Casonas de Río Negro. Edificación que contiene historias del ferrocarril en Darwin (Valle Medio)

De estilo italiano, fue pulpería, almacén bar y cine. Lo levantó en 1904 Dionisio Gadano, que proveía al ferrocarril. Un senador nacional y dos intendentes vivieron en ella.

Es uno de los últimos caserones que se levantaron a inicios del siglo XX en la región y sigue en pie. Está frente a la estación de trenes en Darwin y parece más cerca del derrumbe que de alguna acción amistosa que pueda apuntalarlo.

“Nos gustaría de alma reestructurarlo, pero así como está, es demasiado costoso”, le dijo a Rio Negro Susana Reina, una de las propietarias del inmueble que tuvo distintos dueños en su larga historia.

Mencionó los continuos robos que en los últimos años desmantelaron las habitaciones y arrancaron el piso de pinotea.

El caserón guarda una rica historia de inmigrantes y pioneros que apostaron al progreso de la Patagonia que venía con el ferrocarril.

Ubicado frente a la vieja ruta 22 de tierra, primero fue pulpería y almacén de ramos generales; y años más tarde se transformó en el Hotel Vasconia, con bar, cine, cancha de bochas y sede la Unión Ferroviaria en una de sus amplias habitaciones.

“Allá por el 1900, los que instalaban una pulpería clavaban un palo bien alto con un trapo blanco como bandera. Era la señal para que la vieran los que andaban en el monte de a caballo o en carretas”,

Raúl Galván, director del Museo Ferroviario de Darwin

La pulpería almacén la levantó Dionisio Gadano en 1904, un inmigrante italiano que llegó como proveedor del Ferrocarril del Sud, antes de que se inaugurara la estación en 1898. Aquí crió a sus siete hijos junto a su esposa Adela Baraldi.

Ropa, alimentos y todos los enseres para las casas de los primeros pobladores se conseguían en su comercio.

Darwin, que hoy ronda los 2.000 habitantes, fue una estación estratégica por su ubicación entre Bahía Blanca y Neuquén y por su infraestructura ferroviaria.

Con su amplio taller para el mantenimiento de máquinas, 9 vías, mesa giratoria de locomotoras y balanzas para pesar los vagones, llegó a tener 600 empleados ferroviarios en su época dorada.

Desde aquí salía toda la producción del Valle Medio. Pasaban 25 trenes por día.

Todo ese movimiento beneficiaba a los comercios que se ubicaron frente a las vías. Allí, en el sector viejo de Darwin, y pegada a la pulpería, funcionó la primera escuela de la localidad: la Nº 34. Luego la trasladaron a la zona nueva del pueblo y no quedó nada en pie de la edificación.

Los Gadano se fueron de Darwin cerca de 1920 y la mayoría se instaló en las ciudades del Alto Valle.

El comercio lo adquirió Ramón Pérez y familia. Llegaron de Río Colorado y lo transformaron en el Hotel y Bar Vasconia. Con ellos aparecieron las heladeras que eran a kerosene, porque aún no había luz eléctrica.

Los políticos

En el caserón vivieron protagonistas políticos de la región. El más importante fue uno de los hijos de Dionisio, José Enrique Gadano, primer senador nacional por Río Negro, gran impulsor de la provincialización y figura de la UCR. Luego vivieron quienes con la llegada de la democracia fueron intendentes de Choele y Darwin: Néstor Pérez (UCR) y Rogelio Reina (PPR)

Los años bonanza se fueron apagando en el Vasconia y dos hechos golpearon al comercio. El traslado en 1962 de la ruta 22 hacia su actual traza, más alejada de las vías y la privatización del ferrocarril en 1993.

Entre esos años, los Pérez Prieto fueron dejando la localidad. Y en los 80, la familia Reina adquirió el inmueble, ya en decadencia, porque el movimiento ferroviario se estaba apagando.

Hoy el caserón no tiene vida, solo trancas en las puertas y ventanas largas. Las paredes internas se cayeron. Cada tanto algún viejo ferroviario o turista se detiene y le saca una foto.

Cronología

1904 – Se inaugura la pulpería almacén de Dionisio Gadano, para proveer a los ferroviarios con la flamante estación.

1920 – Los Gadano dejan Darwin. Ramón Pérez y familia llegan de Río Colorado y adquieren el local. Ahora es el Hotel Vasconia, con bar y cine.

1962 – Trasladan la ruta 22, que pasaba frente al comercio. Ramón Pérez se vuelve a Río Colorado. Quedan sus hijos en la casona y conservan el bar.

1980 – El resto de la familia Pérez Prieto se va. El inmueble pasa a manos de la familia Reina.

