Algunas reflexiones por las elecciones. Por Jorge Castañeda, escritor de Valcheta

 

Estamos a un paso de las elecciones de medio tiempo y vemos la proliferación de candidatos desfilando por los medios, hablando generalmente del pasado y de temas que ya no importan a casi nadie. Son siempre los mismos, enquistados desde hace muchos años en los cargos; solo les interesan las prebendas del poder y nada más. Por los pueblos y ciudades pasadas las elecciones no vuelven jamás, olvidándose de la gente y de sus problemas.

También en sus discursos solamente prevalece el ataque sistemático a sus adversarios, muchas veces desde el agravio y el insulto.

El licenciado en historia Armando Raúl Bazán, académico de número de la Academia Nacional de Historia, escribió con gran lucidez sobre la raíz de nuestro problema.

“Los argentinos somos un pueblo proclive a las discusiones viejas. En interminables polémicas individuos y grupos se aferran al pasado para buscar los responsables de nuestras frustraciones como Nación. Y casi siempre sucede que los culpables son los otros. Es la vieja discusión maniquea sobre ángeles y demonios, virtuosos y traidores que planteó Sarmiento a mediados del siglo XIX con designios de política militante y tuvo la honradez de manifestarlo. Su antinomia civilización-barbarie hizo escuela y como reacción vino el revisionismo histórico que quiso dar otra versión de nuestro pasado vertebrada en la figura de Juan Manuel de Rosas. Científicamente, esa polémica está agotada hace tiempo, pero muchos se empeñan en reeditarla y en extenderla a otros campos de la vida nacional. Y así estamos empantanados en el pasado”.

“Según los momentos, fluctuamos entre el dogmatismo autoritario y la babel de opiniones se sesgo populista. Cada cual pretende tener la verdad pero sin la sustentación exigible al juicio crítico. La prédica de los sectores políticos, económicos y sociales carece de autocrítica y, casi siempre, el interés sectorial prevalece sobre el interés nacional. Esta varadura mental, huérfana de ideas renovadoras, nos mantiene atrasados en los planteamientos de los problemas y estorba las necesarias soluciones”.

En una etapa histórica en que los países líderes están discutiendo los problemas de la sociedad post-industrial, nosotros seguimos embretados en la antinomia, país agropecuario-país industrial. Los ejemplos sobre discusiones anacrónicas podrían multiplicarse y afectan también el campo de la cultura y de las ciencias. En este dominio se hacen prevalecer las ideologías sobre el mérito y la conveniencia científica y esto genera un fenómeno recurrente que es la hemiplejía cultural argentina. El sector que detenta el poder niega el mérito de los otros y trata de postergarlos o anularlos. Y así estamos desde hace muchos años”.

Mucho de esto se aprecia en la campaña política en Río Negro, con alguna excepción en “Juntos Somos Río Negro”, que prefiere un anclaje provincial y federal con independencia de los pleitos sin grandeza de los partidos nacionales, que se solazan recreando el pasado para instalarlo como centro de un debate retrógrado y perverso, donde son ellos y nadie más los salvadores del país.

Uno, el ciudadano común, espera propuestas sobre los grandes temas que debieran preocuparnos, como la fruticultura, la pesca, el rol de los puertos patagónicos, la transformación de la región sur y otros no menos importantes. Pero es en vano, mejor pedirle peras al olmo.

Ni siquiera se preocupan los señores candidatos (no todos, pero si la gran mayoría) en los problemas cotidianos de la gente.

Decía al respecto Nelson Mandela: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la democracia es una cáscara vacía aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento”.

Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

About Raúl Díaz

Check Also

Gobierno de Río Negro estableció nuevo “piso” salarial para el maestro de grado

  El gobierno de Río Negro fijó un “piso salarial” para el maestro de grado …