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Hay personajes de historieta que han convivido con nosotros por muchos años dejando una marca imborrable en cada uno de nosotros. Es que han compartido una parte importante de nuestra niñez, adolescencia y juventud. Y pasados los años los recordamos con mucha nostalgia.
La vida me ha dado la satisfacción de haber conocido a varios de estos verdaderos artistas de la historieta que me han brindado su amistad. Por ejemplo, el genial Chingolo Casalla, autor del famoso “Cabo Savino” (junto a Monseñor Miguel Hesayne fuimos nombrados ciudadanos ilustres de Río Negro); el dibujante Ramón Gil o el guionista José Massaroli.
Pero siempre fui un gran admirador del talentoso Robin Wood que junto al dibujante Lucho Olivera, dieron vida entre otras creaciones inolvidables al gran Nippur de Lagash.
“Su protagonista –señala una crónica- le debía su nombre a la antigua ciudad Sumeria de Nippur, donde sus padres habían nacido, y luego adquiriría el epíteto de Lagash cuando abandona su ciudad, Lagash, en un exilio forzado”.
“Estaba basada en parte en personajes históricos y mitos famosos de la Edad Antigua, sucediendo ´principalmente en la Sumeria del III milenio a. C. y en la región histórica del Creciente Fértil, donde se considera que se originó la revolución neolítica en Occidente, y que se corresponde con parte de los territorios del antiguo Egipto, el Levante Mediterráneo y la Mesopotamia”.
“Fue una de las historietas más populares y es de las más recordadas en la historia del país, considerándosela un hito fundamental en su género”.
Guardo con mucho afecto entre mis colecciones de libros raros, diarios y revistas de colección algunos ejemplares de Dartagnan y de Nippur Magnum que ya son una verdadera reliquia. Y me solazo releyendo esas maravillosas historietas de Editorial Columba, en especial las series de Nippur, que además de entretener tenían la virtud de enseñar.
Si bien el tiempo ha pasado los héroes del imaginario todavía perviven en cada uno de nosotros en virtud que junto a ellos hemos pasados horas felices y, en mi caso personal, me iniciaron en el camino virtuoso de la lectura.
-¡Aguante Nippur de Lagash!!
Texto: Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta
