Dos ingenieros recibidos en Río Negro, premiados en el país y exterior. Tienen 25 y 36 años

Un doctor en Ingeniería, de 36 años, y un ingeniero de 25, que estudiaron en el Instituto Balseiro, en la provincia de Río Negro, recibieron méritos a nivel nacional e internacional.

Fabricio Alcalde Bessia, doctor en Ingeniería y también docente participó en el diseño y puesta en funcionamiento de un novedoso chip. El trabajo forma parte de una colaboración con el laboratorio Fermilab, de los Estados Unidos.

Por su parte, Matías Gaudenzi Samper obtuvo el primer puesto en el “Premio Pre Ingeniería a la Innovación Tecnológica”, a nivel nacional. Es ingeniero mecánico del Balseiro, recién egresado.

Conozcan sus trayectorias

Fabricio Alcalde Bessia tiene 36 años y se recibió de Doctor en Ciencias de la Ingeniería en el Instituto Balseiro un día antes de la declaración del aislamiento obligatorio debido a la pandemia de COVI-19, en marzo de 2020. El docente del Balseiro, que es becario posdoctoral de la División de Dispositivos y Sensores de la Gerencia de Física del Centro Atómico Bariloche, no se quedó de brazos cruzados.

Poco tiempo después, comenzó a colaborar de forma remota, como parte de su postdoctorado, con “Fermi National Accelerator Laboratory” o FNAL, más conocido como Fermilab, de los Estados Unidos.

El Fermilab es uno de los laboratorios de física de altas energías más prestigiosos del mundo. Está ubicado en Illinois, Estados Unidos y tiene aceleradores de partículas muy poderosos. Con esas gigantescas máquinas se busca responder preguntas de la naturaleza vinculadas con el origen del universo, las partículas elementales de la materia y hasta fenómenos como la materia oscura y la energía oscura.

Alcalde Bessia, que también trabaja en el Instituto de Nanociencia y Nanotecnología (CONICET-CNEA), participó en el diseño y puesta en funcionamiento un nuevo chip, llamado “circuito integrado o ASIC”, que sirve para para la lectura de detectores de “electrón único”. En otras palabras, colaboró en el desarrollo de un chip que permite realizar imágenes cuánticas.

Por su trabajo, fue invitado a viajar a ese mítico centro de investigación en agosto y estuvo allí por cuatro meses. La noticia salió como destacada en el boletín de noticias de Fermilab hace pocos días.

“En abril de 2020 empecé el postdoctorado de CONICET en el CAB y continué trabajando con un circuito integrado detector de radiación que había desarrollado durante mi doctorado. En julio de ese año me contactó un compañero para preguntarme si quería colaborar en el diseño de un chip junto al grupo de ASICs de Fermilab”, cuenta Alcalde Bessia, que es además Ingeniero en electrónica por la Universidad de Buenos Aires.

El Doctor en Ciencias de la Ingeniería por el Instituto Balseiro (institución dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo) trabajó de forma remota, desde su casa, desde agosto de 2020 hasta marzo de 2021. Ese mismo mes se envió a fabricar el diseño.

“Fue mi primera experiencia de colaboración a distancia en el diseño de circuitos integrados. Había hecho otros chips, pero en esos casos la mayor parte del trabajo la había hecho solo. Finalmente, durante los últimos cuatro meses estuve de visita en Fermilab probando el primer prototipo”, cuenta.

¿De qué se trata el desarrollo o la investigación en la que participó en Fermilab? “Participé del diseño y las pruebas del circuito integrado MIDNA. Se trata de un chip fabricado en una tecnología CMOS de 65 nm, de las que se usan para fabricar chip de computadoras y celulares, que sirve para leer sensores de partículas de tipo skipper-CCD”, cuenta el ingeniero.

“Estos sensores se usan actualmente en varios experimentos de física de partículas y astronomía porque son muy sensibles y permiten detectar interacciones muy débiles. Son tan sensibles que permiten contar electrones de a uno con mucha precisión”, agrega Alcalde Bessia.

“La idea de Juan Estrada, nuestro colega argentino que trabaja en Fermilab, junto a físicos de otras instituciones es utilizar estos sensores para detectar y analizar la naturaleza de la materia oscura, y para eso están sentando las bases del futuro experimento OSCURA”, detalla el investigador. Y agrega que Estrada, que es egresado de la Licenciatura en Física del Instituto Balseiro recibió, a principios de 2021, el “Instrumentation Award” de la División de Partículas y Campos de la American Physical Society por su trabajo.

El ingeniero explica además que para lograr una alta sensibilidad, el experimento necesita “24 mil sensores skipper-CCD, todos funcionando en simultáneo dentro de una cámara térmica a temperatura de nitrógeno líquido (-190°C)”. Y destaca que leer esa cantidad de sensores con los sistemas que se utilizan actualmente sería imposible, por la cantidad de cables, el ruido (las señales son débiles) y la energía que gastaría el conjunto.

