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La usina eléctrica que durante más de 50 años potenció la iluminación de ambas ciudades, su edificio pintoresco se ha convertido en un verdadero símbolo arquitectónico para Ingeniero White y Bahía Blanca.
La ex usina General San Martín encierra una historia muy particular. Su construcción se inició por parte de las Empresas Eléctricas de Bahía Blanca y se consolidó allá por los años cuarenta.
El funcionamiento de la Usina ocupaba a más de 150 personas que se desempeñaban en los diferentes puestos de trabajo: oficiales, capataces, peones, secciones de máquinas, calderas, laboratorios de agua y aceite, talleres, carpintería, almacén y hojalatería. Hasta que en los años sesenta se pusieron en funcionamiento nuevas alternativas y apagaron el esplendor de la vieja Usina.
Una vieja nota señala que “de todos modos, el castillo fue declarado monumento histórico provincial y nacional. Si bien está en vías de reparación, uno de los objetivos cercanos es revivir su impronta. En este sentido, donde funcionaba el taller de mantenimiento se levantó el museo Ferrowhite”.
Según “La Bahía Perdida”, a pesar de que muchos refieren a su estilo como inspirado en el gótico, sobre todo por la aparición de los arcos ojivales, el mismo responde a los lineamientos de la arquitectura medieval propia del románico.
Este singular edificio fue diseñado por el arquitecto Molinari y, si bien su terminación interior simula ser una construcción en piedra, de acuerdo a los modelos del medioevo, se trata de un revoque de varias tonalidades aplicado sobre una tradicional estructura de hormigón armado.
Otra amena nota señala que “a pesar de encontrarse en medio de las enormes construcciones portuarias el extraño conjunto sobresale por su extraordinaria concepción arquitectónica, la correspondencia de líneas horizontales y verticales, la esbeltez de su torre única, el juego de los arcos que se sobreponen ensanchándose y afinándose hacia lo alto. Y, sobre todo, por la dinámica armonía que predomina en su estructura. Es parte de esa arquitectura influenciada por el eclecticismo que fue muy utilizada para los edificios públicos e industriales de principios del siglo XX”.
La postal que ilustra esta breve nota es de época y también es ya una pieza de museo.
Es así entonces que Valcheta y Bahía Blanca, como corresponde su prosapia, tienen sus atractivos castillos.
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta
