En La Recoleta están héroes de la Independencia, ex presidentes, artistas y…fantasmas

 

En una entrega anterior nos hemos ocupado de algunos aspectos salientes que define las características e identidad de La Recoleta, el mayor cementerio del país. Mencionamos entonces lo que es característico en esos lugares, como  es la presencia de fantasmas y las historias y misterios de los que mucho se habla.

El astrónomo Carl Sagan sostenía que un misterio es algo fascinante que nos impulsa a la exploración y por lo tanto su existencia es necesaria, para llegar al placer del  descubrimiento, por lo tanto consideraba a los misterios como encantadores.

El periodista Mario Markic, en un trabajo sobre el tema, se pregunta entre otras cosas a quien no le gusta atreverse a recorrer el mundo de los muertos o animarse al juego de la copa,  a sesiones de espiritismo o  investigar en una casa abandonada.

Contamos en la nota anterior sobre el tema, que el cementerio de la Recoleta fue inaugurado en noviembre de 1822 y que los dos primeros muertos que ingresaron fue una mujer uruguaya y un niño negro, hijo de esclavos, ya que no se consideraba en ese entonces que se trataba de  algo exclusivo, hasta que las familias de mayor poder adquisitivo se trasladaron de la zona Sur al Norte de la ciudad de Buenos Aires, a raíz de la epidemia de fiebre amarilla.

Entre los fantasmas que dicen parece que se pasean por las noches en La Recoleta figuran dos mujeres,  identificadas como Luz María García Velloso, (la dama de blanco) y Rufina Cambaceres (la joven que murió dos veces).

En la nota anterior contamos la historia de un joven que entabló relación con una muchacha con la que rápidamente logro buena comunicación y hasta compartió un café en un bar cercano al cementerio y, entre otras cosas, aseguró que hasta la había besado. Dijo también, que luego ésta se despidió con premura y desapareció en el portal de ingreso al cementerio.

Más tarde, al recorrer la necrópolis, comprobó que su foto y su nombre figuraban en una lápida y que se trataba de la joven con la que había entablado relación Luz María García Velloso.

Rufina Cambaceres es la joven que algunos suponen pudo haber sido enterrada viva porque la dieron por muerta cuando tras haber sufrido un ataque cataléptico. Hay quienes dicen que por las noches el fantasma de Rufina se pasea entre las tumbas y bóvedas y en numerosas ocasiones ha sido vista por personas que circulan por las veredas del cementerio. Aunque familiares y allegados a Rufina afirman que el hecho no sucedió de esa manera.

De cualquier manera, el episodio de Rufina tuvo gran difusión e impacto en los habitantes de la ciudad, entre ellos uno de los titulares de la conocida firma Gath y Chaves, tienda que había logrado gran popularidad a principios del siglo 20

Uno de los propietarios era el inglés Alfredo Gath y su socio el santiagueño Chaves, quienes al parecer quedaron muy impresionados por el caso de Rufina Cambaceres.

Temeroso que le pueda suceder lo mismo que a la joven Rufina, Alfredo Gath contrató un ingeniero al que encargó diseñara un sistema que le garantizara que si se lo sepultaba y no estaba muerto pudiera salir. Le hizo entonces un ataúd triple, con un mecanismo hidráulico conectado a la puerta y al campanario que la bóveda tenía arriba.

De acuerdo a lo que afirma personal del cementerio, el señor Gath probó más de 10 veces el sistema, por lo tanto lo sepultaba, lo encerraban y probaba el mecanismo. En la prueba número 13, que fue en 1936 cuando realmente murió, nadie activó aquel excéntrico mecanismo.

Como ya lo indicamos, las historias de hechos sucedidos en vida de muchos personajes allí sepultados son innumerables, al igual que de fantasmas que hacen notar su presencia provocando claro, todo tipo de reacciones.

El periodista Alfredo Serra en un artículo sobre los misterios, dramas, tragedias, amores y fantasmas de La Recoleta se refiere a una buena cantidad de sucesos de este tipo y entre ellos se indica a Liliana Crociati, hija de un pintor y poeta Italiano que estando en luna de miel en Innsbruck los Alpes Suizos. En su bóveda se la ve con su vestido de novia, un sari que compro en la India y se destacan sus ojos que se cuenta eran de una belleza inusual y su fantasma se reconoce o identifica por ello.

En la nota se menciona también a Elsa Brown, hija del Almirante Brown, prometida de Francis Drummond, que perdió la vida cuando luchaba contra el Imperio del Brasil a órdenes de su futuro suegro, quien tuvo que informar a su hija de la desgraciada noticia y entregarle algunas pertenecías de su prometido. La joven Elsa, desgarrada por la nefasta noticia con su vestido de novia, se internó en el Río de la Plata y también encontró su muerte.

Un extraño suceso que desde hace tiempo circula es el de David Alleno que confirma que no todos quienes están sepultados allí son políticos, próceres, estancieros  o poseedores de dos o tres apellidos.  Alleno se desempeño como cuidador en La Recoleta entre 1881 y 1910 y obsesionado por el lugar decidió construir su propia bóveda, para lo cual tuvo  que adquirir  la parcela y por las exigencias estéticas en cuanto a la construcción viajo a Genova para contratar un arquitecto. Para  cumplir su deseo, invertía todo el dinero que  lograba reunir con los magros haberes que percibió durante años.

La bóveda terminada cuenta con un bajo relieve en mármol que lo muestra a Alleno con su ropa de trabajo, una regadera, una escoba y un montón de llaves.  Lo curioso o extraño es que el joven Alleno que contaba 35 años de  edad, no quiso esperar demasiado para utilizar su espacio y se suicidó.

Algunos autores de crónicas sobre La Recoleta cuentan historias de los muertos que descansan en esa necrópolis y por supuesto dan testimonios de los numerosos fantasmas que se han visto y mencionan, que en ocasiones se escuchan llantos que podrían ser de Elsa Brown, Liliana Crociati, Francis Drummond, Luz María García Velloso y Rufina Cambaceres, como así también ruidos de herramientas y llaves de David Alleno que continua trabajando en su tumba o el rebotar de una pelota que aseguran es del fantasma de un frustrado jugador de futbol que por las noches sigue recordando su tiempo de futbolista.

Obviamente, como ocurre en estos casos, muchos son los que se suman y dan fe o credibilidad a estas historias y otros tantos, consideran que los hechos solo existen en la imaginación de quienes dan fe a  estos sucesos.

Texto: Eduardo Reyes, escritor y periodista de Viedma

 Las Grutas  –  Río Negro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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