Aseguran haber visto en Conesa al fantasma de un cura sin cabeza. “Cuota inquietante de terror”

 

Si bien ya se ha tornado habitual que se hable de la aparición de fantasmas, espectros, espíritus o el alma de alguien que se resiste a abandonar este mundo y aún anda entre nosotros, no es tan habitual que se trate de alguien que en algún momento perdió la cabeza, como es el caso que nos ocupa. Es natural entonces que si la presencia de un fantasma provoca temor o por lo menos cierta intranquilidad, que encima se aparezca sin su cabeza,  suma por lo menos una cuota inquietante de terror.

Entre algunas de anteriores entregas hice referencia a un fantasma con esas características, que tiempo atrás se aparecía ante los centinelas que cumplían guardias nocturnas en la base naval Puerto Belgrano, como así también a la historia del “Caballo del Diablo”,  que en algunas apariciones lo montaba un jinete sin cabeza.

El que hoy nos ocupa, según vecinos de General Conesa, como también viajeros que visitaron la localidad, aseguran que han visto desplazarse por distintas calles la figura de un sacerdote sin cabeza. Nadie de ese lugar recuerda que se haya producido un accidente o un hecho puntual en el que un sacerdote o una persona del lugar haya perdido su cabeza y que ahora su espíritu ande por allí  con el fin de hallar su extremidad superior.

No son pocos los que han considerado la gravedad de estas  apariciones y mientras algunos opinan o alientan la posibilidad que se trate del espectro de alguna persona que por alguna razón eligió esa localidad para mostrarse, otros sostienen que lo más perturbador de esas apariciones, es que han llevado hasta la locura a algunas personas

Lo cierto es que son muchos los testigos que han dicho haber visto al cura sin cabeza con su sotana acompañado por varios perros y arriesgan que el comienzo de esta historia o relato, podría haber surgido en una estancia de la región, conocida como “Negro Muerto”.

Esto a consecuencia que un trabajador de ese establecimiento habría sido el primero que dio cuenta de haber visto al cura sin cabeza y si bien hubo quienes opinaban que podía ser una broma del hombre, otro peón de la misma estancia aseguró también ver salir al cura sin cabeza de un galpón del establecimiento seguido por los perros.

Circuló también respecto a este fenómeno paranormal una de las versiones que más aterrorizó a los vecinos sobre el tema, al surgir la versión que al sacerdote se lo veía a menudo realizar un recorrido por un barrio de alrededor de 20 casas con sus perros y desaparecer al llegar a la ultima.

Como también es frecuente en cualquier pueblo, ciudad o conglomerado humano que hay individuos o personas valientes y de las otras, como están además aquellos que sacan patente de valientes o guapos y en todo momento intentan demostrar que lo son y no siempre pueden hacer que se les crea. En ocasiones, además, la gente con esta personalidad suelen exagerar o reafirmar su fama de valiente y esa posición suele jugarles en contra y ser calificadas como bravucones o falsos guapos.

De acuerdo a lo que publica la página serargentino.com, una situación de este tipo se registró en General Conesa  durante la aparición del Fantasma del Cura sin Cabeza, ya que según los comentarios al respecto se referían a que un personaje conocido de la localidad,  frecuentemente se lo escuchaba hacer alarde de su valentía, coraje y templanza.

Este personaje calificó a sus vecinos como temerosos y cobardes e interpretó que la aparición del fantasma podría ser además producto de un bromista. Para demostrar su valentía y reafirmar su teoría, anunció que esperaría  al espectro en la casa en la que se comentaba que desaparecía.

Para ello, se armó con una cuchilla de buenas dimensiones y una escopeta, según anticipó, para asegurarse que nada le pasaría. Ya de madrugada instalado en la casita escuchó ladrar a los perros, cosa que no lo alertó ni sorprendió, aunque no demoró mucho en advertir señales que lo alertaron, como que puertas y ventanas se abrieron abruptamente como si una fuerza superior o un golpe de viento hubiera empujado con violencia las aberturas.

El devenido en corajudo acusó temor, aunque quiso no obstante demostrar su valentía y tomando la escopeta le gritó al posible bromista que se hiciera ver y para su sorpresa quien apareció fue “el Fantasma del Cura sin Cabeza” junto a sus perros.

El muchacho entonces comenzó a disparar contra la figura del aparecido y hacia todos lados sin lograr su objetivo.  Cuentan gente del lugar y testigos que si bien físicamente no sufrió daño alguno, no volvió a ser el mismo y quedó trastornado para algunos o completamente loco para otros y nunca mas insistió  en cuestionar la leyenda popular.

De todos modos, a partir de aquel suceso no se volvió a escuchar a ningún vecino hablar sobre haber visto al fantasma, pero por si acaso tampoco hubo quien se animara a negar la existencia del espectro que durante mucho tiempo tuvo atemorizada a la población.

Texto: Eduardo Reyes, periodista y escritor

Las Grutas 15-03-2022

 

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