Carta de un escritor rionegrino al ratón Pérez. “Te volviste malo, amarrete y discriminador”

 

Ratón que te apellidas Pérez: “En primer lugar quiero decirte que la carta que le dejaste a Elisa no me gusta para nada, Es indigna de ti, que celebras dejando dinero debajo de la almohada cuando a los niños se les cae un diente de leche. Como a Elisa a mí también me partiste el corazón. Y lo que es mucho grave la ilusión y la fe, tanto que jamás si fuera niño volvería a ofrendarte una de mis piezas dentarias.

Y sucede que en vez de ser bueno como cualquier personaje de ficción de golpe te volviste malo y encima amarrete y discriminador.

Pregunto ¿Quién te ha dado autoridad para revisar los dientes de los niños? ¿Qué título o licenciatura ostentas? ¿Eres, además de un vulgar ratón (antes simpático) dentista?

Tal vez me temo, no quiero ni pensarlo, que no estarás haciendo propaganda de dentífricos y otras yerbas, que haría como un sponsor a tu campaña recolectora.

Por otro lado, una carta de ese tenor es humillante no sólo para Elisa, sino para todos los que aún tenemos un niño adentro.

Lo único que falta es que ahora te pongas a hacer una campaña en contra de las golosinas y los caramelos. Y por casa ¿cómo andamos?: el queso que tanto te apetece acaso también no deja bacterias y otras yerbas en tus dientazos. ¿Dónde está tu cepillo de dientes, dónde tu dentífrico? Pero especialmente quiero preguntarte ¿Dónde está tu ejemplo?

Entras en las casas en forma solapada como un ladrón de noche, cambias dientes por plata, y encima haces ahora preferencia entre un niño y otro. Me quedo con los Reyes Magos o con Papá Noel, caramba!

Yo antes de que muestres la hilacha de esta manera te quería. Eras simpático y te esperaba lleno de ilusión por el dinero que me dejarías y al otro día, corriendo al quiosco a comprar caramelos y chocolates. ¿Qué otra cosa pensaste que haría? Tal vez comprar pasta dental; no estás equivocado.

Y por supuesto que si de tus congéneres hablamos me quedo con Mickey que jamás me defraudó y hasta el día de hoy recuerdo con alegría y una cierta nostalgia.

Y desde ahora en adelante seré cada vez más partidario del flautista de Hamelín que al lado tuyo es más bueno que el pan.

Pero, digo, a tu favor, que todavía tengo la duda que vos hayas escrito la carta de marras, además como pieza literaria epistolar es bastante vulgar y mala.

Bueno, como colofón, quiero Elisa que sepas que estoy con vos. Chau ratón, ahora veo clarito, que no has sido merecedor de llevarte mis dientes de leche. Me queda la duda que habrás hecho con ellos. Ya de puro escarmiento lo estoy llamando al gato con botas, para que esta vez sí cace ratones.

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta (Río Negro)

 

 

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