Todos los caminos conducen a Valcheta. El 5 de octubre un nuevo aniversario

 

A fines del siglo diecinueve el Ing. José Escurra recopiló varias opiniones vertidas por viajeros y expedicionarios que supieron transitar la llamada travesía de Valcheta, que, como es sabido, era uno de los caminos primitivos más famosos de toda la Patagonia. La misma (de la cual decía el cacique Casimiro que quedaban las osamentas) salía de la costa Sur del Río Negro en el punto llamado Gastre, conduciendo hacia el interior hasta el valle de Valcheta.

Mencionada por Villarino, en la época de su expedición por el río Negro, quedó por muchos años rodeada de misterio, dado que los tehuelches y otras parcialidades envolvían todos aquellos datos que pudieran servir para conocer los sitios ocultos donde se levantaban sus toldos y especialmente donde había corrientes de agua dulce.

“De la feracidad de Valcheta -escribe Escurra- se contaban maravillas, pintándolas con los colores de una tierra de promisión; pero al mismo tiempo, se narraban de manera terrorífica, las dificultades y peligros a quién se exponía a cruzar esa inmensa zona de tierra desprovista de agua –la travesía- que separa aquel valle de las márgenes del Río Negro”.

“Se ponderó la dificultad de orientarse en el desierto, sin puntos de referencia, donde la más pequeña desviación podía hacer perder la senda, especialmente al cruzar un bosque que hay a la mitad del camino, el cual estaba guardado por el espíritu del mal –Gualicho- y cuyos grupos de árboles compuestos de chañares, algarrobo enano, barba de tigre, etc., todos ásperos y espinosos, desgarraban con sus ramas las carnes del viajero, y, ¡hay del desgraciado que extraviase la senda!, porque estaba irremisiblemente condenado a perecer de sed, en medio de horribles sufrimientos, y a que sus restos fuesen la presa del puma y de las aves de rapiña”.

En 1870, el capitán Musters, al terminar su larga y arriesgada peregrinación a través de la Patagonia, pasó por Valcheta; pero los datos geográficos que transmitió, poco exactos, por las especialísimas condiciones de su viaje no dieron mucha luz sobre la situación del famoso valle.

En 1879, el Dr. Francisco P. Moreno, en su viaje a las Manzanas, también visitó Valcheta; pero sus datos sobre la ubicación del valle adelantaron muy poco a los suministrados por el viajero inglés, su predecesor.

Es así que pasado el tiempo la expedición y asentamiento en el lugar del Coronel Lino Oris de Roa, descorrió completamente el velo que ocultaba aquellas comarcas.

Ramón Lista, en 1886 publicó en la revista “Cosmos” un croquis de toda la región y Burmeister detalla con verdad y exactitud los accidentes del terreno, distancia entre las aguadas, calidad de ellas y ventajas que ofrecen para acampar.

Afirma Escurra que “el valle de Valcheta es un sitio donde generalmente los pueblos originarios nómades y viajeros de toda laya, encuentran agua y abrigo contra los continuos y violentos vientos del S.O. que reinan en la Patagonia”.

El arroyo Valcheta, según Lino Oris de Roa, nace en unas sierras situadas al S.O. y como a veinte leguas de distancia. Y algo muy importante señala que “el valle de Valcheta, tanto por su ubicación central, cuanto por su abrigo y la calidad del pasto para las haciendas, ha sido uno de los paraderos preferidos desde los tiempos más remotos. De su importancia dan testimonio el número de caminos que a él concurren, lo mismo que la profundidad de las sendas traqueadas por las numerosas caravanas que lo han frecuentado”.

Sin embargo, no fueron estas las primeras veces que hombres blancos llegaban hasta el paraje. El padre Raúl Entraigas cita que en 1782 Fernando Zárate “que fue cautivo de los indios patagones, habló del “río chiquito” donde había visto cuarenta toldos”.

Y Musters, acompañado de un grupo de tehuelches, observó desbordado el río e inundada la incipiente población”. Dato este muy importancia porque explica el significado del topónimo tehuelche septentrional, pues Valcheta significa literalmente “donde se colma”, haciendo alusión a los célebres aluviones del mismo a la altura pueblo.

El ya citado Francisco Pascacio Moreno en 1879 escribió que “el valle o bajo Valcheta en el descenso de la meseta es pastoso, abunda el sulfuro de sodio y el arroyo que corre jamás se seca”.

Y es el Sargento Mayor Leandro Ibáñez, quién menciona por primera vez en un parte oficial al paraje del río “Balchitas”.

Hasta aquí los datos históricos y como colofón los versos del poeta: “Aunque la vida me lleve / preocuparme para qué. / Por más lejos que me vaya / a Valcheta volveré”.

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

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