Policía de Río Negro: salarios, retiros y zona Austral

 

Como es un asunto serio, que con el correr de los años se ha ido complicando cada vez más, voy a hacer públicas mis opiniones al respecto, con la única finalidad de contribuir a una solución definitiva, que encamine por el rumbo adecuado la deteriorada relación gobierno-personal policial, en lo atinente a los haberes de activos, pasivos y pensionadas/os y con la lógica repercusión en la calidad de vida de los mismos que, eventualmente, podría producir inconvenientes en el desarrollo de la comunidad rionegrina porque el servicio policial de seguridad es IMPRESCINDIBLE. Sin Policía no hay sociedad.

Este tema nació mal, híbrido y los arreglos aportados han sido parches circunstanciales y salidas del paso. Fugas hacia adelante que fueron enredando cada vez más al mismo. Es necesario desandar las sendas equivocadas, volver al punto donde se perdió el rumbo y comenzar uno nuevo, porque se vive una realidad distinta en la sociedad actual y porque hoy, los policías de Río Negro, felizmente para mí, han comenzado a hacer valer sus justos derechos y esto nos debería interesar a todos, gobiernos de turno y policías activos y pasivos.

El camino que se emprenda debería ser honesto, serio, justo, sin buscar ni permitir ventajas y creo que necesariamente debe abarcar la Ley del Personal, (hecha por el Ministerio de Interior hacen más de cincuenta años y mal modificada), Ley 2432 de Retiros y Pensiones, la Ley Orgánica de la Policía (mal reformada pocos años ha) y reperfilar la Ley 2988 del traspaso de la ex-Caja de Previsión Social a la Anses en sus artículos 8vo., 9no. y 10mo. definiendo con claridad la pertenencia del sector policial, puesto que ahora, LEGALMENTE, pertenecemos a provincia pero EN LOS HECHOS dependemos de la Anses ya que corrige, rechaza, demora los expedientes y siempre tiene la última palabra. El enlace nuestro, es decir, la Unidad de Control Previsional (UCP) es un ente burocrático sin poder de decisión. Una rémora.

Y es por esta falta de claridad que el tema zona Austral se ha convertido en un nudo gordiano que sólo una decisión política podrá cortar. Por lógica nos corresponde este beneficio, ya que lo cobran TODOS LOS PASIVOS de la Provincia, MENOS NOSOTROS, los discriminados, por seguir perteneciendo a la misma. ANSES actúa según le convenga, el gobierno provincial se hace el distraído y nosotros, algunos por cómodos y esperando egoístamente los eventuales beneficios que consiguen los luchadores, otros por desconocimiento o desinterés y fundamentalmente por la falta del peso político que mencioné en los capítulos anteriores, les dejamos el campo libre y así nos va.

No fuimos los únicos en transferir el sistema previsional; diez provincias nos acompañaron. No se las otras, pero la nuestra estaba re-fundida, principalmente por los abusos, los privilegiados, la mala administración, etc., de modo tal que nos entregamos mansitos a una hipotética promesa de una caja integrada con instituciones similares, cosa que nunca ocurrió. No sé quién era el jefe de Policía y su Plana Mayor, pero los pasaron por arriba.

En este barajar y dar de nuevo, es ético y necesario poner todas las cartas sobre la mesa, sincerando las alternativas y reconociendo con hidalguía aquello que está mal, pero que nos hacemos los distraídos porque nos beneficia. Respecto a esto me surge la pregunta; ¿el retiro con solamente 20 años de servicio y en algunos casos a los cuarenta años de edad puede sostenerse, cuando el resto de la administración pública, salvo las excepciones, obliga a los 65 y 60 años respectivamente?…Este privilegio (para mi lo es) pertenece a otra época, a otra Argentina y debemos comprender y aceptar que ya fue. Además nos juega muy en contra a la hora de reclamar algo, porque nos lo echan en cara y es una de las formas utilizadas para desestimar reclamos.

Forzando razones, se puede llegar a justificar el retiro con sólo 20 años de antigüedad a quienes han prestado servicio vistiendo el uniforme, arriesgando y en algunos casos perdiendo sus vidas, soportando golpes, insultos y cumpliendo horarios tanto de día como de noche, en feriados, con recargos, traslados, etc. etc., pero ocurre que este retiro también alcanza a aquellos que integran los cuerpos técnicos, profesionales, de maestranza, etc. que trabajan solamente de lunes a viernes en horario de oficina y excepcionalmente sufren algún recargo.

Este personal, como mínimo, debe percibir los haberes que perciben los demás empleados de la administración pública y con los mismos reconocimientos. (Con una mano en el corazón, díganme si estoy equivocado).

Incluso esta posibilidad de “cuasi jubilación” a la larga ha sido perjudicial para quienes por distintas razones pasaron a retiro apenas superados los 20 años de servicios, con sus haberes reducidos por lo mismo y peor aún, dejando a los derecho habientes una miseria de pensión.

Es necesario analizar esta cuestión, porque en el “otro extremo” están los años de aportes, que ayudan un poco a que el sistema en sí pueda funcionar aunque no impiden el déficit, lo que en buen romance significa que el Estado ponga menos dinero para que nosotros cobremos, algo que todos los gobiernos tratan de hacer, postergando los aumentos a los pasivos, pagando sumas en negro, inventando haberes no remunerativos, etc y pasando dolosamente sobre nuestros derechos y obligándonos a reclamar y reclamar.

El tema sueldos me llevaría mucho espacio por eso quien desee profundizar sobre ellos, puede buscar información con los comisarios inspectores (retirados) Jorge Omar Correa y Rubén Calvo que hace rato vienen estudiando y echando luz sobre este tema, cada cual a su manera, con investigación y trabajo, algo que personalmente valoro y agradezco y que muchos estúpidamente critican sin hacer absolutamente nada.

Puse en el “otro extremo” (entrecomillado para llamar la atención), el disparate que significa el aporte jubilatorio nada menos que del 13% de los haberes en bruto y hasta la muerte, sin posibilidades de jubilarse. Conozco casos paradigmáticos de camaradas que siguen aportando y llevan más de setenta y cinco años haciéndolo, créalo, 75 añitos, para una “jubilación” que jamás llegará. Yo, personalmente, el 1º de Marzo cumplí 56 años de descuento previsional.

Lo escrito es sólo una parte de un todo mayor que es necesario analizar, porque me parece que las manifestaciones de los últimos días pidiendo aumentos salariales, absolutamente justificados, deben estar acompañados de una propuesta integral que abarque toda la problemática, a la que estoy agregando mi punto de vista. El capítulo 4º será muy importante: vacío moral y autocrítica.

Texto: Comisario Inspector ® Roberto Cancio.

Río Negro

 

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