El duro trabajo diario, cansancio, estrés y lucha por la vida. Visión de dos médicos de Viedma

El fatigante trabajo diario en el hospital público, el estrés, las reacciones de los pacientes, la salud pública y otras puntuales cuestiones están reflejadas en mensajes en una red social por parte de dos médicos de Viedma.

“Soy el custodio de tu vida y el primer enemigo de tu muerte”, expresó, entre otras consideraciones, la doctora María Gabriela Perotti, mientras que su colega Jorge Miño sustentó: “Es lo que vivimos a diario gente… estrés, desesperación, riesgo, pero siempre estamos ahí”, en el esfuerzo cotidiano.

Otros médicos y médicas rionegrinas también han manifestado por las redes sociales la actual situación en los centros públicos y privados de atención de pacientes, pero masrionegro publica estas sentidas opiniones de dos profesionales viedmenses que trabajan en el hospital local.

Para que sepas quien soy (cuando me busques)

Hola. En tiempos en que necesariamente me has de buscar, te quiero contar quién soy. Soy el custodio de tu vida y el primer enemigo de tu muerte. Soy tu compañía en la camilla y el ulular de una sirena en la celeridad del chofer de la ambulancia. Soy el mate de mil noches previas al exámen y otros tantos mates de las enfermeras en la guardia.

Soy el insomnio del director y el administrativo para estirar el magro presupuesto y también soy el trapo del auxiliar en el vómito del piso, la sangre en la camilla y las heces de las sábanas.

Soy los pies cansados del agente sanitario en la campaña y soy el caldo en la cuchara temblorosa del anciano.

Soy la contención de los excluidos sociales y de los abandonados a su suerte por los familiares. Soy los libros, los apuntes, las prácticas y el aprendizaje de tantas horas de mi vida para estar en tu receta o en el instante supremo entre la vida y la muerte.

Soy tu tiempo cuando llegas y tu olvido cuando te vas. Soy el primer convidado en tu urgencia y el primer olvidado en tu agradecimiento. Soy el “para eso les pagan” cuando en el rezo se le agradece a Dios el milagro del que fui quizás su gestor principal. Soy el llanto de la madre y el hijo en el parto y en la fatalidad, los ojos de la viuda también.

Soy el murmullo del rezo frente a la Virgen, el silencio del pasillo en la nocturnidad y el grito desgarrador del doliente del doliente. Soy sibilancia, soy estertor, soy el soplo y mascarilla para insuflarte vida  más también soy último suspiro en tu lecho final. Soy olores. Soy colores. Soy fragmento amorfo de tus huesos destrozados y filo cortante del expuesto. Soy líquido a chorros, espeso, en napa, incontenible, solidificado, escaso tal vez…vital muchas veces, mortal otras.

Soy suavidad de plumas en el quemado; firme compresión en el pecho; hábil costurero en las heridas; preciso y certero en la vena imperceptible. Soy furia contenida en el hallazgo del abuso y la violación. En fin, soy pasillos, salas, turnos, camas, farmacia y quirófano. Soy prisa, soy pausa, soy angustia y soy alivio. Soy lo aprendido, lo practicado y lo posible ejercido.

Soy el oportunismo del político de turno. Indiferencia en la rutina y noticia permanente en la excepción. Soy tu alero y tu refugio; tu primer auxilio solidario. Soy tu vigilia junto al borde del abismo fatal. Soy los rostros, soy las manos y los saberes de una comunidad que estuvo, está y estará permanentemente en la lucha solidaria, con errores a veces, pero siempre dispuesta a brindarte salud.

Soy la suma de todos tus bienes y riquezas en el pico de tu angustia y tu temor y soy el mísero salario que ignoras en los años de la sana paz física y prescindencia de mí. Soy trabajador hospitalario. Orgulloso trabajador de la salud pública de mi país.

Ahora sabes quién soy. Cuando me necesites me verás en la guardia o en la sala, o en la cocina, la farmacia, la recepción, la dirección, el consultorio o la ambulancia, pero fundamentalmente en los rostros y en la piel de cualquier trabajador del hospital público de mi Argentina

Dra. María Gabriela Perotti

6 de noviembre 2020

 3.15 hs, suena el teléfono  de mí oficina de médicos: Dr urgente a sala de clínica, la Dra necesita que evalúe una paciente covid; me visto con mi EPP y voy, al llegar: Ana María con respiración entrecortada me extiende su mano,  me pregunta: Ud es el médico terapista ? _si Ana _ Por favor ayúdame a respirar mejor yo ya no puedo sola …- a lo cual respondo apretándole la mano tranquila ,todo va a estar bien !! -Ud sabe, tengo dos hijos chicos – se me estrujó el corazón.

Ana María todo va estar bien, tranquila, vas a ir conmigo a la UTI y vas dormir para poder descansar y recuperarte, tras lo cual pedí que la llevarán; en ningún momento ella soltó mi mano, sólo cuando la dormimos para vincularla al respirador , ahora duerme tranquila, bajo la atenta vigilancia nuestra , esto es lo que vivimos a diario gente, estrés, desesperación, riesgo, pero siempre estamos ahí, con la ayuda de Dios que nos protege y guía … Ana María estamos junto a vos hasta que podamos vernos y saludarnos, vos sin respirador y nosotros sin máscaras .

 1° de noviembre 2020

No hay alegría más inmensa para los trabajadores de la UTI del hospital Zatti ver este momento, emocionante, sin lugar a dudas. Juan, 74 años, dio una dura lucha contra el covid; desde el 14 de septiembre un luchador inquebrantable sin lugar a dudas; hoy después de tanto tiempo recibió a su hijo , esa mirada y esas manos unidas, el mejor pago para nosotros y orgullo de pertenecer a este grupo de médicos terapista, kinesiólogos respiratorio, enfermeros y mucamos, si se puede! Seguimos en la lucha!

31 de octubre 2020

Dr Jorge Miño

Especialista en terapia intensiva y cardiología en Hospital Artémides Zatti

 

Fotos difundidas por ambos profesionales médicos en sus respectivas páginas de Facebook

 

 

 

 

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