El gobernador Hernandarias, al frente de ochocientos hombres, mil caballos, ochenta carretas y varias yuntas de bueyes, parte de Buenos Aires con el fin de hallar la Ciudad Encantada de los Césares.
La expedición llegó incluso hasta General Roca (Fisque Menuco) y 211 Choele-Choel.
La marcha fue agobiante: Salinas grandes, calcinantes desiertos, regiones desoladas y hasta enfrentamientos en varias ocasiones con los indios hostiles. La vana búsqueda no halló otra respuesta que la falta de una orientación precisa para arribar a la Ciudad de los Césares, pero en ningún momento se dudó de su existencia.
La leyenda se originó en el relato de los alucinados sobrevivientes de la incursión de Francisco César, quien fuera enviado setenta y cinco años antes por Sebastián Caboto para situar la mítica “Sierra del Plata”.
La ciudad tenía características similares a Trapalanda y comenzó a llamarse Ciudad Encantada de los Césares, imaginada como una fuente de riqueza que podría compararse con la del Perú.
Al padre Mascardi se le atribuyeron cuatro expediciones hasta el Sur patagónico para situar la ciudad de los Césares y en el último de los viajes en 1673, fue asesinado por los aborígenes, en Santa Cruz.
Texto: Fernando García Rampellotto
Hernandarias (Hernando Arias de Saavedra, 1561-1634), nativo de Asunción, fue el primer gobernador criollo del Río de la Plata. (nota de redacción masrionegro)
Foto ilustrativa