Uno de los médicos que más ha trabajado en la medicina del quemado celebra sus 100 años llenos de vitalidad y agradecimiento para quienes han sido colaboradores y pacientes.
El
precursor de la medicina del quemado en la Argentina, Fortunato Benaím, celebra
sus 100 años de vida que lo encuentran con “vitalidad y proyectos a
futuro”, en una etapa que él denominó en una entrevista con Télam “de
cosecha” y de integración por el amor que cultivó por su familia y amigos
con la vocación de servicio a sus pacientes.
“Nunca cansarse de volver a empezar” es una de sus
frases de cabecera que aplica en todos los pasos que da en la vida: desde
aprender carpintería para construirle juguetes a sus cinco nietos hasta
presentar nuevamente este año -como lo hizo por primera vez en 1983- un plan
para crear una red asistencial de alta complejidad para la medicina del quemado.
“La vida ha sido muy grata conmigo”, resumió Benaím
en diálogo con Télam en el día que cumple 100 años e irá celebrando con una
serie de homenajes por parte de la Academia de Medicina y el Rotary Club, un festejo
con su familia y amigos y el saludo de pacientes que por su vocación de
servicio se convirtieron en seres queridos.
“Hasta el día de hoy, el hijo del primer paciente
quemado que atendí en 1948 en el Hospital Argerich me sigue saludando para mi
cumpleaños y agradeciendo lo que hice por su padre”, contó sobre el primer
desafío que guió el rumbo de su carrera.
Se trató de una familia a la cual un incendio en el barrio
porteño de La Boca desfiguró sus rostros, y Benaím tuvo que atender por llamado
del jefe del servicio: “Doctor Benaím, ocúpese de los quemados”,
recordó sobre esa frase que le dijo su jefe y que dio lugar a la primera
cirugía de ese tipo en ese hospital.
“Aquí estoy 70 años después”, completó el hombre
nacido el 18 de octubre de 1919 en Mercedes, provincia de Buenos Aires, y
graduado en Medicina en la UBA, estudios que financió en parte a través de las
presentaciones que hacía en los actos culturales de su pueblo con su trío
musical, del cual era el violinista.
Texto: Agencia Télam