Río Negro: Agustina tiene 16 años y cumplió el sueño de abrir su propio comercio

Es estudiante del nivel medio pero de chica tiene en claro que la edad no es un impedimento para emprender y trabajar. En la ciudad de Fernández Oro (Alto Valle) puso a andar su sueño y abrió su propio comercio.

Agustina Sánchez es una chica inquieta. Se mueve, pregunta, lleva la curiosidad en la sangre y siempre busca la manera de encontrar una respuesta. En su casa, desde chiquita, le enseñaron que nada se logra sin sacrificio y lo entendió perfectamente. Entonces, en esa niña que ya es una adolescente, de a poco se fue cultivando un perfil emprendedor que hoy sorprende y que une un sueño con un comercio.

“Ella no te quiere pedir plata para esto o lo otro. Ella quiere generar sus propios ingresos y nosotros la ayudamos en todo lo que podemos para que siga por ese camino. Siempre fue así, ingeniosa, lista para pensar algo y dispuesta a hacer todo para cumplir lo que quería”, contó Damián, su papá. Para el cumple de 15 Agustina no pidió regalos ni un viaje a Disney como ocurre con muchas quinceañeras. Pidió que le regalen dinero, lo que esté al alcance de cada uno. Y con el aporte de sus más íntimos, se lanzó a abrir un puesto de licuados en un sector costero de Fernández Oro conocido como La Primera del Río.

Agustina comienza en pocos días a cursar el cuarto año en el colegio en el CET 27 de Fernández Oro. Nunca se llevó una materia. Es cinturón negro y profesora de taekwon-do. Actualmente juega al hockey en Roca, pero reparte su vida entre Allen y Fernández Oro, donde viven sus abuelos, tíos y su mamá.

Quiere llegar a la facultad para graduarse como ingeniera química y así poder abrir su propia fábrica de productos químicos, actividad que desarrolla su familia. En los últimos días y con el apoyo de su papá biológico y del marido de mamá, Martín, inauguró un comercio de venta de artículos de limpieza en Fernández Oro. El local lleva el nombre de Patagonia Limpia Fernández Oro y está ubicado en J.M Jorge y 25 de Mayo.

Agustina sabe del rubro. A los ocho años y con su primito, ya vendía artículos de limpieza en las ferias de la región. Lo acompañaba a su papá, pero ella, en un rinconcito, tenía su “kioskito” para hacer unos mangos y satisfacer sus gustos. También los vecinos del barrio Patricio, de Allen, la recuerdan de pequeñita con un puestito de tortas que cocinaba su abuela, Ana María, en la vereda de la casa de los abuelos maternos. Torta y jugos para el vecindario, después de la escuela o en las vacaciones, fueron sus primeros pasos en la idea de esa niña que quería hacer su propio camino.

La habilitación comercial del nuevo local, por una cuestión de edad, está a nombre del marido de su mamá y papá de su hermanito. Pero el negocio es íntegramente de Agustina, que ya imagina abrir una sucursal en Allen. El intendente de Fernández Oro les entregó en mano la habilitación y la emoción empujó un poco más los sueños de Agus, que no para de pensar en salir adelante y crecer con esfuerzo.

Texto: La Mañana de Cipolletti

 

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