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El sistema “pago fácil” u otras denominaciones por ventanilla es conveniente por varios motivos y bien lo saben los propios usuarios. Pero, en Viedma, los pocos lugares actualmente habilitados y disfuncionales desde el punto de vista edilicio, hacen insoportables para muchos clientes la tediosa espera.
Al menos tres “pago fácil” funcionan en lugares estratégicos de la ciudad, pero dos son muy incómodos. Durante varios días del mes la gente realiza largas colas al aire libre, incluso en esta época, con mucho frío y viento. Y hasta lluvia.
El servicio resta porque están habilitadas apenas dos cajas de cobro por local.
Otro lugar, si bien tiene un espacio físico mucho más amplio que aquellos, hay momentos que prácticamente está atestado de clientes. El martes, por la tarde, esa fue la situación, aunque se sumó el funcionamiento de solo dos cajas.
En fin, el supuesto rápido y cómodo sistema en muchas ocasiones se transforma en “pago difícil”, porque implica larga espera y -en la capital rionegrina- se espera al aire libre y ante la despiadada inclemencia del invierno.
