Río Negro: Alcides Fresser, 88 años, ayudó a construir el primer aeropuerto de Islas Malvinas

El legislador rionegrino Juan Martín presentó un proyecto de ley para declarar personalidad destacada a Alcides Fresser, operario retirado de Vialidad Nacional, por su trayectoria dentro de la repartición, y su trascendental labor para la construcción del primer aeropuerto de las Islas Malvinas, en el año 1972.

Alcides Fresser, conocido en el Valle Medio de la provincia de Río Negro como “Pinino”, prestó servicio por más de cuarenta años en Vialidad Nacional llegando a ocupar el cargo de segundo jefe del mencionado organismo en esa zona.

Don Alcides nació en Choele Choel el 3 de julio de 1934 y después de haber realizado varias labores como trabajador transitorio en la construcción y en el Correo Argentino, entre otras actividades, ingresó a Vialidad Nacional en el año 1953.

En sus comienzos fue designado peón de pala en la antigua ruta nacional 22, todavía de tierra, entre Chelforó y Chichinales. Su tarea cotidiana consistía en cargar y descargar calcáreo para mantener la transitabilidad en aquella vieja ruta.

Después de unos meses en esa labor y por la llegada de un mecánico al campamento a reparar una topadora, Alcides aprendió los pormenores de la máquina, y comenzó a realizar sus primeras prácticas como maquinista vial. Poco tiempo más tarde se lo destina como ayudante de motoniveladorista a la zona de “La Japonesa” y es allí, con el conductor de ésta, que aprende el manejo de la nueva máquina.

Las tareas de Vialidad le hicieron conocer cada kilómetro de la red de caminos de la región del Valle Medio; campañas que iniciaban en Choele Choel, lo llevaban a General Conesa por la ruta 250 y desde allí a Río Colorado por la ruta 151, para retornar nuevamente a Choele Choel por la antigua ruta 22 vieja, cerrando así un circuito de más de 400 kilómetros. Tiempo todavía de caminos de tierra, de aquellos solitarios puestos de Vialidad que lo cobijaban a la vera del camino, de las últimas balsas y las viejas trazas.

 Pero sin dudas, lo que con más sentimiento y orgullo recuerda Don Alcides, es haber sido uno de los cinco operarios de Vialidad Nacional seleccionados para ir a las Islas Malvinas en 1972, junto a 32 hombres de las Fuerzas Armadas. El objetivo del equipo era la construcción del primer aeropuerto de  nuestras islas. Para entonces y ya con 37 años había adquirido una gran experiencia en el manejo de las máquinas y como operario de motoniveladora fue propuesto por el encargado de distrito.

Después de un tiempo de preparación en Buenos Aires, el personal y equipamiento necesario fueron embarcados en el ARA Cabo San Gonzalo. Finalmente, luego de 9 días de navegación en el Atlántico Sur, llegaron a Puerto Argentino.

En Malvinas los trabajos tuvieron sus contratiempos, las características del terreno húmedo, de turba y roca, y del clima, ventoso y frío, condicionaron los trabajos que fueron avanzando junto a la llegada de los días menos propicios del año en cuanto a meteorología.

Sobre ese terreno de turberas, material que previo tratamiento los lugareños usaban tradicionalmente para su calefacción, se acondicionó una base con la grava que se fue extrayendo desde la costa inmediata y triturando con la planta traída al efecto. Finalmente, sobre esta superficie fueron ensambladas las planchas de aluminio y así después de meses de duros trabajos invernales quedó montada la pista con sus 750 metros iniciales. Así, antes de que finalice 1972, la pista de carácter provisorio estuvo habilitada para que aviones Fokker F27 pudieran comenzar a brindar sus servicios.

Esta tarea que más allá de los contratiempos y desafíos que implicó por razones geográficas, geológicas y climáticas, ha sido un acto pacífico de ejercicio de soberanía, lo que lo hace digno de destacarse.

Por su parte, los lugareños que inicialmente se mostraban algo huraños, con el paso de los días se fueron acercando a curiosear los trabajos y de a poco se fue ganando la confianza mutua necesaria; el idioma no fue una barrera para intercambiar visitas, experiencias y algunas comidas compartidas.

Concluidos los trabajos, después de seis meses en las Islas, Don Alcides regresó al Valle Medio. De nuevo en la zona, retomó sus actividades habituales en la repartición nacional, donde después de más de cuarenta años de servicio, se retiró como segundo jefe de Vialidad Nacional de Choele Choel.

Su vida en adelante siguió ligada a tareas comunitarias y sociales. Entre ellas se lo recuerda como uno de los fundadores y colaboradores del tradicional Club Villa Unión, donde desarrolló otra de sus pasiones, el fútbol.

La vida y trayectoria de Alcides Fresser, aportando desde su función al desarrollo de la conectividad del Valle Medio de nuestra provincia, su calidad humana y compromiso social, y por haber sido parte de aquella histórica y poco conocida, aunque no menos importante experiencia argentina en Malvinas, lo hacen merecedor del reconocimiento de la Legislatura.

Fotos: portada Canal 10- interior: 7 en Punto

 

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