“Ahí es donde entra el circuito integrado MIDNA. El chip está diseñado para trabajar a temperatura de nitrógeno líquido y se puede colocar junto a cada uno de los 24 mil sensores. Esto permite procesar la señal del sensor los más cerca posible del mismo y luego llevar esos datos hacia el exterior de la cámara térmica”, explica.

¿Y cuál es el aporte que se hizo desde Bariloche? “Mi aporte desde Bariloche fue durante la etapa de diseño, trabajando en forma remota. El diseño incluye pensar y simular los circuitos, y después “dibujarlos” para que la fábrica los pueda hacer en silicio”, cuenta Bessia. Y agrega que en Fermilab luego “pudieron demostrar que el primer prototipo del chip MIDNA funciona, que permite leer un skipper-CCD funcionando a baja temperatura y que fue posible contar electrones”.

Alcalde Bessia agrega que aún falta trabajo por hacer, incluso ya se piensa en fabricar una segunda versión. “Pero es un gran logro para dentro de unos años poder tener el experimento OSCURA funcionando”, dice.

Ante la consulta de qué es lo que más le gusta de su campo de trabajo, Alcalde Bessia responde al Área de Comunicación Institucional y Prensa del Balseiro: “Una cosa que me gusta mucho de la electrónica es que ‘permite’ realizar o ‘habilita’ a realizar otros proyectos más grandes. Sin electrónica la vida moderna no existiría como la conocemos. Desde que tengo memoria que me gusta la electricidad y la electrónica. De chico jugaba a arreglar los cables de la casa… Por suerte nunca me electrocuté”, reflexiona.

“Lo que más me gusta de la ingeniería es llevar adelante una idea, explorar distintos caminos y llevar las ideas a la práctica. Ver funcionando lo que uno hace lo llena a uno de orgullo”, agrega el joven.

Con respecto a su formación en el Balseiro, Alcalde Bessia comenta: “Mi formación en el Balseiro fue complementaria a la que recibí en la UBA, las dos muy buenas y de calidad. En particular en el Instituto Balseiro aprendí sobre detectores de radiación, uso y manejo seguro de fuentes radioactivas y pude realizar experimentos en instalaciones nucleares. Un aspecto importante es que durante el doctorado el IB me permitió establecer colaboraciones internacionales y me apoyó con becas de viaje”, concluye.

El Instituto Balseiro comunicó hace pocos días sus nuevas fechas de inscripciones para sus carreras de grado y maestrías en física e ingeniería. Abrirá nuevas inscripciones el 24 de enero de 2022 y las mismas estarán abiertas hasta el 4 de marzo a las 17 hs para residentes en Argentina; y para quienes viven en el extranjero, hasta el 18 de febrero por cuestiones de logística. El examen de ingreso se realizará el 18 de marzo en distintas ciudades. Más información: www.ib.edu.ar

Fuente: Área de Comunicación Institucional y Prensa del 

Instituto Balseiro.

INGENIERO DEL BALSEIRO FUE PREMIADO POR EL CENTRO ARGENTINO DE INGENIEROS

Matías Gaudenzi Samper obtuvo el primer puesto en el “Premio Pre Ingeniería a la Innovación Tecnológica” que otorga el CAI. En esta noticia, el protagonista, ingeniero mecánico del Balseiro recién egresado, cuenta detalles sobre el trabajo premiado.

Las máquinas pueden “avisar” cuando se están por romper. ¿Cómo? Con los sonidos y ruidos que produce o, mejor dicho, por las vibraciones generadas. Los desafíos para aprender a diagnosticar el estado de salud de las máquinas, y así poder prevenir daños, son muchos. Por un proyecto en ese campo, un joven ingeniero recién egresado del Instituto Balseiro fue galardonado hace pocos días por el Centro Argentino de Ingenieros (CAI) en la ciudad de Buenos Aires.

El ingeniero Matías Gaudenzi Samper, de 25 años, obtuvo el primer puesto en el certamen “XXI Premio Pre-Ingeniería de Innovación Tecnológica 2020-2021” del CAI. Fue por el trabajo titulado “Desarrollo de un prototipo de monitoreo de vibraciones para máquinas de proceso”.

Gaudenzi desarrolló el trabajo reconocido por el CAI como estudiante de quinto año de Ingeniería Mecánica del Balseiro (institución dependiente de la Comisión Nacional de Energía Atómica y la Universidad Nacional de Cuyo). Su lugar de desarrollo fue el Laboratorio de Vibraciones del Centro Atómico Bariloche (CAB), bajo la dirección del Ing. Daniel Brasnarof y la co-dirección del Ing. Matías Marticorena.

