Estreno nacional del filme “Barrefondo” del cineasta rionegrino Jorge Leandro Colás

 

Este jueves 25, cines de la Capital Federal y provincia de Buenos Aires estrenan el filme Barrefondo, del cineasta viedmense Jorge Leandro Colás

Se trata del cuarto largometraje y el primero de ficción del creador fílmico rionegrino.

Barrefondo está protagonizada por Nahuel Viale y cuenta la historia de un submundo criminal en el que se ve inmerso un humilde piletero que se encarga de realizar el mantenimiento de las piscinas de la gente de la alta sociedad que vive en countries y barrios privados.

Cuatro bastardos, revista digital de cine entrevistó a Colás y lo que sigue es el diálogo entablado.

Por @martog23

¿Qué te atrajo de la novela de Félix Bruzzone para llevarla a la pantalla grande?

Tomé contacto con la novela “Barrefondo” apenas salió, allá por el año 2011. Leí una reseña en un diario, enseguida la compré y al leerla sentí que había muchos elementos con un gran potencial cinematográfico. La construcción de Tavo, el personaje central; la forma en que hablaba, tanto él como otros personajes de la novela; la atmósfera suburbana enrarecida que atravesaba todo el relato; ciertas ambigüedades morales. Todos esos elementos que aparecían claramente filtrados desde la mirada de lo real – Félix Bruzzone trabaja como piletero, al igual que el protagonista de su novela- componían un mundo muy atractivo y a la vez posible de trasladar a la pantalla.

 

¿Cómo fue el paso del documental a la ficción?

Siempre pensé en “Barrefondo” como una película que cruzara y mezclara algunos aspectos característicos del documental dentro de la ficción que estábamos contando. Por un lado, hay un relato muy construido que tiene que ver con el género policial, pero desde el registro hay muchos elementos que tienen que ver con el cine documental, como el uso de la cámara en mano, los largos planos secuencia o la elección de locaciones reales. En cuanto al paso del documental a la ficción, creo que los principales desafíos tenían que ver con todas las diferencias que íbamos a encontrar en un rodaje de ficción, en comparación a un terreno que conocía bastante como el del cine documental. En documental los equipos están conformados por cuatro o cinco personas, los rodajes son muy extensos y lógicamente no hay actores. En esta ocasión, tenía que trabajar con un equipo diez veces más grande, sostener un rodaje muy intenso en un periodo de tiempo realmente muy corto e ingresar al fascinante mundo de los actores. Siempre lo nuevo trae duda, incertidumbre y miedo, pero sin dudas se trató de una experiencia que repetiría.

¿Cómo fue la experiencia de dirigir a actores de la talla de Sergio Boris, Osqui Guzmán y Nahuel Viale?

Trabajamos mucho la cuestión actoral. Conté con la ayuda de un coach de actores –Lisandro Musso- que me acompañó en todo el proceso. Para definir el protagonista de la película, hicimos un casting muy cerrado, entre tres actores muy buenos y que me gustan mucho. Finalmente, elegimos a Nahuel Viale, un actor muy talentoso, intuitivo e inteligente. Como elegimos a Nahuel en una etapa muy inicial del proceso de la película, fue muy valioso poder contar con su participación en castings y encuentros con otros actores. Podría decir que el resto de los personajes de la película se fueron conformando alrededor de él. Buscábamos equilibrio y matices, para componer el universo actoral de “Barrefondo”. Conseguimos un elenco de actores muy talentosos y reconocidos, con los que fue muy grato ensayar, trabajar y rodar. Fue un lujo, para una primera película de ficción, contar con estos actores.

 

La película presenta un trasfondo social bien marcado. ¿Qué tomaste en cuenta a la hora de balancear el entorno familiar, con la diferencia de clases y el submundo delictivo?

Claramente la película narra una historia muy anclada en lo social, en lo real. Por un lado, teníamos un núcleo familiar pequeño –Nahuel, Gaby, Suegro- en el que buscábamos que desde la actuación, desde las locaciones, desde cada aspecto de la puesta en escena, mantenernos en un realismo bastante puro. En cambio, la idea fue enrarecer un poco más los ambientes y las atmósferas a las que Tavo llegaba para trabajar. Pasa esto en los countries, con sus clientes un tanto particulares y hostiles y ocurría algo similar con el mundo delictivo del Pejerrey y su banda, un mundo extraño que despierta en nuestro protagonista miedo y a la vez fascinación. Nos parecía interesante entonces, que lo social esté un poco en función del protagonista y de su mirada.

La película está narrada eficientemente: ¿Que elementos tomaste en cuenta para generar el suspenso y la intriga que trae aparejado el policial?

La película cuenta, hablando estrictamente de relato, con la estructura y ciertas características, personajes y tópicos del cine policial. Nosotros a esto le sumamos una puesta en escena que toma ciertos aspectos más vinculados al cine documental. El punto de vista está muy pegado a Tavo, la cámara siempre lo está siguiendo, siempre cercana, a la par, a su altura, con movimientos nerviosos en algunos momentos o de forma estática en otros. Creo que todo esto hace que el espectador –y era un poco nuestro objetivo- se identifique y se posicione más cerca del protagonista, sintiéndolo vivo, presente y real.

DIFUNDIDO POR CUATRO BASTARDOS

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