Antiguo negocio de ramos generales rememora el floreciente pasado comercial de Patagones

 

Julio César Galantini (64), nieto de Adelmo Aleardo Galantini, quien en el año 1906 abrió el negocio de ramos generales que está la esquina de Alsina y Monseñor Fagnano, en el centro de la ciudad de Carmen de Patagones, permanece algunas horas en el edificio construido entre 1880 y1890.

Parece no interesarle las consultas de posibles clientes, porque en rigor es poca la mercadería que tiene para la venta, pero muchos artículos constituyen verdaderos tesoros ubicadas en varias viejas estanterías. Cuenta entre 1.000 y 1.500 antiguas botellas de caña y otros innumerables objetos.

“Esto ya no es un negocio, al local lo abro por inercia”, dice Galantini, uno de los sucesores del legendario emprendimiento comercial de ramos generales.

En el depósito hay varias latas de pinturas y otras cosas. En ese mismo lugar está el horno de la vieja panadería que inició la actividad en la centenaria edificación. A pocos metros, una “estufa”, donde se leudaba el pan. Una verdadera reliquia artesanal para la fabricación del vital comestible. Habría sido construido entre los años 1890 y 1900.

Su abuelo Adelmo alquiló la edificación y comenzó a trabajar en el año 1906, junto a su señora, Mercedes Pelioni. Ambos llegaron de Italia, con dos hijos y cinco baúles y se instalaron en la Patagonia ventosa y hostil.

Galantini contó parte de la extensa y rica historia familiar. También algunos trazos de la trayectoria comercial de sus abuelos y padres.

“A los 12 años comencé a trabajar y después de tantos años, esto está igual que entonces”, resalta Julio César, quien tiene 64 años.

“Mi papá me enseñó el trabajo y la responsabilidad, repartiendo los pedidos en bicicleta por todo Carmen de Patagones, que por entonces tenía mucho más movimiento comercial que Viedma”,

Galantini detalló en forma pormenorizada la cantidad de enorme negocios que había en Carmen de Patagones, donde llegaban compradores de muchos pequeños pueblos bonaerenses cercanos y lejanos a la ciudad maragata.

En contraste, actualmente el viejo negocio evidencia el paso del tiempo y, entre otras cosas, queda el antiguo gran cartel que reza: “Julio César Galantini, tercera generación, fundado en 1906, ramos generales”.

Otra época, floreciente, nada que ver con la actual realidad.

Parte de la construcción, que se extiende casi media cuadra por Alsina y otro tanto por Fagnano está a la venta, desde hace mucho tiempo. Y, al parecer, podría permanecer así por muchos años más.

 

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