Provocó graves lesiones a un policía, estuvo prófugo 16 años y lo condenaron a cárcel

 

Gustavo Fabián Castillo Rodríguez, condenado hace un año por producir graves heridas a un policía en Cipolletti en marzo del 2005, estuvo desde entonces prófugo. Ahora, el Superior Tribunal de Justicia confirmó la sentencia de la Cámara Primera en lo Criminal de Cipolletti que lo sentenció a la pena de nueve años de prisión.

El fallo de la Cámara Primera es del 9 de diciembre de 2015, cuando se resolvió condenar a Castillo Rodríguez como autor penalmente responsable del delito de “lesiones graves, agravadas por haberse provocado a la víctima Miguel Ángel Lescano, por su función como miembro de seguridad policial y por el uso de arma de fuego”.

Se confirmó oficialmente que el hecho por el que fue condenado Castillo Rodríguez ocurrió en 2005, pero el juicio se hizo en 2015 porque el imputado estuvo todo ese tiempo prófugo.

Se le atribuyó el siguiente hecho ocurrido en la ciudad de Cipolletti, el  25 de marzo de 2005, siendo las 18,00 aproximadamente, en circunstancias en que el imputado se movilizaba por el barrio CGT como acompañante a bordo de un vehículo Dodge 1500 color celeste conducido por Rafael Amadeo Sanso, en razón de que el acusado le habría ofrecido recuperar una moto que le habían robado, a cambio de que entregara una suma de dinero.

Transitando por el ingreso al barrio, Castillo advirtió que a una cuadra de distancia se acercaba un automóvil Corsa color blanco de la Policía, por lo que sacó debajo de su pierna un arma de fuego tipo pistola marca Hi Power calibre 9 mm serie nro 412164, que portaba y de la que no tenía autorización del Registro Nacional de Armas ni para tenerla ni para llevarla encima, la que apoyó a la altura del riñón de Armando Amadeo Sanso, mientras que le decía “…esos son los de la Brigada, los que me tirotearon el otro día, acelerá, acelerá porque te mato…”.

Acto seguido, el conductor obligado por el imputado Castillo quién continuamente le apoyaba el arma, salió del barrio CGT, tomó la Avenida Circunvalación, dobló por la calle Alem hacia la derecha, volvió a doblar en la Av. Naciones Unidas hacia el Norte con la finalidad de huir del automóvil Corsa blanco que los seguía a distancia prudencial.

“Bajo la coacción de Castillo que continuamente le apuntaba con el arma de fuego descripta, cuando iban por la calle Naciones Unidas en dirección sur norte pasando la intersección con la calle Juan María Paris, al llegar a un badén, Sanso aprovechó para realizar una brusca maniobra que hizo perder el equilibrio al encartado cayéndosele el arma de fuego al piso del auto.

Simultáneamente, por la mano contraria de Naciones Unidas se aproximó para interceptarlo el patrullero de la Comisaría 24 conducido por el cabo 1º Víctor Román, secundado por el agente Lescano, quienes habían sido alertados por radio para que concurrieran en apoyo de los policías de la Brigada de Investigaciones con motivo de la presencia de Castillo en el Dodge de referencia.

En este contexto, Sanso clavó los frenos de su vehículo, abrió la puerta y aprovechó para escapar del rodado arrojándose a la calle. Ante esta situación, ya detenido el patrullero, el policía Lescano bajó del móvil dio la voz de alto a los ocupantes del Dodge celeste para proceder a identificarlos, por su parte Sanso gritó desde la calle “..soy un rehén…soy un rehén..”, mientras que el agente Lescano se colocó de rodillas a escasos metros de Sanso, y con el arma de fuego reglamentaria le apuntó diciéndole que se tirara al piso.

En ese momento de manera sorpresiva, Castillo se bajó del auto y lejos de acatar la orden de la policía, comenzó a gatillar repetidamente su arma de fuego efectuando varios disparos al policía Lescano y a Sanso, como así también al cabo Román que ya había descendido del patrullero.

Uno de los impactos de bala dieron de lleno en Lescano, quién quedó tirado gravemente herido en la calle, continuando el tiroteo entre Castillo y Román, hasta que finalmente éste pudo repeler el ataque del prevenido. Esta acción con intenciones homicidas, consistió por parte del imputado Castillo en haber disparado alrededor de ocho veces su arma de grueso calibre en dirección a Lescano y Román en un radio de acción inferior a los 10 metros de distancia.

En el caso del primero los disparos fueron a escasa distancia y con total menosprecio de la vida, al punto que Lescano recibió el disparo a la altura de órganos vitales, finalizando su obrar ante la imposibilidad de seguir disparando el arma como resultado de haber sido alcanzado con dos disparos en su pierna izquierda.

A consecuencia del hecho, el policía Miguel Ángel Lescano debió ser internado de urgencia en el hospital de Cipolletti, en el que le salvaron la vida mediante intervención quirúrgica a fin de sanar la herida sufrida en pulmón, bazo, intestino grueso, riñón y una de las vértebras, debiendo extirparle el bazo y uno de los riñones como así un tramo de intestino grueso conforme se ha certificado.

Respecto de la portación de arma de fuego Castillo portaba el arma de fuego descripta anteriormente con conocimiento que había sido condenado por el delito de robo calificado por el uso de arma en grado de tentativa en el año 1997, sentencia 119/97, dictada por el Juzgado Correccional nro 1 de la ciudad de Neuquén.

 

 

 

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