Lugares de Río Negro: Paraje Chanquín, situado a 35 kilómetros de Valcheta

Chanquín, en la provincia de Río Negro, a 35 kilómetros de Valcheta, es uno de los parajes más lindos y pintorescos de este territorio. Dedicado a la siembra de pasturas y, especialmente, de engorde de rodeos bovinos, tiene varias chacras en plena producción.

Es un lugar de gran belleza natural donde el arroyo serpentea entre mimbres, sauces y maciegas y va irrigando los sembrados mediante un sistema de canales.

Se sabe que el siempre inquieto Perito Francisco Pascasio Moreno conoció el lugar pues lo cita como “Auquentamela” pero más conocido en mapudungun como “Chanquín”, o más propiamente dicho “Changkiñ”, topónimo que significa “isla” o mejor dicho “bifurcación” y “horqueta”. Lo que da una idea que antiguamente el arroyo al desbordar dejara una verdadera isla, hecho comprobado por Bailey Willis y sus ayudantes, cuando al haber tenido que quedarse forzosamente en Valcheta recorrieron los alrededores, y luego recomendó al gobierno nacional la construcción de un dique embalse sobre el cauce del arroyo.

Uno de los primeros propietarios del lugar fue el ingeniero agrimensor Larguía que realizó varias mejores en su predio, pero por diversas circunstancias adversas no tuvo mayor suerte en su explotación.

En el libro “Un suizo en la Patagonia”, especie de diario de Jorge Ardüser, se pueden conocer las peripecias que pasaron en el paraje.

Claraz, por su parte, presumía que los sauces a la vera del arroyo serían retoños de los del Río Negro. Interesante tema para investigar.

Volviendo al topónimo, “Chanquín” se ha conservado hasta la actualidad, pero en tehuelche septentrional sería “Aqüntamül”, según se desprende la forma “Aucentamel” de Hunziker”.

Si el turista viaja a Chipauquil, al pasar por Chanquín querrá detenerse para aspirar el aroma de los alfalfares en flor. De ellos –y perdón por la digresión- se elabora una exquisita miel de abejas.

Podrá apreciar los rodeos de vacunos, los meandros del arroyo y pasará por los pintorescos puentes donde el agua corre buscando su cauce normal.

El paraje es uno de los lugares ideales para el avistaje de aves y, lo más importante, es considerado  de alto valor ecológico pues no está aún  contaminado por la mano del hombre.

Tiene, a su vez, emprendimientos para la atención al turista, donde se ofrecen alberques, comidas típicas, excursiones y cabalgatas.

Los poetas no pueden estar ajenos a la belleza de los parajes aledaños a Valcheta y por eso le cantan con la magia de sus poemas.

Mi amigo, el poeta de Lamarque don Floriano López dejó este ramillete de versos cautivado por la belleza de los mismos:

“Llegué una tarde a Chanquín/ porque tenía una carrera, / de entonces vivo en Valcheta, / me gustó una valchetera.  Muy cerca de Punta de Agua/ costeando unas alamedas/ levanté mi rancho criollo/ junto con mi valchetera.  Allí yo vivo al frescor/ del pastizal que verdea, / y tengo lista una yunta/ por si se arma otra carrera.  Quién toma agua del arroyo/ muy seguro que se queda, / a la orilla del canal / a la sombra de la arboleda.  Llegué una tarde a Chanquín / por culpa de una carrera, / de entonces vivo en Valcheta/ como pegado a la tierra”.

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

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