabaría sometiendo la gran ciudad de Tenochtitlan y otros pueblos.  Lo peor es que los presagios y malos augurios se hicieron reales y la leyenda de “la llorona” pasó a tener gran incidencia o influencia en los relatos de la época.

Desde entonces no son pocos los que sostienen que el gran Imperio desapareció como anticipaba la “leyenda”; y que sería un pueblo maldito. La leyenda afirma además, que llegada la noche la “llorona” recorre las calles atemorizando a la gente.

Esta segunda historia sobre la “llorona” vincula a este personaje con la llegada de los conquistadores y ciertos sucesos que se produjeron a partir de ello, como el regalo de una veintena de esclavas que recibió Hernán Cortés y, según se sostiene, la intención era para amainar la violencia contra los indígenas.

Una de estas esclavas aztecas era Malintzin o Malinalli, conocida luego como “La Malinche”, presuntamente hija de un cacique que tuvo un hijo con Cortés, convirtiéndose en el primer mexicano mestizo.

De acuerdo a los datos que nos suministra la historia, no pasó demasiado tiempo para que Cortés regrese a España llevándose  a su hijo de nombre Martín, abandonando  a la “Malinche”. De acuerdo a algunos historiadores mexicanos, la mujer que aparece por las noches llorando y buscando a su hijo, era la “Malinche”, nombre que se traduce como traidora.

Esos historiadores sostienen que los indígenas de aquella época, veían o creían que era la encarnación  de la traición y símbolo de la madre ofendida y humillada, que no fue capaz de defender a su hijo y se entregó a las tentaciones y placeres.

Conocido este suceso, la mujer fue severamente criticada, por considerarse que no había actuado de manera correcta para evitar que se lleven a su hijo y entonces la “llorona” comienza a tener un significado diferente.

La Iglesia intervino también para dar otra interpretación y significado, al sostener que si la mujer se entrega a amores prohibidos, como interpretan ocurrió con la “Malinche”, no cumple con los deberes de madre y estará condenada al sufrimiento y vagar por el inframundo.

Como se ha visto, nos hemos referido a los sucesos o hechos que han dado origen a la leyenda de “la llorona”, que con algunas diferencias se ha extendido por numerosos países de América. Debemos no obstante puntualizar que en algunos lugares, los delincuentes han aprovechado la popularidad y trascendencia de la leyenda, para cometer sus acciones delictivas y simulando ser una pobre mujer llorando, asaltaban a quienes se acercaban para brindar su ayuda.

Es necesario además destacar que esta popular y tradicional leyenda ha merecido innumerables obras literarias y por lo tanto se han editado libros, poemas, poesías, cuentos, como asì también filmes, documentales y hasta composiciones musicales como la “llorona” que grabo la talentosa Chavela Vargas.

Es necesario destacar el protagonismo que adquirió la “Malinche” a quien también se la vincula a la historia de la “llorona”.

Un sector numeroso e importante de los seguidores del temas afirman,  que si bien fue entregada como esclava a Hernán Cortés, no solo fue su amante sino que operó como intérprete, intermediaria y consejera.

Por lo tanto, la imagen de la “Malinche” ha sufrido modificaciones de acuerdo al criterio de los historiadores que la han estudiado desde que es involucrada en el proceso de la conquista, al ser entregada como esclava a los invasores. Las opiniones entonces se dividen entre quienes la consideran el estereotipo de la traición, mientras que otros la califican como la víctima del choque cultural producido.

Existe a todo esto una tercera opinión, que la destacan como la madre simbólica de las mestización, que resulta de la nueva cultura surgida de la fusión forzada de dos razas o etnias.

 

Texto: Eduardo Reyes, escritor y periodista de Viedma

Las Grutas  –  Río Negro

 

 

 

 

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