Pistoleros del far west eligieron la Patagonia para radicarse y convertirse en ganaderos

A pesar que esta es una historia conocida, no todos saben que dos de los más famosos pistoleros de los Estados Unidos, que  asolaron y ocasionaron terror en el Oeste de ese país, cuando vieron que peligraba su libertad y sus propias vidas optaron por huir a Sudamérica.  Para ese entonces distintos condados exhibían la foto de ambos, con la conocida inscripción; “Wanted” (buscado).

Me refiero a los conocidos bandidos Butch Cassidy y Sundance Kid, cuyas historias alcanzaron tal dimensión por sus andanzas delictivas, que fueron en su momento los delincuentes más buscados por la Justicia estadounidense, que ya llevaba redactado un expediente judicial que superaba las 1.000 páginas.

Además, era profusa la publicación de notas periodísticas, artículos, libros y hasta merecieron una película, titulada “Dos hombres, un destino ”cuyos papeles centrales los interpretaron nada menos que Paul Newman y Robert Redford.

En su búsqueda no solo estaba la Policía y la Justicia, sino que también se movían los hombres de la renombrada agencia de seguridad, Pinkerton, considerada entre las mÁs capacitadas de los EEUU.  Cuando se vieron acorralados se embarcaron hacia Buenos Aires con nombres falsos, aunque los conocidos Butch Cassidy y Sundance Kid tampoco eran los verdaderos, ya que estos eran Robert Leroy Parker y Alonzo Longabaugh.

De acuerdo a las informaciones de la época los bandoleros llegaron al Puerto de Buenos Aires en marzo de 1901 y para ingresar nuevamente eligieron nombres, “Butch Cassidy” fue entonces en nuestro país, James Ryan y “Sundance Kid”, Harry Place y junto a ellos arribÓ también una joven, Etha Place, pareja de este ultimo.

Según el historiador Marcelo Gavirati, estos delincuentes habrían elegido la Argentina como escondite a raíz de la abundante publicidad y avisos que publicaban revistas internacionales invitando a poblar la Patagonia considerada inhabitada.

Resulta difícil que estos bandidos hayan desembarcado en nuestro país sin tener un contacto o cómplices para que los orienten o amparen. Se considera entonces que aquí fueron recibidos por los hermanos George y Ralph Newbery, uno dentista y otro vicecónsul, quienes le recomendaron instalarse en la zona del lago Nahuel Huapi, donde ellos disponían de contactos e intereses y planeaban poblar la región con inmigrantes anglosajones y crear una colonia.

Tras una corta estadía en Buenos Aires los bandoleros tomaron el tren, pasaron por Bahía Blanca y Neuquén llegaron a Cholila en Chubut y se instalaron cerca del río Blanco, donde con la plata que trajeron productos de sus andanzas abrieron cuentas en el Banco de Londres y el Río de la Plata, compraron tierras, se convirtieron en ganaderos y comenzaron a criar vacas, ovejas y caballos

Los bandidos, bien instalados en nuestro país, se dispusieron a cambiar de vida y pasar el resto de sus años tranquilos,  lejos de sus agitadas carreras delictivas.

En los Estados Unidos en tanto, ya se sabía de su paradero, pero al parecer a la única que le importaba dar con ellos era a la agencia de seguridad Pinkerton, ya que a la Justicia y Gobierno estadounidense no le desagradaba que Butch Cassidy y Sundance Kid se mantuvieran bien lejos.

No obstante, enviaron a la Argentina con el propósito de dar con los bandoleros y detenerlos al detective Frank Dimaio, quien arribó en 1903.

Los historiadores destacan además el repentino cambio operado en el dueto, ya que de robar bancos y asaltar trenes transporte de valores, con operaciones planeadas tras intensas tareas de inteligencia, con huidas convulsionadas y otras acciones riesgosas, a criar ganado en las soledades patagónicas, respetados por peones y vecinos y disponer de buen dinero obtenido con actividades licitas, hay una notable diferencia.

