INTA: Después de los incendios en Río Negro. “Resultado desolador, la recuperación será ardua”

 

Diciembre y enero fueron meses difíciles y críticos para el Noreste patagónico por la ocurrencia de incendios rurales en una extensa superficie del Sur pampeano, Este rionegrino y algunos sectores del Sur bonaerense.

La acumulación de vegetación seca, altas temperaturas, fuertes vientos y varias tormentas con descargas eléctricas sin lluvia generaron focos de incendios que se expandieron rápidamente en distintas direcciones, facilitados por las escasas medidas de prevención tomadas durante años tanto dentro como fuera de los campos.

El escape del fuego de alguna limpieza de campo o del basural mostró con anticipación lo que podría suceder si el verano se manifestaba sin lluvias, ventoso y con mucho calor, en un ambiente de monte natural con abundante vegetación herbácea y baja carga animal.

Esta situación de riesgo de incendios fue anunciada y difundida en los medios de comunicación por las alertas tempranas de INTA Valle Inferior y Ascasubi.

No obstante, los incendios se extendieron sobre una amplia superficie impulsados por vientos intensos y cambiantes que obligaron a un esfuerzo extraordinario de los productores y bomberos, que sentían con desesperación el avance del fuego sobre los campos, rutas, viviendas y animales.

El resultado fue desolador y si bien se logró sacar gran parte de la hacienda y salvar las viviendas, quedaron muchos animales muertos y casi la totalidad de los alambrados inutilizados.

Las imágenes satelitales de principios de febrero muestran claramente las áreas quemadas (marrón claro) y las lagunas o salitrales (celeste), que pasaron a azul oscuro cuando se inundaron nuevamente (círculos rojos) con las lluvias recientes. Estas precipitaciones trajeron esperanzas, apagaron los focos aún prendidos y posibilidades de rebrotar el pasto.

 

Recuperar la estructura y la capacidad productiva

La tarea de recuperación será ardua y costosa en tiempo y dinero. Se deberán establecer prioridades y definir estrategias de alimentación para los animales que quedaron en el campo, hasta tanto se recupere el forraje.

La recorrida del campo para sectorizar lo quemado y lo que quedó en pie, recuperar los alambrados, clasificar los animales según edad y estado, y suministrar forraje (pasto y grano) según los requerimientos, son medidas a tomar a la brevedad.

Una herramienta que puede ser muy útil en estos momentos es la utilización del alambrado eléctrico, que rápidamente puede tenderse para dividir potreros y administrar mejor el forraje en sectores quemados o no. En la medida que se disponga de aguadas, el manejo racional del pastoreo permite la recuperación del pastizal y prolonga el uso del pasto. La división de potreros y la utilización por sectores dejando otros en descanso (pastoreo rotativo), facilita el rebrote y restauración de las plantas.

El tendido del alambrado eléctrico puede hacerse por los lugares limpios o quemados con una mínima remoción del suelo (rastra), sacando o evitando tocones de especies arbustivas.

Otro aspecto a tener en cuenta es la posibilidad de realizar intersiembras de pasturas en los sectores descubiertos según las condiciones suelos y ambiente del lugar. La incorporación temprana de verdeos (anuales) con alguna especie perenne (como agropiro, mijo perenne o pasto llorón), puede aprovechar la disponibilidad actual de nutrientes y agua, y fundamentalmente evitar la erosión del suelo desnudo y acelerar la oferta de forraje hasta tanto las especies nativas recuperen su cobertura.

La intersiembra de agropiro con verdeos y vicia fue validada y difundida como alternativa para el control de la erosión en campos de Patagones y Adolfo Alsina http://inta.gob.ar/noticias/el-cuidado-de-los-recursos.-como-enfrentar-la-degradacion-ambiental-en-la-norpatagonia y esta especie fue revalorizada ampliamente entre los productores para producir forraje en el área de secano.

http://inta.gob.ar/documentos/informe-de-la-jornada-taller-agropiro-alargado-revalorizando-un-viejo-aliado, http://inta.gob.ar/documentos/tecnologia-aplicada-para-el-establecimiento-y-manejo-de-pasturas-de-agropiro-en-ambientes-de-secano-del-noreste-patagonico.

Vale reiterar el cuidado en el laboreo del suelo para evitar las voladuras, utilizando labranza mínima como cincel con cajón sembrador, intersembradora o siembra directa según los casos. En ambientes arenosos o costeros, la incorporación de pasto llorón puede ser la opción adecuada, y en ambientes de monte con suelos más pesados el agropiro. El acompañamiento de verdeos y vicia facilita el logro de una cobertura rápida y recuperar la fertilidad.

Obviamente esta alternativa no pretende reemplazar el pastizal sino acelerar la cobertura del suelo y la recuperación del mismo. Además dependerá de la posibilidad de circular con herramientas en el potrero y de la ocurrencia de precipitaciones en el otoño. También puede intentarse la siembra al voleo, a caballo o en avión.

En todos los casos, el manejo del pastoreo con alambrado eléctrico debe tenerse en cuenta para facilitar la recuperación y mantenimiento de la cobertura vegetal.

 

 

 

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