Catedral templaria de Bariloche. Más enigmas de los Caballeros del Temple

Varios amigos me han privilegiado enviándome sus libros dedicados, colección que ya sobrepasa los mil ejemplares.

Desde San Carlos de Bariloche me ha llegado un envío del abogado, periodista y escritor Sergio Capozzi, titulado “La catedral templaria”, en cuya portada hay una foto de la Catedral de Bariloche, una verdadera joya arquitectónica que siempre llama la atención de los visitantes.

En la dedicatoria Sergio escribe: “Con todo afecto para Jorge y a la espera de sus valiosas correcciones y aportes”. Sergio. 21/12/2020.

Comenzar a leer este libro es no poder dejar su lectura por demás interesante donde aborda diferentes tópicos sobre la búsqueda del Santo Grial.

En la contratapa del mismo se puede leer: “Si de algo estoy seguro, es que Colón no descubrió América. ¿Quiénes fueron? ¿Los templarios? Es muy probable. Pero ¿Qué sabemos sobre ellos?

¿Sobrevivieron a las matanzas del 13 de octubre de 1307?

¿Estuvieron en la Patagonia? ¿Qué significan los rastros que se observan en el Fuerte Argentino, cerca de Las Grutas? ¿Por qué colonos galeses se radicaron en el Chubut? El golfo San Matías está lleno de misterio y leyendas, lo mismo que la meseta de Somuncurá.

San Carlos de Bariloche era una pequeña villa de montaña, sin embargo, las autoridades de Parques Nacionales, en el año 1942, encararon la construcción de una catedral con dimensiones propias de las grandes iglesias medievales.

Para concretar la obra, un par de arquitectos fueron enviados a la ciudad de Chartres. Dos años más tarde, el templo era una realidad gracias al trabajo de siete misteriosos maestros eslovenos.

“Los nazis contaban con una organización, la Ahnenerbe, que tenía por objetivo confirmar la supremacía aria y descubrir el secreto de la vida eterna”.

“Para lograrlo, dirigieron sus esfuerzos en conseguir varias reliquias, entre ellas la cruz svástica original, la lanza de Longinus y el Santo grial. Las primeras las obtuvieron, sin embargo, el Grial les fue esquivo”.

“Bernard Müller era un sargento del ejército alemán durante la Segunda Guerra Mundial que llegó a la Argentina a fines de 1939. Primero, fue radioperador clandestino, luego trabajó en la Secretaría de Trabajo junto a Perón y, finalmente, fue trasladado a la Patagonia donde debía recibir a nazis escapados luego de la guerra. Junto a ellos, cruzó la estepa, hasta llegar a Bariloche”.

En estas páginas, se sabrá -dice Capozzi, si todas estas historias están relacionadas.

Como siempre se ha dicho, la Patagonia es una tierra de misterios y leyendas, donde crecen habas y legumbres de toda especie.

En síntesis una novela impactante que deja mucha tela para cortar.

 Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 Reedición

Foto portada: El Cordillerano

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