A mediados de la década de 1920, la casona de Darwin se transformó en el Hotel Vasconia, con Ramón Pérez como propietario, quien llegó desde Río Colorado junto a su familia.

El hotel fue parada obligada de los viajantes que bajaban del tren o llegaban en sus vehículos por la vieja ruta 22 para vender por todos los pueblos del Valle Medio.

El Vasconia no tenía nada que envidiarle a los shoppings de hoy, según el relato que hizo a este diario Sergio Prieto, nieto de Ramón. Tenía un salón principal amplio para el bar. Allí había un billar y los fines de semana corrían las mesas, colocaban sillas y pasaban películas.

Grandes bailes, funciones de cine los fines de semana y torneos de bochas en la cancha que estaba bajo un aguaribay, fueron los atractivos del hotel.

También funcionó como almacén y venta de diarios y revistas.

 

En salones apartados y en años distintos tuvo una farmacia que fue atendida por Aida Lagarrigue y más allá la carnicería de Inchausti.

Ramón Pérez brindó un espacio de la casona para que la Unión Ferroviaria tuviera su sede.

Todo el piso del Vasconia era de pinotea y se le pasaba aceite quemado para que la madera no se secara. Contaba con un sótano donde se guardaba mercadería y tenía una casilla en altura para las funciones de cine, desde donde se proyectaban las películas.

El hotel contaba con 9 habitaciones que rodeaban un gran patio con piso de mosaicos y ladrillos. En el centro se ubicaba el aljibe. Cuatro habitaciones estaban bajo galería y las restantes con un baño compartido y lavadero. La cocina y un comedor grande conectaban con el salón principal.

El patio era muy grande, con cancha de fútbol, de bochas, palomar y un gallinero.

Cuando cambiaron el trazado de la ruta 22, fue el inicio del fin para el Vasconia. Primero fue Don Ramón el que se volvió a Río Colorado. Sus familiares siguieron ese camino años más tarde.

Dionisio Gadano, el gran proveedor

Dionisio Gadano vio en la llegada de los rieles a Darwin su oportunidad. Construyó en 1904 una pulpería-almacén frente a la estación de tren y se convirtió en el principal proveedor de todo un ejército de obreros que movía la expansión del Ferrocarril del Sud, desde Bahía Blanca hacia Neuquén.

Dionisio fue un “gringo duro” que apostó su suerte por el futuro en las tierras patagónicas, coinciden los historiadores regionales.

Viendo a las cuadrillas que instalaban los rieles, la necesidad de alojamiento y alimentos, Dionisio Gadano se vino con dos carretas desde Bahía Blanca a Darwin, siguiendo la línea del ferrocarril”.

José Salatino Mazzulli

Tuvo siete hijos y una familia que formó junto Adela Baraldi y se fue expandiendo desde Darwin hacia el Alto Valle. Abogados, políticos, periodistas y académicos fueron y son parte de ese linaje. José Enrique Gadano, uno de sus hijos, fue senador nacional, dirigente destacado de la UCR y promotor de la provincialización de Río Negro.

Los hijos de Dionisio siempre expresaron su orgullo por haberse críado en la casona de Darwin.

– La pulpería de los Gadano de Darwin responde a una arquitectura que sobre el final del 1800 se generalizó en un “estilo italianizante”. Dionisio fue un inmigrante de ese país, que se crió en un pueblo cercano a Milán. La casona que levantó en Darwin tenía ventanas al exterior en la fachada y atrás y las habitaciones del centro, seguidas unas a otras, daban todas a un patio. Ese estilo se fue simplificando en las construcciones de los “maestros mayores de obra” -la mayoría inmigrantes italianos- a la incipiente clase media.

 El material que se usó en la construcción de la casona llegaba en los trenes. Los albañiles también. Los ladrillones se compraban en los hornos de la región. Para que las pulperías fueran identificadas en medio del monte por los jinetes y los carretones, se clavaba un palo alto con un trapo blanco en la punta.

– Homenaje. En 1987, el gobernador Osvaldo Álvarez Guerrero colocó una placa de bronce en la fachada de ingreso a la pulpería, en honor a José Enrique Gadano, hijo de Dionisio, que nació allí y fue senador nacional, reconocido abogado y dirigente radical.

En 2015, estudiantes del secundario 135 de Darwin, indentificaron el patrimonio histórico y cultural de la localidad. La pulpería recibió su cartel identificatorio que luce aún en su fachada.

Texto: José Luis Denino

Título original: Un caserón vacío en Darwin esconde historias del ferrocarril

Publicado el 31 de julio por el diario Río Negro

Fotos: Andrés Maripe

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