“Este desarrollo incluye el diseño de electrónica de acondicionamiento de señales y la programación de un software capaz de detectar fallas incipientes en dichas máquinas en forma automática y en línea, trabajo que incluyó un análisis de costos para evaluar la conveniencia del desarrollo de un dispositivo de este tipo”, informa el CAI en su sitio web.

El acto de entrega, que incluyó una instancia de coloquios o presentaciones, se realizó el viernes 26 de noviembre. En esta ocasión, la tradicional convocatoria unificó el premio del año 2020 -suspendido por la pandemia de COVID-19- con el correspondiente a 2021. En esta oportunidad, el CAI recibió 36 trabajos de estudiantes del último año de carreras de ingeniería de 15 universidades distintas, pertenecientes a las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Salta, Santa Fe y Jujuy.

“El Premio Pre Ingeniería tiene como objetivo la promoción y el interés de los estudiantes universitarios en las temáticas relacionadas con la innovación tecnológica y su instrumentación práctica, dentro de los múltiples campos de las ciencias de la ingeniería, premiando trabajos originales”, se destaca en su sitio web.

Al ser consultado por el Área de Comunicación Institucional y Prensa del IB por el proyecto por el cual fue reconocido, Gaudenzi, comentó que el mismo consiste en un sistema de protección, monitoreo y diagnóstico automático de máquinas de proceso.

“Esencialmente, esto significa que el sistema estudia las vibraciones con el fin de establecer el estado de ´salud´ de una máquina. Así, se busca determinar si es necesario detenerla por alguna falla en proceso y diagnosticar cuál es esa falla de forma automática. Más adelante, se buscaría poder predecir con seguridad cuándo es que se produciría la falla, basado en los datos adquiridos por el sistema”, explicó el ingeniero.

Por este proyecto, el cordobés fue premiado con un monto de dinero, una beca otorgada por la Fundación Endeavor Argentina para el programa “Ventures Academy” y un mentoreo de la Fundación Avina.

Además, Gaudenzi y las dos ingenieras que completaron el podio del premio recibirán la incorporación -sin cargo- al Centro Argentino de Ingenieros como socios/as por dos años. Cabe destacar que el ingeniero mecánico ya ha recibido propuestas de diferentes entidades para continuar con el desarrollo y eventual aplicación del proyecto en la industria.

Los resultados de la convocatoria se dieron a conocer de manera presencial, el mismo día en que se realizaron las presentaciones. “El reconocimiento es una gran fuente de orgullo para mí. Para ser convocado a los coloquios era necesario tener una idea tecnológica innovadora”, dijo.

“Pero una gran parte de la evaluación del coloquio tenía que ver con la ´utilidad potencial del desarrollo´ para la sociedad en sí. Siento que esto es importante porque no se trata únicamente de un logro académico, sino de usar el desarrollo tecnológico para atender a necesidades concretas”, agregó Gaudenzi.

“La formación que tuve en el IB se asemeja mucho a la forma en la que aprendí a nadar: en el lado hondo de la pileta. Te acostumbras a estar en situaciones en donde quizás no sabes exactamente por donde arrancar, pero sabes que tenés que moverte para llegar a donde querés llegar ”, comentó Gaudenzi ante la consulta sobre su formación en este instituto.

“Me gustaron las materias experimentales. Me gustó la mentalidad de que no hay ‘una’ forma de resolver un problema, y la libertad de poder elegir muchas veces por donde encarar un desafío. Desafíos que, definitivamente, no faltaron a lo largo de la carrera”, agregó el ingeniero, que en su tiempo libre disfruta varios hobbies, como el kitesurf, la montaña, la comida y la lectura.

Ante la pregunta de por qué eligió la ingeniería mecánica respondió: “En retrospectiva, no debería sorprenderme que terminé estudiando ingeniería mecánica. Me gusta desarmar cosas, para ver qué tienen adentro y por qué andan”, dijo el ingeniero.

Además, Gaudenzi contó que de chico le gustaban los juguetes que necesitaban ensamblaje, muchas veces tan complicados que los terminaban armando su padre o su abuelo. Y concluyó: “Todas estas cosas fueron parte de mi niñez. Ahora, más de grande, me gustan las mismas cosas, solo que a mayor escala. Motores gigantes, turbinas de aviones y brazos robóticos”.

El Balseiro abrirá nuevas inscripciones el 24 de enero de 2022 y las mismas estarán abiertas hasta el 4 de marzo a las 17 hs para residentes en Argentina; y para quienes viven en el extranjero, hasta el 18 de febrero por cuestiones de logística. El examen de ingreso se realizará el 18 de marzo en distintas ciudades. Más información: www.ib.edu.ar

Fuente: Área de Comunicación Institucional y Prensa del 

Instituto Balseiro.

 

 

 

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