Roberto Muñoz, jardinero de la Residencia de los Gobernadores: Una larga y propia historia

 

Roberto Florencio Muñoz tiene 68 años, nació en Loncopué, Neuquén, y desde mediados de la década de 1960 vive en Viedma. Actualmente, es uno de los cuatro jardineros de la Residencia de los Gobernadores y el único del turno tarde, lo que le permite realizar algunos detalles puntuales al extenso parque que rodea la casona oficial.

Para ubicarlo como inocultable personaje de la ciudad, ante una consulta, detalló algunos de los trabajos que realizó.

Después de cumplir el servicio militar en Las Lajas, Neuquén, estuvo un tiempo en el Alto Valle, donde trabajó en una reconocida empresa frutícola. A los 20 años llegó a Lamarque (Valle Medio), donde cumplió funciones de capataz en una chacra, a la cual llegaban muchos trabajadores del Norte argentino y de Bolivia.

Ante la posterior venta del amplio predio, Muñoz decidió probar suerte laboral en el Valle Inferior (Viedma), más precisamente en una empresa láctea, por entonces afianzada en la zona, por su condición de “especialista en la fabricación de queso y manteca”, según comentó a viva voz. Con muchos detalles de nombres y apellidos y firmas comerciales, Roberto refirió que trabajó 10 años en la ex firma local Idelec.

Habló de los vaivenes económicos del emprendimiento, donde llegaron a trabajar casi 500 personas, según cuantifica. “Junto con una bioquímica y un veterinario, gané un juicio”, rememora.

Después, ingresó a un cargo en los ex Talleres de la Gobernación, pero en realidad cobraba el sueldo en ese organismo, pero trabajó durante 18 años para un reconocido abogado local, de quien no quiso referir nada más, porque el profesional ahorraba salarios porque, en realidad, los pagaba el Estado provincial.

Recuerda además haber conformado, junto con dos socios, la empresa de vigilancia Su Sereno, pero en un momento hubo un problema interno entre ellos y todo terminó para esa firma local.

“Para pagar las deudas tuve que vender tres casas que yo tenía en el barrio Santa Clara y, por eso, me quedé sin nada. Pagué a todos, no le quedé debiendo a ninguno de los 40 empleados”, remarca Roberto casi con lágrimas en los ojos.

La situación le llegó tan mal que tuvo que pedir, provisoriamente, un lugar en un club local y así habló muy bien del ex intendente Aldo Martínez, del ex gobernador Horacio Massaccesi y del ex legislador Jorge Pascual.

“He trabajado mucho de día y de noche en Viedma”, subraya.

También recuerda al ex director de los Talleres de la Gobernación, Rodolfo Púa como “una muy buena persona, que me ayudó mucho” porque lo necesitaba ante la situación de dos hijos discapacitados que tiene.

Actualmente, tiene enferma a su esposa, María, que implica para él mucha preocupación.

Desde que asumió el gobernador Alberto Weretilneck, Roberto Muñoz cuida el extenso jardín de la Residencia de los Gobernadores, que fue el primer oficio que desempeñó al llegar por primera vez a Viedma.

Al final, se tomó un breve momento para aclarar y remarcar que “discutí con medio mundo por andar siempre por derecha”.

 

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