Figuras increíbles y misteriosas. Un caballo en las nubes, un avestruz en la madera…

Al escribir esta nota sobre determinadas imágenes que para sorpresa de muchos aparecen en rocas, en las nubes, en tablas de maderas y otras, me recordé invariablemente al hermoso libro de la maravillosa escritora uruguaya Juana de Ibarbourou, “La mancha de humedad”. Y en la casa de mis padres en el barrio La Falda de Bahía Blanca, en las horas de la siesta obligada en mi habitación miraba una mancha de humedad y como la gran escritora buscaba imágenes en ella, pareciéndome ver a San Jorge con el dragón.

¿Y quién no ha visto imágenes en las nubes? ¿Acaso también no las hay en la borra del café? ¿En las sombras? ¿Y en la disposición de las estrellas en el firmamento que fueron motivo para darles un nombre?

Una de las más curiosas es la impronta perfecta de un ñandú (choique) en una tabla de madera y que ha provocado miles de comentarios risueños. Uno dice, por ejemplo: “Imagina a la velocidad que venía el avestruz cuando chocó contra el árbol”. Genial. Otro opina que para él era el correcaminos. Pero lo cierto que la estampa quedó.

Menos anecdótica y mucho más mística es la imagen que según algunos dicen que es el rostro del Señor Jesús estampado en un corte de carne que apareció para sorpresa de una clienta que lo advirtió  y del propio dueño del comercio que no se había percatado de la misma. Lo cierto es provocó muchas visitas y fue nota de varios medios. Años atrás otro rostro más estilizado del Maestro de Galilea apareció esa vez, pero en un costillar.

Y una de las mejores imágenes que se han observado en las nubes es la silueta de un caballo y yo me acordé de aquellos versos clásicos: “Hipogrifo violento”.

En las mismas nubes en otra oportunidad se pudo visualizar en forma perfecta la bandera argentina con el sol en el medio como un augurio de esperanza para nuestra Patria.

Es que cada uno da rienda suelta a su imaginación y cree hallar en esas formas curiosas algún mensaje o profecía, según las necesidades.

Es bien conocido que los augures de la antigüedad daban mucha importancia a estos hechos e influyeron en la historia de los pueblos.

En el mundo de la imaginación y de las causalidades todo puede ser.

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

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