La misteriosa desaparición, en el año 2002, de una familia. Seis integrantes y excavaciones

 

Esta semana retomaron en la provincia de Entre Ríos las excavaciones buscando a seis integrantes de una familia desaparecida en 2002.

“Estaremos retomando este viernes las excavaciones, con colaboración del Equipo Argentino de Antropología Forense, que está aportando su conocimiento desde hace varios años en la causa. Será en función de un dato aportado por un vecino de la zona”, destacó Acosta. Y agregó: “En función de la información, nos parece pertinente requisar esta nueva parte del campo, que aún no ha sido revisada”.

El magistrado añadió que, si bien no se descarta ninguna hipótesis, no se ha podido ratificar aquella que indicaba que los seis integrantes del grupo familiar -el matrimonio y sus cuatro hijos- se habían ido del país: “Los informes de los organismos migratorios han dado negativos. Por eso la hipótesis de que se hayan ido a otro lugar, por el momento, no ha sido confirmada”.

Antecedentes

Entre Ríos

Millonaria recompensa por datos acerca de una familia desaparecida hace 10 años

A pesar de los años que han pasado desde el desaparecimiento de la familia Gill, aumentaron el monto de la recompensa para recibir datos o información.

La Justicia de Garantías de la ciudad entrerriana Nogoyá, solicitó el aumento de la recompensa para quien brinde información sobre el paradero de la familia Gill, desaparecida de un establecimiento rural el 13 de enero de 2002. Ahora la suma llega a $9 millones.

El matrimonio integrado por Rubén José Gill, de 54 años, y Margarita Norma Gallegos, de 25, fue visto por última vez en la ciudad de Viale, ubicada 50 kilómetros al este de Paraná ese domingo 13.

Luego de un velorio, fueron trasladados hacia el establecimiento rural “La Candelaria”, ubicado en Crucesitas 7°, a unos 80 kilómetros al este de la capital entrerriana junto a sus hijos María Ofelia, de 11 años; José Osvaldo, de 9; Sofía Mercedes, de 7; y Carlos Daniel, de 3.

A partir de aquella jornada, no se supo más de los Gill y se convirtieron en un gran enigma para la provincia mesopotámica.

Alfonso Fernando Goette, dueño de La Candelaria era una de los sospechosos del hecho, pero tras su muerte en 2016 la causa judicial quedó en nada. La principal hipótesis que se investiga es el homicidio y desaparición de los cuerpos de los seis miembros de la familia Gill.

El Ministerio de Seguridad formalizó un ofrecimiento de 9 millones de pesos para intentar destrabar el expediente número 350/02, que se encuentra frenado por falta de avances.

Durante estos 20 años se realizaron excavaciones en La Candelaria para corroborar declaraciones de testigos que señalaban que los Gill podrían haber sido enterrados allí, pero por el momento no se halló nada en ese sentido y el destino de la familia sigue siendo un misterio.

 

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