El temible Cuero de Agua. “Peligroso habitante de lagos, lagunas y riachos patagónicos”

 

Mucho se ha escrito sobre el temible Cuero del Agua, basado en la antigua leyenda que  describe las andanzas y distintas formas de aparecer de este peligroso habitante de las profundidades de lagos, lagunas o riachos de nuestra  Patagonia, como asimismo en nuestra vecina Chile.

Este mítico ser se aparece en las orillas de los mencionados espejos de agua, con apariencia de un cuero de vacay como no existe quien asegure haberlo observado en su totalidad, imaginan y arriesgan formas, movimientos, actitudes y aditamentos, que tornan al cuero misterioso y peligroso.

Algunos le imaginan al cuero, pequeñas garras ubicadas en sus extremos, sin especificar cantidades, otros consideran que se trata de pequeñas espinas en forma de garfios, mientras que algunos describen que cerca de lo que sería su cabeza, se asoman dos especies de tentáculos.  Hay quienes en tanto, señalan que en su parte inferior posee una especie de boca parecida a una ventosa con la que absorbe los fluidos de la víctima hasta dejarla absolutamente seca, mientras que otros aseguran que tiene las formas o se confunde con una manta-raya.

Quienes se refieren al “Cuero”, en mapuche “trûlkewekûfe”, ubican la presencia del mismo en nuestra Patagonia y en el archipiélago de Chiloé en el vecino país, desde donde llegan noticias de ataques frecuentes a animales y también a seres humanos.

Antropólogos consultados sobre este tema opinan que el origen de esta leyenda puede estar en las creencias de los “guecufes”, espíritus malignos de los mapuches, entes que están presentes en la tierra y les adjudican poderes maléficos. Por su parte la antropóloga chilena María Ester Vicuña relaciona a esta figura con la del “nerufilù”, que se asimila al “guecufù” de agua y lo asemeja con un zorro culebra que hace lo mismo que el cuero, roba gente y animales para comerlos.

La misma antropóloga afirma que previo a la aparición del cuero puede observarse en el agua una luminosidad que la vincula con la conocida luz mala, o espíritus y aparecidos, dentro de la cosmovisión mapuche y en ese aspecto destaca el “anchimalén” que identifica a veces como una figura femenina radiante o luz que se presenta para anunciar algo malo.

En relación a la similitud de las leyendas en distintos lugares, aún distantes entre sì, opina que llegan por vinculaciones culturales, intercambio entre los pueblos, incluso se traslada de boca a boca, o sea por relatos.

Obviamente, a través del tiempo el relato va transformándose según los pueblos y teniendo distintas características, pero la raíz del mito es la misma.

Opina asimismo la antropóloga Vicuña, que los mitos del mundo y sus derivados, las leyendas, surgen como transmisión de enseñanzas hace miles de años en pueblos ágrafos donde hay que mandar mensajes a la sociedad, para que actúe de determinada manera, como nosotros en la tradición oral judeocristiana que solo mucho después fue plasmada por escrito en el viejo testamento.

Precisó asimismo que las leyendas tienen un lineamiento sobre como actuar en la sociedad.  “La leyenda dice; nene no te acerques al lago porque puede venir el cuero y te lleva, como el viejo cuento del cuco. El objetivo es advertir sobre algo malo que puede pasar, transmitir enseñanzas, incluso como debe hacerse el fuego, es la forma de transmitir conocimientos en las sociedades a través del relato oral.

Entre los más variados relatos, de quienes aseguran haber observado al mítico “cuero”, el que más se ha escuchado o difundido, es el que lo identifica como un “cuero de vaca” u otro animal que flota en el lago, laguna o arroyo,  se acera a la orilla y en determinado momento, cuando identifica una presa, animal o humana, la captura y la arrastra a las profundidades.

Buscando historias sobre el cuero, aparece que a una mujer que lavaba ropa en el rio le arrebato a su bebé que se encontraba a su lado. Otro cuenta que mientras pescaba en la orilla de un lago junto a un amigo, el cuero se apareció y en un rápido movimiento se desenrollo, atrapo a su compañero y tras enrollarse nuevamente, se hundió en las aguas y desapareció.

El testimonio de unos bañistas asegura, por su parte, que mientras disfrutaban de las aguas de un lago en el sur, observaron que se acercaba el cuero y rápidamente ganaron la orilla e intentaron engancharon con una especie de gancho de tres puntas y aunque lo lograron no pudieron sacarlo.

Relatos y testimonios de este tipo abundan, con historias protagonizadas o escuchadas, todas coincidentes sobre el comportamiento del cuero, aunque con una gran variedad de situaciones.

Por otra parte, algunas de las leyendas sobre el “temible cuero” sostienen que para vencerlo se debe contar con las influencias de una “machi” que con pócimas y rezos consiga atraerlo hasta la orilla y entonces arrojarle ramas o un trozo de un arbusto conocido como Quizco o Calafate que contiene grandes espinas.

Añade la leyenda que el “cuero” se envuelve y retuerce con fuerza, clavándose entonces las espinas, de las que no logra desprenderse y que le provocaran heridas sangrantes hasta su muerte.

Texto: Eduardo Reyes, periodista y escritor de Viedma

15-10-21

 

 

 

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