Llegaron las orcas a Río Negro. Un poco de humor…y drama. ¿En 1977 intentaron matarlas?

Pensaba escribir ampliando un poco más sobre la especie de rescate histórico que hice del gran gobernador D. Adalberto Pagano, pero llegaron las orcas, razón por la cual dejaré para otro momento algunos datos que no publiqué para no extenderme demasiado.

Este anecdótico tema de las orcas, integra parte del acervo cultural de nosotros, los policías, que nos divertimos sin maldad de nuestros propios asuntos y en este caso necesita dos advertencias: una, que no se tome como una burla de mi parte, sino simplemente como un “gag”, un hecho inocente que -por lo menos a mí y quienes lo he contado- nos resultó gracioso y la otra es para que conste que no macaneo, que fue verdad.

En el invierno de 1977 prestaba servicios en el Primer Cuerpo de Tránsito. Alguien contó que había visto dos orcas atacando a los lobos donde los mismos tienen su apostadero.

 Corrió la voz por todo Viedma y Patagones y se decidió que era necesario matar a las mismas para defender a los pinnípedos de un pelo (perdón)). Me ordenaron que retire un fusil FAL, me instalé en el precario mirador antes, durante y un poco después que se produzca la pleamar y que cuando viera a las “ballenas asesinas” trate de matarlas.

Allá fui, acompañado por el cabo Roberto Cisneros y estuvimos desde las nueve de la mañana hasta cerca de las trece horas. Nos tocó un día nublado, destemplado y ventoso y -perdón por el término- nos cagamos bien de frío y de las orcas ni noticia. Volvimos ateridos y yo renegando porque suponía que al otro día me iban a mandar nuevamente.

Pero por suerte no fue así, ya que por el revuelo que se había originado apareció un biólogo especialista en el tema que dio las explicaciones del caso y a partir de entonces no sólo dejaron de ser vistas como asesinas, sino que se las estudia, se les puso nombre y se mira con simpatía su presencia, como ocurre precisamente en estos días donde vemos a una de ellas con su pequeña y linda cría.

Pero unos días antes de lo narrado, el entonces jefe de la Unidad Regional Primera, comisario general Romelí Álvarez envió un radiograma al Destacamento El Cóndor (hoy Subcomisaría) en el que ordenaba “hacer recorridas frecuentes por la costa del mar y en caso de ver orcas informe a esta Regional”. El mismo jefe, sonriendo, me mostró la respuesta que llegó al día siguiente. La misma decía “Habiendo recorrido la costa del mar, el pescadero y todas las calles del balneario, no se ha visto ninguna horca (textual) y tampoco nadie se ahorcó”

 Texto: Roberto Cancio

Título original de la nota: Llegaron las orcas (Un poco de humor)

Fotos: Fernando Mariño

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