La Pastoral de Niñez de la Diócesis de Viedma, como parte de la Vicaria de la Fraternidad, manifestó esta semana preocupación por “la situación que atraviesa el Ministerio de Desarrollo Social (de Río Negro) en referencia a la atención de la niñez y adolescencia”.
“Es urgente que el CONIAR cumpla las funciones para las que fue creado, convocando a las organizaciones no gubernamentales a trabajar en conjunto y no creando consejos paralelos. En coherencia con la ley delinee las políticas públicas con respecto a la infancia, enmarcadas en la Convención de los Derechos del Niño, la Ley Nacional Nº 26061 y la Ley Provincial Nº 4109”.
“Nos preguntamos ¿Qué política pública está llevando nuestra provincia en relación a los niños? ¿Por qué no hay diálogo con sus trabajadores? ¿Por qué los programas no son puestos al servicio de la comunidad más vulnerada? ¿Por qué el vaciamiento de los programas preventivos promocionales? ¿Por qué los empleados no tienen un contrato laboral acorde con el trabajo que deben realizar sin cercenar sus derechos? ¿Es que la vida de nuestros niños no vale nada?”.
“Estas ausencias van creando el ambiente propicio para impulsar “la baja en la edad de punibilidad” como freno a las consecuencias que hoy contemplamos: pibes totalmente “sacados” en situaciones de vulnerabilidad, que han sido en su mayoría “abandonados” por un Estado ausente y pobre en políticas de atención y contención. Un problema de inoperancia, de no llegada, de falta de compromiso y de voluntad política, se quiere solucionar castigando a quienes el mismo sistema no atendió en el momento propicio”.
“Urge ir más allá de los diagnósticos y organigramas, y poner “el cuerpo” a las distintas situaciones que emergen por doquier y que están destruyendo la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes”.
El documento acompaña a un escrito elaborado por los trabajadores de la Senaf, donde reclaman “dignidad ante la temática y el no vaciamiento de las prácticas territoriales”.