Devotos por Carlos Gardel, mito nacional

 

El Zorzal criollo, que cada vez canta mejor, se ganó un lugar también entre las figuras populares que están consideradas entre las devociones populares argentinas.

Lo notable que los homenajes que se le rinden en el Cementerio de la Chacarita, donde están sus restos, como en los lugares que se han levantado monumentos en su memoria,  tanto en nuestro país como el exterior, en la fecha de su nacimiento, como en la del lamentable accidente en el que perdió la vida al igual que en la que se recuerda el día del tango, se mantienen inalterables.

De acuerdo a las referencias relacionadas con el ídolo popular, con el correr del tiempo ha ido en aumento un culto popular, fenómeno que se da además en otros países de América, como Colombia, Venezuela, Costa Rica, Cuba y Puerto Rico. En esos lugares, como ocurre en la Argentina, el nombre de Carlos Gardel se ha convertido en un “mito” popular.

Se afirma que si bien la devoción que se le profesa no se traduce con pedidos o agradecimientos por alguna promesa cumplida, sino que se le rinde homenaje colocándole una flor (preferentemente un clavel) en la solapa izquierda del saco y un cigarrillo encendido entre los dedos de su mano izquierda también  como si estuviera fumando.

Si bien en nuestro país se recuerda al ídolo popular con actos, homenajes y reconocimientos diversos, lo mismo ocurre en numerosos países de América, donde la vigencia de Gardel se refleja en calles, plazas de distintas ciudades en las que se exhiben sus filmes, se difunden sus discos y se lo recuerda con crónicas en los diarios, radios y la televisión.

En uno de los países donde perdura un fervor inusitado por la figura de Gardel, es en Puerto Rico donde un numeroso número de sus habitantes iniciaron hace ya varias décadas una  “cruzada por la canonización  del cantor argentino.”

Informaciones que han llegado desde el extranjero, afirman que miles de fieles asistieron en Caracas, Venezuela, a un acto con ese propósito en Caro Amarillo, lo mismo hicieron otros miles en la población de Barranco en Lima, PerÚ donde además se descubrió un busto en su memoria. No sorprende tampoco que en esos países como en nuestra Argentina, Gardel aparezca en estampitas como otros personajes tan dispares entre si, como “La Madre María”, “Ceferino Namuncurá” o  “Eva Perón”.

Es importante destacar a todo esto que a 88 años del accidente que le costó la vida a Gardel, se mantiene el culto popular, que no ha decaído sino que permanece vigente, a pesar que las nuevas generaciones solo tienen las referencias del cantor solo por sus mayores o la vigencia que le dan los medios de difusión.

Es notable entonces que el recuerdo y la vigencia de Carlos Gardel se mantenga a pesar del paso del tiempo y se le siga rindiendo culto, como lo es asimismo el hecho  que quienes  lo hacen no es porque tenga algún tipo de poder que le permita complacer el pedido o demanda de alguno de sus fieles seguidores.

Precisamente, lo más destacable responde a  que el mito surge, se mantiene y se  consolida en el tiempo, por su condición de cantor popular, tanto en nuestro país como en un buen número de naciones americanas.

Quienes se han ocupado de encontrar la razón, de la permanencia en la memoria de la gente del mito nacido tras la figura de Gardel han analizado diversos motivos.  Entre ellos figura en forma destacada el reconocimiento que logró como intérprete del cancionero popular argentino, por sus filmes, por su simpatía reconocida en los numerosos países que visitó en sus giras, incluidos los Estados Unidos y Europa.

Algunos incluyen en sus análisis la forma en la que perdió la vida, como fue el trágico accidente de aviación en Medellín, Colombia, en medio de una exitosa gira.

La mayoría de quienes opinan al respecto coinciden en que el ”mito” que nació con su muerte responde a la ya adquirida popularidad y su más que afianzada trayectoria, como la identificación con el  hombre común de la ciudad toda, como con los habitantes de la totalidad de los barrios porteños.

Muchos además le reconocen su paso por el cancionero folklórico nacional y su apego a la música y canto del hombre rural, como también la elegancia y dignidad para vestir en distintas actuaciones su vestimenta.

Lo cierto es que por todas estas razones y otras que se le reconocen Carlos Gardel figura entre los “mitos” argentinos y tiene su lugar en el excelente libro de Don Félix Coluccio, “Las devociones populares argentinas”.

Texto: Eduardo Reyes, escritor y periodista de Viedma

Las Grutas  –  Río Negro

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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