El fantasma del bosque petrificado. “Se aparece a los incautos en las noches sin luna”

 

En la pintoresca localidad de Valcheta asienta sus reales el bosque petrificado más septentrional de la Patagonia Argentina. Su predio es visitado por miles de turistas que se manifiestan asombrados al observar el tamaño de los mismos y su profusión por todo el predio.

Según una gacetilla turística “se encuentra a 1500 metros del casco urbano. El lugar amerita una visita viendo los diferentes troncos del Terciario Superior, de hasta treinta metros de largo, diseminados por la estepa. Supieron existir cuando la Patagonia era joven, hace más de sesenta y cinco millones de años. Teníamos un clima subtropical, surcado por grandes lagos y lagunas que daban vida las coníferas y cicadáceas que hoy vemos petrificadas y que servían de alimento a los grandes dinosaurios que se enseñoreaban en el lugar”.

Actualmente se pueden realizar los recorridos guiados y hacer bici turismo, como también probar delicadeces gastronómicas en la comodidad del parador.

Como siempre, en estos lugares maravillosos se generan  leyendas y ocurridos, muchos de ellos que solo existen en las fabulaciones de algunos atrevidos que los visitan de noche, pero no hay que darles mucho crédito. Hablan que en las noches sin luna sale de la gran raíz petrificada un fantasma que ulula con gritos de terror audibles en casi todo el predio. Por supuesto que nadie ha podido comprobar la existencia de este ente imaginario, tan común a diferentes regiones de nuestro país y del mundo. Ni hablar que los paleontólogos y los estudiosos descreen totalmente de la mentada aparición.

En una oportunidad para el lanzamiento de una nueva temporada estival se hizo con linternas un recorrido nocturno del sendero de los grandes troncos y excepto algunos chistosos que se prestaron para amedrentar a los visitantes no sucedió nada anormal y el famoso fantasma hizo mutis por el foro.

Como la “dama de blanco de Sierra Pailemán”, como el mítico “cuero del agua o uñudo”, como “la tropilla invisible del señor de las aguas de la Laguna Azul”, como “las ánimas de la casa rosada”, como la “cueva de Bernabé Lucero, el Salamanquero” son leyendas locales que de tanto contarlas por tradición oral se van incorporando al imaginario de toda la región.

Lo cierto es que el bosque petrificado de Valcheta es un atractivo único para ser visitado y recorrido. Los troncos impresionan algunos de ellos porque hasta se pueden apreciar las ramas y las raíces, una de ellas de gigantesco tamaño.

El lugar se ha calificado desde el área municipal y en la visita guiada se puede aprender de un tiempo milenario cuando todo era muy distinto y la región era un verdadero bosque con abrigo, sobra y comida para los grandes saurios, cuyos vestigios de huevos petrificados y huesos se pueden apreciar en el Museo Provincial “María Inés Kopp”, otro hermoso lugar que amerita una visita.

No tenga miedo el visitante, el fantasma no molesta a las personas de buena voluntad y solo existe en la mente de quien genera esos entes fantásticos, pero ¡cuidado! Dicen que si algún amigo de lo ajeno quiere llevarse de recuerdo algún trozo, el fantasma del bosque petrificado se pone más que furioso. Y ahí vale la pena la leyenda.

 

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

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