No tardaron tampoco en conocerse las informaciones sobre las andanzas de los ahora ganaderos, como también la forma de operar para cometer sus robos.  En ese sentido, se supo que antes de los asaltos llegaban al lugar para estudiar los movimientos, conocer la gente y preparar la huida, además de cortar los cables del telégrafo.

Cuentan también los historiadores, que en nuestro país, los asaltantes mantuvieron una relación con un ex  sheriff estadounidense, identificado como John “Comodoro” Perry, con el que comercializaron productos y sostuvieron vínculos sociales. Por tal motivo, no fueron pocos quienes sospecharon que Perry conocía la identidad de los bandoleros.

Se supo que el propio gobernador, del por aquel entonces Territorio Nacional de Chubut, Julio Lezama, visitó la cabaña que los prófugos Butch Cassidy y Sundance Kid habían construido y de quienes ignoraba  sus identidades.

Allí, los delincuentes junto a otros pobladores con los que también mantuvieron relaciones, propusieron la iniciativa del vicecónsul George Newbery, de crear una colonia norteamericana, tal lo señala también el mismo Gavariti en su libro “Buscados en la Patagonia”. Estos mismos vecinos se encargaron de saldar las deudas que dejaron con sus falsas identidades Butch Cassidy y Sundance Kid cuando abandonaron precipitadamente la región.

Por tal razón se sospechaba además que estos vecinos conocían o sabían quienes eran los ahora nuevos ganaderos, que la apariencia de tranquilos hombres de campo no pudo ocultar su definida naturaleza delictiva, la que se evidencio cuando asaltaron bancos, empresas mineras y otros establecimientos.

Para esto ya extendidas sus andanzas en toda la Patagonia con Rio Negro en la región de Bariloche incluida, luego en Chile y Bolivia, adjudicándoseles algunas muertes como la de uno de los detectives de la Agencia Pinkerton, tras lo cual decidieron separarse y dedicarse a distintas actividades.

Inclusive uno de ellos consiguió trabajo en una empresa minera donde llegó a obtener un puesto de encargado.  No paso mucho tiempo para que ambos malhechores se unieran nuevamente y ahora si decidieran retomar su camino delictivo, cometiendo todo tipo de tropelías.

Previamente, intentaron beneficiarse con leyes argentina, como la “Ley del Hogar” que otorgaba tierras a argentinos o extranjeros dispuestos a naturalizarse, planes que se desbarataron al conocer que la gente de la agencia Pinkerton estaba tras sus pasos y el Gobernador Lezama había impartido la orden de arrestarlos.

En ese entonces, ya conocidos por sus arriesgadas acciones dolosas se volcaron nuevamente a ellas en nuestro país, Chile y Bolivia donde cometieron numerosos asaltos.

Sobre el final de sus vidas y sus historias no se conoce con certeza, algunos dicen que la Policía los rodeo en una vivienda que ocupaban en San Vicente en Bolivia y tras un intenso tiroteo, ambos delincuentes fueron hallados muertos en el interior de la vivienda, pero una versión dice que no murieron por las balas policiales, sino que al ver que no tenían escapatoria se suicidaron

Otros relatos que se adjudican a familiares, afirman que lograron escapar a los EEUU, donde murieron en el anonimato unos treinta años después.

Finalmente, debemos destacar que no son pocos quienes han escrito sobre estos personajes y su estada en nuestra Patagonia, donde como testimonio de ello queda la casa que construyeron cerca del río Blanco en proximidades de Cholila en Chubut y, de acuerdo a otras versiones, permanece en pie todavía a la vera del río Limay en su naciente en la desembocadura del lago Nahuel Huapi una construcción que habrìa sido almacén y bar, que Butch Cassidy y Sundance Kid solían frecuentar, de acuerdo a lo que sostienen algunos memoriosos de Bariloche.

Texto: Eduardo Reyes, escritor y periodista de Viedma

Las Grutas – Río Negro

 

 

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