Intelectual francesa resalta obra literaria de un rionegrino. “Leer a Castañeda es abrir libros al mundo”

Leer la obra de Jorge Castañeda es como abrir sus libros al mundo. Hombre intensamente arraigado a su tierra y a la vez siempre andando con el corazón abierto a los vientos ajenos, es poeta testigo contemporáneo a su mundo más cercano como el de su querida Valcheta y a la vez se esfuerza, como ciudadano del mundo, en hacer de loa Patagonia la continuidad de las tierras libanesas, de donde vinieron sus abuelos.

Su reto es mantener vivos a los que ya no están, a través de los colores y la musicalidad de sus versos, consciente de lo efímero que es la vida y de lo fugaces que son los momentos de felicidad.

Escribir poemas es para Castañeda mantener vivas y eternas las emociones, los recuerdos, las nostalgias. El poeta es, en su obra profusa, mundialmente conocido y reconocido por hombres y mujeres tan apegados como él al valor de la escritura poética a nivel internacional.

Su poesía es una mirada objetiva sobre el sentido de nuestra existencia.¿ Quién como el poeta no esperó, quién no ha buscado algo indescifrable? Sus versos dan sentido a nuestra existencia, a nuestros trajines y vaivenes.

Ese es el ansioso objetivo de Castañeda. A pesar de todo eso en su obra no queda lugar para la tristeza ni para el “vague a l’ame”, melancolía, como lo demuestra en su libro “Raíces de Piquillín”, editado en España.

Esta obra es un verdadero mensaje a favor de la vida. Claro que al terminar un ciclo el poeta está tranquilo, en armonía con su mundo, mejor dicho con el mundo.

De tanto escudriñar la naturaleza, de tanto respetarla, lo telúrico le otorga a Jorge forma parte eternamente con lo sagrado, con el todo poderoso: la tierra.

Poeta del campo, de los espacios grandes y solitarios, Jorge Castañeda se va paulatinamente ofreciendo su única fuente de inspiración.

Si no existiera tal poeta, ¿quiénes entre los habitantes de las grandes urbes pudiera detenerse unos minutos para recordar de dónde vienen y saber hacia dónde van y para qué?

Abrir tal obra es pararse a respirar, a escuchar los latidos de nuestro corazón al que estamos sordos desde hace tanto tiempo. Leer a Jorge Castañeda es volver a sentirse vivo y ser conscientes de nuestros más profundos orígenes.

Como hombre maduro este poeta de corazón y alma expone tal como siente sus sentimientos, los expresa y los transmite como haciendo el balance de su trayectoria literaria.

Está listo para reunirse con sus seres queridos en tal comunión con las fuerzas naturales que protegerán orgullosamente su esencia.

Sus libros son como cerrar con serenidad el gran libro, sin adioses porque continuarán sonando sus versos a través de cada rama, de cada ciprés o de cada uno de sus paisajes y personajes.

Doctora Isabelle Saillour

Francia

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