Mensajes a pobladores rurales. “Que la esperen con la yegua de su hermana en el río”…

Quién transita por primera vez la Patagonia estará sorprendido por muchas cosas: por la inmensidad del paisaje que se extiende infinitamente, por la hospitalidad de los pobladores, por las manadas de guanacos, por los cielos estrellados, por lo achaparrado de la estepa y si por casualidad enciende la radio quedará estupefacto con los llamados “mensajes al poblador rural”, verdadero medio de comunicación entre los pueblos y su zona rural de influencia.

“Quien quiera que conozca esta región/ donde asustan las distancias/ legua de una a otra estancia/ del campo a la población/ ahí la comunicación/ nunca pudo ser normal/ solo este espacio radial/ que jamás falló ni un día/ reconocerlo quería/ al mensajero rural”, glosa en sentidos versos el Pampa Cruz. Y razón tiene porque en cada radio está ese espacio que muchas veces ahorra viajes, comunica situaciones muy difíciles de salud o de necesidades urgentes.

Varios escritores se han dedicado del tema y narrado las experiencias algunas risueñas y otras no tanto que se suceden en forma casi cotidiana. De ahí la necesidad de los pobladores cuando encargan los “vicios” de agregar las “pilas para la radio”, tan necesarias como la yerba y el pan.

Tengo dedicado en libro que sintetiza prácticamente a todos y que tiene la virtud de reproducir con fotos esos mensajes en papeles de cuaderno o en el que encuentran a mano, y cada uno con una foto ilustrativa. Pertenece al amigo Jorge Piccini cuya dedicatoria me honra. Se llama justamente “Mensajes al poblador rural”.

Y el primero que reproduce es un clásico, muy conocido, que dice textualmente: Se comunica a Adela Muñoz y a Carolina Morales que mañana viernes va Carlos. Que la esperen con la yegua de su hermana en el río”. 21-12-95

Otro en el mismo tono risueño: “Señor Humberto Rodríguez de Paso de los Molles se le comunica que el día 23-6-94 que viaja Inacio con 40 litro de vino. Lo único que tiene que aportar usted es agua para refinar el vino y venderlo”. Sin comentarios.

Otro más: “Dora, te dejé la pava y el mate en tu armario. No lo dejes afuera. Chao. Manolo”.

Este es genial, esperemos que no le pase a ningún músico: “A Daniel y Claudia de paraje La Porteña, que el señor Kily Gallardo no viaja por falta de su instrumentollamado guitarra”.

Don Elías Chucair, en sus amenos relatos también se suele referir a los mensajes para el poblador rural y su vecino el escritor y amigo Gustavo Abel Di Crocce en su ameno libro “Vidas de radio”  rescata entre otros el siguiente: “Quiero avisarle a mi tía que está en el campo, que tenga cuidado, en especial por la noche, porque el fuego puede viajar por debajo de la tierra y aparece en otros lugares”.

Y como colofón otro recopilado por Di Crocce donde le dicen al aludido que estaba en un  paraje: “Que no entregue, que si la Policía que no entregue, que él va arreglar todos los papeles, pero que se encierre en la casa y no se entregue”.

Lo cierto es que más allá de estos mensajes que suenen a chistes, muchas veces las radios de los pueblos con ese espacio tan característico y pintoresco han servido para salvar vidas y ayudar en emergencias.

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

 

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