Según estudiosos y especialistas, a pesar que la mayoría considera que cuando uno duerme está absolutamente inactivo, estos sostienen que no es así y dormir es una actividad más de nuestro sistema nervioso.
Afirman que el cuerpo requiere el descanso pero el cerebro continua activado y equilibra el organismo, las células se regeneran, mientras reposan los músculos y los huesos. Durante la noche podemos tener distintos tipos de sueños, aunque el hecho de dormir no implica que se vaya a soñar y por otra parte no siempre somos capaces de recordar los sueños.
Por lo general, solo permanece en el recuerdo lo que se ha soñado poco antes de despertar y principalmente si son sueños angustientes o pesadillas.
Se sostiene asimismo que durante el sueño, el cerebro se activa casi en forma completa, por lo tanto se afirma que está más activo durante el descanso que en el transcurso del día, aunque una parte del cerebro no funciona cuando se duerme.
Se asegura además que el pensamiento que llega a la mente durante el sueño, forma parte de un mundo onírico que no guarda relación con la realidad, pero está comprobado que el cerebro tiene mayor actividad durante la noche.
Cabe entonces preguntarnos porque soñamos y la respuesta que dan los especialistas, es que en ese momento del día, el cerebro tiene la tarea, de gran importancia para nuestra memoria, como es desechar y seleccionar recuerdos o almacenarlos, cuando estamos con los ojos cerrados.
Agregan también los especialistas que en el momento del sueño, el cerebro tiene la misión de intentar solventar los problemas o complicaciones que no encontramos durante el día.
Sigmund Freud, a quien se considera “el padre del psicoanálisis” ha realizado numerosos trabajos sobre el tema, incluso elaboró un diccionario con la interpretación de los sueños y en ese sentido afirma que muchas veces los sueños o pesadillas que la mente recrea, son reflejos de preocupaciones o situaciones de la vida.
Afirma al respecto que al no estar activada la parte lógica la representación del problema se escapa de los limites de la realidad y se presenta en forma metafórica y surrealista
En uno de esos trabajos, Freud destaca que soñar que se te cae un diente o que te persiguen, resultan bastante comunes y a estos se le adjudican multiples interpretaciones, para agregar que hay sueños que no debe interpretarse psicológicamente, porque se trata solo de evocaciones mentales.
Una pregunta que nos hacemos con frecuencia es porque soñamos cosas malas, o tenemos pesadillas, a lo que Freud interpreta también que durante el sueño padecemos lo que se conoce como sueño disfuncional.
Esto se debe interpretarse como pesadillas y lo que realmente pasa es que se trata de una alteración que tiene lugar en el subconsciente y que puede ser un reflejo que hay algo en nuestra vida que nos este perturbando.
Destaca asimismo Freud que hay factores externos que pueden provocarnos pesadillas, como una película de miedo o angustia antes de dormir, estar enfermo y padecer fiebre, vivir en estado de estrés y ansiedad o estar deprimido.
Al igual que Freud, otros estudiosos como Javier Cabanyes, Dr en neuropsicología de la Universidad de Navarra, asegura en su libro “Dormir y Soñar”, entre otras cosas, que dormir no es sinónimo de inactividad, y que no todo descanso se logra con el sueño, ni todo el sueño necesariamente es descanso y que la calidad del sueño es la que da esa vivencia del descanso.
Entre otras cosas afirma además, que hay personas que necesitan dormir más horas de la media que estÁ entre siete horas y media y ocho horas. En otro orden destaca, para aquellos que han preguntado porque nos despertamos, y sostiene que tenemos un reloj biológico puesto a determinada hora, por ello muchas personas se despiertan siempre a una hora habitual.
Coincide asimismo en que aunque dormimos el sistema nervioso sigue trabajando, a pesar que la conciencia no esté presente. Afirma también que los sueños se pueden dar a lo largo del lapso en el que se duerme, aunque no siempre los recordamos porque depende de la fase en que estemos y de la instancia que hay entre el sueño y el despertar, ya que si han pasado muchas horas no se tiene conciencia de haber soñado.
Cabanyes considera por otra parte que los sueños varían de acuerdo a la personalidad de cada uno, y que las personas imaginativas tienden a tener sueños vivos y realistas con multiplicidad de imágenes, mientras que los poco imaginativos tienen sueños vagos o poco precisos.
Por otra parte, Cabanyes asegura que solemos tener sueños incluso antes de nacer, y afirma que hay una explicación biológica de los sueños y que son ajustes que realiza el sistema nervioso, como también que existe otra parte de los sueños que tienen un componente psicológico, social y vivencial.
Sostiene en cambio que no existen interpretaciones generales de los sueños y el factor determinante para su interpretación es que el sueño se repita, y reconoce que siempre existe un punto vinculado con la realidad, porque las imágenes e informaciones son algo que hemos captado en nuestra interacción con el mundo y las personas, que se mezclan con el pasado y la razón y la lógica no están presentes.
Por lo tanto, concluyen los especialistas que en los sueños se mezclan el pasado y el presente, aunque la lógica y la razón no están presentes, por lo tanto podemos mezclar esos componentes de tal manera que terminan siendo cuestiones irreales o de la imaginación.
Texto: Eduardo Reyes, escritor y periodista de Viedma
01 – 07 – 2022
Las Grutas – Río Negro