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Lionel Alemany (28) es de Bariloche y hace casi tres años se dedica por las mañanas a tocar música en los subtes de Berlín (Alemania). Además de exponer su creatividad en el U-Bahn (metro), ofrece clases de guitarra.
“¿Que estoy haciendo en Berlín? Mejoro mi calidad musical, conozco artistas, aprendo el idioma para poder inscribirme en la universidad y los planes para el futuro: vivir en Berlín unos años más para poder recibirme en lo relacionado a la temática musical. Y me gustaría contar que las anécdotas tocando en el subte y en la calle fueron de lo más lindas y locas en esta ciudad”, detalló Lionel.
Agregó: “Quiero contar una experiencia personal. Hace ya casi tres años que me dedico a tocar en los subtes de Berlín. Lo que quiero decir es que al principio no fue fácil. Principalmente por el temor escénico más el plus del idioma. Quiero contar dos casos en particular que he vivido. El primero es que una vez tocando una canción un joven me invitó a grabar en su estudio. Y en ese mismo vagón, en ese momento, una señora se quejó que cantaba muy fuerte”.
“El segundo caso fue cuando un hombre me empezó a tocar el brazo mientras tocaba y me dijo que pare, de una forma bastante desagradable. Me bajé y le pedí disculpas. Tomé otro vagón y seguí tocando. Un poco más decaído, claro, porque eso nunca me había pasado. Al cabo de salir de ese vagón en el andén de una estación cualquiera otro hombre se me acercó para tirarme una moneda. Lo cual me llamó la atención porque pensé que no me había escuchado. Él me dijo que la moneda me la quiso dar antes, pero que un tipo cualquiera me sacó prácticamente del vagón entonces no pudo ser posible, agregando que en realidad el aschloch (significa imbécil en alemán) era él y que si bien tendría que mejorar la guitarra le gustaba la voz”.
“Lo que quiero decir con todo esto es que casualmente fueron dos experiencias diferentes pero similares. Con dos perspectivas opuestas dadas en un mismo momento. Eso me hizo replantearme que uno no puede satisfacer todas las expectativas de la gente. Y que casualmente lo que a uno le desagrada posiblemente a otro le agrada y así”.
“Esto me hizo pensar que este hecho se puede dar en cualquier circunstancia de la vida. Y que es algo que a mi entender se trae en la cultura que uno lleva, como le pega a cada uno. Por eso quiero decir que no importa en sí de forma rotunda lo que la gente te diga. Claro que están la crítica y la autocrítica. Que siempre tiene que servir para mejorar. Pero si hay algo que me quedó un poco más en claro es que eso no tiene que ser el impulso de una nueva proyección en las decisiones, sino la seguridad que se forja dentro de las experiencias de las mismas. No sé si a alguno le sirva esto o no. Sólo lo quería compartir”.
“Buena semana para todos. Mit freundlichen Grüßen (saludos amistosos)”, concluyó Lionel.
