Buzos de San Antonio Oeste reflotaron un velero hundido en el lago Nahuel Huapi

El equipo de buzos profesionales de San Antonio Oeste encabezado por Luis “Tony” Brochado e integrado por su hijo Marcos y Walter Wisiak, logró reflotar el velero “Canela”, que estaba hundido en el lago Nahuel Huapi. La tarea demandó seis días.

La nave, de 11 metros de eslora y con detalles lujosos, había naufragado accidentalmente hace poco más de dos meses en bahía Balizas, Villa La Angostura, donde estaba anclado.

Se encontraba a nueve metros de profundidad y 40 de la costa.

El operativo, concretado a fines de febrero, generó entusiasmo en allegados a la navegación en la región cordillerana, porque fue la primera vez que intervino una empresa autorizada para efectuar la labor: Servicios de Buceo El Austral.

Mucha gente se acercó a contemplar las maniobras, aunque uniformados navales los mantuvieron a prudente distancia por motivos de seguridad.

Ese tipo de operaciones las hacían vecinos con buena voluntad, sin el complejo equipamiento ni la experiencia con que cuenta la firma de Brochado.

“Acostumbrados a reflotar embarcaciones sumergidas en el mar, se encontraron con un escenario distinto, porque la costa lacustre cae abruptamente formando una especie de “olla”. Allí en el fondo se hallaba el “Canela”. Por eso les llevó más tiempo a lo diagramado”, consignó el diario La Mañana de Cipolletti.

La operación fue iniciada con el enlazamiento del casco en forma de “8” con un cabo de 22 milímetros. Luego, le ajustaron globos especiales que llenaron con aire para el proceso de elevación y contaron con la colaboración de otros buzos locales, porque los 11 tubos que llevaron no alcanzaron y necesitaron 30.

Una vez que la nave comenzó a emerger, la amarraron a un cabo y la arrastraron hacia la orilla con una máquina vial, mientras que con una bomba de achique desagotaron el agua del interior.

El paso siguiente fue remolcarla con una lancha hasta una amarra cercana, donde la pondrán en seco para iniciar los trabajos de reparación.

Tony destacó la amabilidad de la gente de la villa turística. Muchos lo conocían por las notas periodísticas que lo suelen mencionar. Surgió la posibilidad de efectuar otros reflotamientos, dado que hay varios fondeos en la región. La distancia que separa el lugar de San Antonio es un inconveniente y eleva considerablemente los costos. Aunque se podría atenuar cargando el vehículo en el tren que culmina en Bariloche y de allí por ruta hasta Villa La Angostura.

Texto y fotos: La Mañana de Cipolletti

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