Río Negro: Destacan plan que incorporó en la Línea Sur perros protectores de ganado

En 2013, el Campo Experimental Pilcaniyeu incorporó perros protectores como parte del manejo ganadero aplicado en el establecimiento. En el año siguiente, con financiamiento de la Ley Ovina-Río Negro se constituyó un criadero de esos animales para insertar la práctica en el ámbito regional.

Especialistas en la materia indicaron que durante ese proceso de aprendizaje no sólo se han adoptado recomendaciones, sino que también se tuvo la posibilidad de estar en contacto con diferentes técnicas de entrenamiento y sus resultados.

Como consecuencia, se generó el protocolo, bajo el cual se obtienen perros protectores de raza, con las características que mejor se ajustan a las condiciones locales de producción extensiva de ganado menor.

“Se detectan tres elementos centrales para la correcta incorporación de perros protectores de raza: el cuidado de la genética de razas de protección, el entrenamiento riguroso de los cachorros (impronta) y la capacitación de las personas que estarán a cargo del perro”.

Un perro protector de ganado, en términos generales, es un perro cuya única función es resguardar al ganado de factores externos que amenacen la integridad de los animales bajo custodia. Es decir, los perros protectores no son perros de arreo ni perros de caza.

El criadero del Campo Experimental INTA Pilcaniyeu reproduce y entrena exclusivamente perros protectores de razas que han transitado por un proceso de miles de años de selección de características que optimizan sus aptitudes para la protección de ganado. 

Las razas que emplea el criadero son Maremmano-Abruzzese y Montaña del Pirineo. Ambas adquieren un gran porte al alcanzar la madurez (30-45 kg de peso y 50-70 cm de alzada), sus pelajes son predominantemente blancos (con manchas pardas a negras en orejas y lomo) y tienen temperamentos equilibrados e independientes. Que sean independientes significa que una vez maduros, harán su trabajo sin necesidad de responder a órdenes específicas.

Mediante el proceso de selección y el entrenamiento, se busca producir perros protectores que cumplan con estas tres conductas críticas:

Confiabilidad: para que el perro protector sea confiable no debe mostrar ningún tipo de conducta agresiva hacia los ovinos/caprinos. Ante el contacto con el ganado, el perro protector debe ser sumiso. Manifiesta esa actitud cuando al aproximarse a un ovino/caprino, lo hace con las orejas hacia atrás y los ojos entreabiertos, evitando el contacto visual directo.

Atención y fidelidad: la atención consiste en que el perro permanezca la mayor parte del tiempo custodiando e incluso descansando junto a la majada/piño. Esto está íntimamente ligado a la fidelidad del perro, a los desplazamientos y comportamientos de la majada/piño y al territorio que el perro establece en torno a la misma. Es importante que el perro se inserte y familiarice rápidamente con la majada/piño y establezca su territorio en torno a ella. Encontrar al perro durmiendo entre la majada o en sus inmediaciones es una buena señal de que se ha incorporado y se mantiene fiel a la majada/piño.

Protección: esta aptitud está definida por la capacidad del perro de reaccionar ante cualquier desviación en el comportamiento rutinario de la majada/piño. Para ello es fundamental que el perro se muestre alerta a cualquier disturbio o potencial amenaza, esto le permitirá disuadir a los intrusos que amenacen a su majada/piño. La conducta 8de protección se expresa como una respuesta instantánea, en la que el perro se aparta de la majada e interpone entre las ovejas/chivas y la amenaza, emitiendo ladridos direccionados a esta última.

La fidelidad, atención y protección del cachorro hacia la majada se imprimen mediante un riguroso proceso de entrenamiento, denominado impronta, que se inicia desde el nacimiento del cachorro. Durante este proceso se alienta al cachorro a socializar con los ovinos/caprinos. De esta manera, la territorialidad y agresividad del cachorro estará dirigida hacia cualquier intruso que amenace la integridad de su majada/piño.

Los perros son animales sociales, por lo que instintivamente necesitan establecer grupos familiares.  Mediante la impronta se estimula al perro a formar ese grupo con ovinos/caprinos. Los perros también son territoriales, es decir, defienden el espacio asociado a su grupo familiar. La familiarización con una majada/piño hará que el perro protector establezca su territorio en torno a ella, defendiéndola de los depredadores o de intrusos que puedan amenazarla.

Dada la extensión de los sistemas ganaderos de la Patagonia, en el Campo Experimental Pilcaniyeu se implementa un protocolo de impronta riguroso, que busca garantizar el contacto del cachorro con ovejas y/o cabras, desde el instante de su nacimiento hasta los tres meses de vida. Estos primeros meses son críticos para que el cachorro establezca el vínculo con el tipo de ganado que tendrá que cuidar a futuro.

Si durante este período no se garantiza el contacto estrecho entre el cachorro y el ganado, se corre el riesgo que los cachorros se familiaricen con sus hermanos, es decir formen una jauría, en vez de socializarse con el ganado. Por ello, en el Campo Experimental los cachorros van cumpliendo una serie de etapas, en recintos de confinamiento compartidos con 2 o 3 ovejas y/o cabras, dependiendo del tipo de rodeo que tendrán que custodiar.

 

Fuente: proyecto de declaración que busca declarar de interés social, cultural, comunitario y productivo al Programa de Perros Protectores de Ganado realizado por el INTA. Autores: legisladores rionegrinos Juan Montecino Odarda e Ignacio Casamiquela.

 

 

 

 

 

 

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