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En la ciudad de El Bolsón se ha desarrollado una iniciativa social y comunitaria denominada Taller Ortopédico Social de El Bolsón. Se trata de un proyecto iniciado hace dos años, a cargo del equipo conformado por Francisco Giordano (empleado de la provincia, dedicado a la propuesta y padre de una hija con discapacidad), Darío Lambert, quien es kinesiólogo del hospital local y el doctor Pablo Ceraci.
En el proyecto, que surge de una idea conjunta del Hospital local y la Subsecretaría de Inclusión Ciudadana de la Municipalidad de El Bolsón, de la cual depende institucionalmente, Francisco y Darío fabrican de manera artesanal piezas de órtesis y prótesis, destinadas a personas que no cuentan con los recursos económicos necesarios para obtener estos elementos y que, sin lugar a dudas, significan “un salto cualitativo enorme en el mejoramiento de su calidad de vida”.
En cuanto a órtesis, se trata de aparatos, ayudas técnicas y soportes usados por los pacientes, indicados en especialidades médicas como ortopedia y fisiatría y en algunas terapias como fisioterapia, terapia ocupacional y podología que corrigen o facilitan la ejecución de acciones motrices, sirviendo para sostener, alinear o corregir deformidades y para mejorar la función del aparato locomotor.
Son elementos técnicos auxiliares y terapéuticos que reconstruyen, sustituyen y corrigen las funciones dañadas y se encuentran en contacto con el cuerpo, devolviendo funcionalidad, confort y estética a las personas afectadas; como lo son las llamadas “valvas” o los conocidos “conos de enchufe” para piernas ortopédicas fabricados con plástico, para armar las prótesis completas, que se construyen en el taller andino.
Las prótesis para los miembros inferiores o superiores, habitualmente son utilizadas en el caso de amputaciones, al sustituir, parcial o totalmente al miembro dañado.
Todos estos elementos no tienen ningún tipo de costo para quienes las necesitan y son de bajos recursos económicos o no cuentan con obra social, no pudiendo acceder a ellas de otra forma.
“Muchas veces no es sólo el aspecto económico lo que dificulta a los pacientes un pronto acceso a este tipo de dispositivos, sino también la lejanía de las grandes ciudades donde éstas se pueden conseguir o adquirir, o donde se deben y pueden adaptar a medida de las personas involucradas, que es lo que también se hace en el taller, facilitando todo un proceso que de otra manera demora muchas veces demora meses en concluirse exitosamente”.
Se mencionó la colaboración recibida oportunamente por parte del INTI (Instituto Nacional de Tecnología Industrial) para capacitar al recurso humano implicado en la construcción de todas las piezas de prótesis y de ortésis que buscan brindar prontas soluciones para personas en desventaja social; por cuanto los procedimientos empleados son de carácter muy artesanal, lo que no impide avanzar en el logro de los objetivos trazados, para lo cual se invierte mucho trabajo, esfuerzo y tiempo, lo que contrasta asombrosamente con otras realidades teñidas de robótica e impresoras 3D.
Por el momento, los pacientes toman contacto con el taller a través del Hospital de Área Programa El Bolsón, aunque se aspira a que el proyecto tome difusión tal que alcance a la mayor cantidad de beneficiarios posibles.
Las expectativas del equipo de especialistas se proyectan hacia un futuro más prometedor, abarcando la formación de recursos humanos, la generación de nuevas fuentes de trabajo y posibilidades para mejorar el nivel de vida de la gente; esto, de la mano del funcionamiento de esta pequeña empresa social que llena de orgullo y satisfacción a su comunidad local.
Por su parte, los legisladores rionegrinos Adriana Del Agua, autora del proyecto parlamentariuo, Juan Pablo Muena, Graciela Vivanco, Claudia Contreras y Julia Fernández, quienes proyectaron declarar de interés social y comunitario el funcionamiento del Taller Ortopédico Social de El Bolsón, que tiene por objeto la fabricación de manera artesanal piezas de órtesis y prótesis, destinadas a personas que no cuentan con los recursos económicos necesarios para obtener estos elementos y que sin lugar a dudas significan un salto cualitativo enorme en el mejoramiento de su calidad de vida.
Foto: Laura Toso, Bariloche Opina
