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José Font, conocido como “Facón Grande”, nació en Montiel, Entre Ríos y llegó a Santa Cruz entre 1904 y 1905 para trabajar. Era un hombre callado y cumplidor, carrero de oficio y se encargaba de transportar cueros y lanas. Era el carrero más respetado por todos los estancieros debido a su honestidad y a su generosidad. Jamás se fijaba en los pesos y era mano abierta para con los que venían a pedirle ayuda.
Fue elegido por los obreros de las estancias para que los representara en sus reclamos ante la patronal, fundamentalmente terratenientes ingleses.
Durante la huelga obrera de 1921, Facón Grande coordinó los movimientos de la zona entre Puerto Deseado y Colonia Las Heras, de la línea del Ferrocarril Patagónico. Fue fusilado por las tropas del teniente coronel Héctor Benigno Varela.
La historia de estos hechos trágicos fueron escritas por Osvaldo Bayer y llevadas al cine en 1974 por Héctor Olivera con Federico Luppi como actor principal.
Matilde Martínez Ibáñez de Sabbatella era mi bisabuela, tenía cuatro hermanos varones, uno de estos tres, Francisco, Lorenzo Diego o Ricardo Damián, (lamentablemente no tengo precisión de cual de ellos) era carrero, ayudaba al sostén de su familia y realizaba tres viajes por año desde Patagones a Santa Cruz, era amigo de Font, seguramente por compartir el oficio de carrero.
En 1921 no regresó de su viaje al Sur, encontrándose después de más de 110 años todavía desaparecido, sin que se hayan podido ubicar sus restos.
Tal situación generó en aquel momento una profunda angustia familiar que perduró en el tiempo. Esa incertidumbre y la necesidad de saber lo que había pasado con su tío, llevó, a que más de 40 años más tarde, mi tía abuela Matilde Sabbatella de Kucich, luego de recoger información de otro carrero maragato, supiera que su tío materno, había sido fusilado en 1921 en Puerto San Julián por las tropas de Varela y enterrado en una fosa común junto a otros carreros asesinados con él. Ella buscó la fosa común viajando en los 60/70 a esa zona patagónica sin poder ubicarla
Hace unos días por los relatos de un familiar, me enteré de esta historia de mi familia que desconocía y me contacté con Marcelo de la Asociación “Ruta de la Huelga de 1921”, quien generosamente me brindó información de aquel momento tan trascendente de nuestra historia patagónica, aunque lamentablemente no pude hallar más datos del hermano de mi bisabuela.
Seguiré buscando datos sobre esta historia familiar para tratar de encontrar las respuestas que mi bisabuela y mi tía abuela en su momento no encontraron y como un modesto homenaje a todos aquellos luchadores patagónicos cuyos cuerpos yacen en tumbas anónimas y de muchos de los cuales no se conocen siquiera sus nombres.
Texto: Mario Ernesto Sabbatella, vecino de Viedma
