El extraño caso de Julio Platner, secuestrado y abducido por extraterrestres en el año 1983

El célebre poeta y escritor francés Paul Eluard supo afirmar que también “existen otros mundos que están en éste aunque no los podamos percibir”.

También, el escritor y estudioso de estos fenómenos llamados “paranormales” Antonio Ribera en uno de sus textos afirmó que “ellos están aquí (los extraterrestres) con nosotros, en este planeta llamado Tierra. La historia humana –aunque ellos no intervengan en ella- ya no podrá nunca volver a ser la que era antes de que nos percatásemos de su presencia. El mito se ha hecho realidad y un día será historia”.

Igual que el caso Dionisio Llanca, el asunto de Julio Platner tuvo una gran repercusión en los medios de prensa de la época y abrió una gran polémica al respecto, como casi siempre sucede con estos hechos extraños.

En una crónica, Santiago A. Wiggenhauser escribió que “el 9 de agosto de 1983 Julio Platner abandonó un campo cercano a Winifreda, La Pampa. Fue sorprendido por una luz potente que logró despertar su atención. Intentó comunicarse con cuatro seres extraños pero no pudo. “Sintió una respuesta sin escuchar voces”. Los seres le transmitieron tranquilidad y revelaron que “casos como el suyo había miles, que si quería podía contarlo. Algunos le iban a creer y otros no”. Aparecieron cables cortados y quemados. Platner decidió contar su historia”.

Un amigo, de profesión viajante que recorre toda la Región Sur, me contó personalmente que por esos años trabajaba vendiendo camionetas y por referencias fue al campo de Platner, a quién no conocía, para ofrecer un vehículo por recomendación de otro de sus clientes. El matrimonio lo hizo pasar y compartieron unos mates mientras concretaban el negocio.

Cuando Platner se retiró de la habitación a buscar unos papeles su señora le contó a mi amigo si tenía conocimiento que Julio había sido abducido por seres extraterrestres y brevemente le narró una parte de la tan extraña historia que le tocó vivir. Me decía que era un hombre de hablar poco y pausado y nada daba a entender que hubiera tenido semejante experiencia.

Según la versión del propio protagonista, “se enfrentó cara a cara con lo que él mismo definió como seres extraños que se encontraban dentro de un “aparato” que según su versión de los hechos, no pertenecía a este planeta”.

Expresó que ese día “abandonaba el campo cuando una luz potente y un ruido especial lograron despertar su atención.

Cuando me bajé a abrir la tranquera es como si alguien me hubiese puesto un reflector en la cara, como de una soldadura autógena, eléctrica, que despide muchos rayos y a una cierta distancia hay que cubrirse la vista, yo simplemente vi eso, después de allí no recuerdo más nada”.

Platner aseguró “encontrarse como en un sillón de los que utilizan los odontólogos. En ese momento descubrió para su sorpresa que tenía la camisa arremangada y quiso ponerse en pie aunque no pudo debido a una fuerza extraña e incomprensible para él. Luego de un tiempo, la sala se vio iluminada por la presencia de seres nunca antes visto. Eran cuatro”.

Dio cuenta de que los seres poseían ojos que inspiraban confianza. “Eran saltones, opacos, grandes y sobresalían del rostro a la vez que no tenían párpados”. “Las orejas estaban solapadas al cráneo y todos carecían de pelo”.

Comentó también que “posteriormente le pusieron una especie de tubo en la mano izquierda, aunque no sentía presión, observando sorprendido como la sangre subía sin presión”. Calculó que “la experiencia duró aproximadamente entre 30 y 35 minutos de los que él tan sólo recuerda unos 7 u 8”.

Y finalizó Platner su fantástico relato diciendo que “cuando quiso caminar se encontró simultáneamente dentro de su camioneta, con las manos sobre el volante”.

Fue entrevistado en su tiempo por Fernando Bravo, Anabela Ascar y varios periodistas e investigadores de distintos países, debido a la notoriedad del caso.

Platner murió a los 67 años después de tres décadas de su insólita experiencia.

Un cronista escribió que “algunos investigaron este hecho y otros prefirieron olvidar. Sin duda se trató de un suceso de características muy extrañas, pero que llamativamente es interesante recordarlo bajo el criterio y el análisis de distintos investigadores e incluso  periodistas del diario “La Reforma” que intentaron llegar a la verdad”.

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

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