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Mariano Suárez tiene 84 años y nació en Valcheta, pero hace varios años está radicado en la ciudad de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. No obstante, no se olvida de su localidad natal.
Su padre, del mismo nombre, fue administrador de la misteriosa Casa de Piedra, de Valcheta, y vivía con su familia en la casa de Las Tunas, situada a 1.000 metros al fondo de la misma chacra.
El papá trabajaba en el lugar cuando plantaron muchos árboles en los alrededores de la mítica vivienda de piedra.
Mariano recordó la llegada, en verano, de muchos invitados especiales de la familia propietaria, pero también de peones que trabajaban en el lugar, donde también había viñedos.
“Vimos cosas raras en una quebrada que queda cerca y una luz mala, como se le decía a esas cosas”, dijo Mariano. “¿Usted sabe qué es la luz mala, no?, preguntó en la conversación telefónica que mantuvo con un periodista de Viedma, observado de cerca por su nieta, que vive con él en Bahía Blanca.
“Tenía como nueve o diez años cuando vi, junto con otras personas, la luz mala en la casa de la quebrada, al fondo de la chacra”, afirmó Mariano con total claridad. También habló del galope de un caballo que escuchaban, pero que nunca pudieron ver a ese animal, ni siquiera en pleno movimiento.
Pasando a otro tema, recordó que vivió en Valcheta hasta que tuvo 18 años y viajó, junto con su mamá, a Carmen de Patagones.
Años después, ingresó a Ferrocarriles Argentinos, donde cumplió funciones en dependencias de Capital Federal e Ingeniero White, cerca de Bahía Blanca, lo que le permitió viajar seguido en tren a numerosas ciudades de Río Negro y volver por ratos a su querida Valcheta.
Ahora, jubilado, junto a su nieta, rememoró algunas cosas de su ciudad natal Valcheta, la Casa de Piedra y los extraños fenómenos que le tocó vivir cuando era un chico.
