Recuerdo: Nadadora de Río Negro estuvo más de 5 minutos bajo aguas del mar. Récord

¿Qué impulsa a una mujer a sumergirse y nadar sin respirar entre lobos marinos hacia la estatua de una Virgen en el fondo del mar? ¿Y a otra a filmarla y fotografiarla? ¿Y a un buzo profesional a seguirlas de cerca para que nada extraño ocurra durante el rodaje submarino? ¿Y a otro buzo a marcarles el lugar y cuidar cada detalle desde la embarcación? Acaso cada uno tenga su propia respuesta a ese desafío, pero los unen dos deseos: escapar de la comodidad de lo conocido, aventurarse a la adrenalina de los cambios.

Por eso, ahí va Ludmila Brzozowski bajo las aguas del golfo San Matías, en la provincia de Río Negro, sin traje de neopreno, apenas con una malla y su capacidad de aguantar sin respirar: puede estar cinco minutos y 30 segundos sin hacerlo y tiene el récord argentino de apnea estática. Es septiembre del 2017, están a dos kilómetros de la costa y la temperatura en la superficie es de 9°, más fría abajo. Se siente en todo el cuerpo, se siente en especial en la cabeza. Dos lobos marinos se acercan y parecen imitar sus movimientos. Cerca va Laura, motor del proyecto, registra todo con su cámara subacuática.

Siguen rumbo a la Virgen sumergida, a siete metros de profundidad. Tony y Marcos, padre e hijo, ambos buzos profesionales, las llevaron hasta ahí y ahora están atentos a cada movimiento. Los cuatro dan vida a “Turn on”, un emocionante cortometraje hecho a pulmón que ahora, siete meses después, ya se puede disfrutar en las redes sociales y para el que hicieron otras dos inmersiones.

“Tanto la fotógrafa como yo estábamos en apnea, y eso hace más complejo todo. Teníamos que sincronizar muy bien nuestras bajadas, entendernos en esa situación donde yo estaba en medio de ese agua tan fría, sin protección, tomando aire ínfimo para no flotarme (porque no usé lastre) y, encima, el resultado tenía que ser estético. Y Laura, en apnea, tener que filmar, captar la mejor luz, seguirme, etc. Imaginate lo complejo”, relata Ludmila.

La elección del escenario no fue casual: ella nació en Río Colorado, aprendió a nadar en sus aguas, lleva la Patagonia tatuada en el alma. “Fue lo que me hizo proponerle a Laura que eligiéramos un lugar de Río Negro. Y la decisión de hacerlo en Las Grutas no fue solo por lo hermoso del lugar, sino por la presencia de Tony, fundamental para que todo saliera bien”.

El corto es de cinco minutos y 30 segundos, como la marca de Ludmila, que ahora se prepara para representar a Argentina en el 10° Campeonato Mundial de Apnea Indoor, siempre junto a su entrenadora y hermana, Eloísa. Pero ahora el tema no es el deporte sino el recuerdo de esa inmensidad azul y sus habitantes, como aquellos lobos marinos de los encuentros espontáneos. “Ellos se acercaban todo el tiempo. Curioseaban, se iban y volvían con más ganas. Nos dimos cuenta que copiaban mis movimientos. En el primer viaje al mar, se acercó un lobo que andaba solitario. Pero en el segundo viaje, se acercaron dos: macho y hembra.

En un momento nos dimos cuenta que se estaban cortejando y yo estaba metida entre ellos. Me alejé un poco, Laura pudo tomar fotos de gran valor documental. Ese momento fue inolvidable e increíble para todos. En lo personal, confieso que en un momento me sentí parte de la manada”.

P- ¿Y cómo fue el encuentro con la Patrona del Mar?

R- Como estaba a 7 metros, el frío helado se sentía con mucha crudeza en mi cabeza. Pero al rato me acostumbré y pude disfrutarlo. Tony nos había contado acerca de la virgen, del hundimiento, sabíamos lo importante que era para él y toda la gente de la zona esa escultura. Estar frente a ella le dio un significado especial a esas inmersiones. Hay una escena en que aparecemos el lobo, la Virgen y yo, un buen relato de cuando buscamos respuestas en la religión o en la naturaleza. Llegar a la Virgen me conmovió por el esfuerzo y la devoción que hubo detrás de esa escultura. Está ahí, en lo profundo, sola, contemplando ese golfo tan azul, tan hermoso, pero que a la vez puede deparar tormentas difíciles a la gente de mar.

Desde Bahía Blanca, donde vive, Ludmila cuenta que después de este sueño cumplido hay otros por delante. En especial uno: “Seguir mostrando la provincia desde abajo del agua, siempre en apnea y sin neopreno, interactuando con la naturaleza”.

Curiosidades sobre la realización del cortometraje:
  • Fue realizado en septiembre en aguas del Golfo San Matías, en Las Grutas.
  • La temperatura del agua estaba a 9 o 10 grados (y Ludmila sin neopreno, se sumergió para su filmación).
  • Implicó tres viajes a mar abierto.
  • Hasta el final de los créditos, dura cinco minutos y medio: precisamente lo que la protagonista puede aguantar sin respirar, ya que ese tiempo es su récord argentino de apnea estática.
  • Según su protagonista, es el relato de una historia como podría ser la de muchos: quién no se ha tenido que enfrentar a un gran miedo, a momentos de incertidumbre, de desolación, y tomar decisiones, elegir entre la comodidad del lugar conocido, o la adrenalina de los cambios, las zonas de menos confort. El relato quiere reflejar la resiliencia de todo ser humano: que aún en nuestros momentos más vulnerables, donde estamos despojados de todo, es posible encontrar fortalezas.

 

Querés conocer un poco más?

www.ludmilabrz.com

www.deaquavivo.com

 

Fotos: Laura Babahekian

 

Fuente: Argentisíma Satelital

 

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