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En su interesante libro “Historia de las bodegas y viñedos de la Patagonia Norte” el ingeniero agrónomo Federico Witkowski, prologado por el ingeniero Alcides Dumas Llorente, realiza un verdadero y exhaustivo trabajo de investigación sobre el tema y, como no podía ser de otra manera, cita al Valle de Valcheta y al emprendimiento de los hermanos Voltolini, pioneros de la actividad en el lugar.
Después de describir las principales características de la localidad dedica una breve reseña a la bodega y viñedos de Voltolini Hnos.
“Los hermanos Egidio y David Voltolini, hijos de don Ángel, poseían una pequeña y precaria bodega familiar de 7.000 a 10.000 litros de capacidad, en la zona de Punta de Agua; contaban con una superficie implantada de 3,50 hectáreas de viña conducida en espaldera, cuyas variedades predominantes eran: Loca Blanca, Semillón, Pedro Giménez, Moscatel Amarillo, Moscatel Rosado, Criolla Grande, Cereza, Bonarda, Zinfandel o Freisa (denominada localmente Barbera Cordobesa y Uva Mora o Negra Peluda”.
“Han elaborado por más de cincuenta años un vino denominado “chacolín” de menta popular en la zona. Producto de poco cuerpo, tacaño de color y algo dulzón, que pegaba muy bien en los paladares de los parroquianos valcheteros. Vino al que también le ha rendido un merecido homenaje el gran poeta de la Patagonia, Jorge Castañeda”:
“Canto al vino chacolín”: ¡Oh, vino de Voltolini! / Generosas bordelesas / cuando madura la uvada/ en el valle de Valcheta. Áspero como los soles/ que tiranizan la siesta/ son buenos para probarlos/ meta pipa en la bodega. Rústico para el trabajo/ de la gente de mi tierra/ se hace sed en las gargantas/ como el agua en las acequias. Milagro de la ambrosía/ en las viñas valcheteras/ no lo dejarán vinagre/ con sus ansias tinajeras. ¡Oh, vino de Voltolini! / Damajuanas chacareras/ ha de ganarse las sombras/ y dormir las alamedas. Valle Angosto, vino lindo/ parrales con sombra fresca/ Anda David sin cerrojos/ entre savias vineras. Por detrás de la estación/ en la chacra viñatera/ Si habrá andado don Egidio/ de la casa a la bodega. Mucho no importa su color/ cuando pinta su acuarela/ lindo vino el de mi pago/ cuando la copa se llena”.
Glosa también que “entre los chacareros con alguna pequeña parcela de viña y que sigue elaborando algo de vino se encuentra Hugo Pepe Sella; además de otros viticultorespuede mencionarse a: Ismael Rada, un comerciante que poseía una oficina de venta de chacras y propiedades en Valcheta, compra y venta de hacienda, una barraca de acopio de frutos del país, distintas representaciones y propietario del tradicional “Hotel Rada”.
En su chacra de Punta de Agua se encuentra una cepa, variedad Moscatel Amarillo, con una antigüedad de un siglo. También puede citarse en esta zona agrícola de Punta de Agua, la existencia de un pequeño viñedo en la chacra de Blanca Ruiz Vda. De Centeno”.
“Sin embargo, las producciones son cada vez menores, debido a las fuertes penurias económicas y que el escaso vino elaborado alcanza para el propio consumo de la familia, para agasajar a algún visitante y si quedan algunos litritos para vender a algún conocido”.
“En la década de los 50 , se hallaban como elaboradores de vino, don Esteban Bellini, propietario de la finca “Villa Virginia” y Salvador Nicodemo La Rosa”.
“Las condiciones agro climáticas de esta área vitícola son excepcionales, favorecen una destacada sanidad de los viñedos y permiten una óptima maduración de las uvas”.
Hasta aquí el texto de Witkowski. Sólo faltaría agregar a algunos esforzados vecinos que hasta el día de hoy continúan produciendo vinos en el valle de Valcheta o lo han intentado: Carlos Medano, Abel Di Clérico, Yarza, Vincho Mussi y otros más.
También se ha dicho que sería Valcheta la cuna especial para la fabricación de vinos espumantes de calidad.
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta
Foto ilustrativa
